Música de mariachis o salsa, una porción de castellano mal pronunciado y ofertas sobre inmigración y empleo fueron condimentos usados en sus campañas por quienes se disputarán la presidencia de Estados Unidos el 2 de noviembre. Pero el plato resultante no agradó del todo a sus destinatarios.
John Kerry, candidato presidencial por el Partido Demócrata, y el actual presidente George W. Bush, del Partido Republicano, gastaron alrededor de cuatro millones de dólares en propaganda dirigida exclusivamente a los latinos, como se identifica a este país a las personas originarias o de ascendencia latinoamericana y que ya suman 39,9 millones.
De ese grupo, que es el de mayor crecimiento poblacional en Estados Unidos con más de un millón por año, votarían el próximo martes entre siete y ocho millones. En 2000, cuando fue elegido presidente Bush, votaron 5,9 millones.
Aunque no son la mayoría de votantes (el martes votarían 120 millones de estadounidenses), los latinos pueden hacer la diferencia en esta elección y así lo entendieron los candidatos, dijo a IPS Clarisa Martínez, una de las portavoces del Consejo Nacional de la Raza, la organización de inmigrantes latinoamericanos de mayor influencia en Estados Unidos.
Hubo una inversión sin precedentes en propaganda para alcanzar el voto de nuestra comunidad, pero con propuestas superficiales que no reflejaron nuestros intereses centrales y demostraron que los candidatos están apenas aprendiendo como funcionamos los latinos, señaló Martínez, quien fue entrevistada telefónicamente por IPS en sus oficinas en Washington.
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Para promover el voto, los partidarios de Bush y Kerry organizaron veladas con música de mariachis, que es originaria de México, pero también salsa, que conjuga ritmos de raíces caribeñas. Además, ambos candidatos pronunciaron con evidente dificultad frases en castellano y declararon que admiran y respetan la cultura latina.
En las estaciones de televisión y radio que se transmiten en español colocaron numerosos anuncios y repartieron millones de folletos en ese idioma pidiendo el apoyo de los nacidos en América Latina y el Caribe y de los descendientes de esta región.
Nunca vi tanto interés en los latinos. Es la elección en la que más se nos ha tomado en cuenta, aunque sólo sea con las típicas ofertas generales que no nos aseguran nada, declaró a IPS, desde el sudoriental estado estadounidense de Florida, el mexicano Lucas Benítez, líder de la Coalición de Trabajadores de Immokalee y ganador en 2003 del premio Robert F. Kennedy de derechos humanos.
Creo que los latinos hemos madurado políticamente, por lo que en estas elecciones votaremos muchos más que en las de 2000, sostuvo Benítez, quien no ocultó tener preferencia por el candidato Kerry.
Diversas encuestas indican que más de 50 por ciento de los llamados latinos en Estados Unidos apoyarían a Kerry y 37 por ciento a Bush.
Pero Jerónimo Díaz, investigador en ciencias políticas de la estadounidense Universidad de Chicago, advierte que esa tendencia puede variar. Los latinos no tienen preferencias estables como el resto de los potenciales votantes estadounidenses, aseguró.
Por eso hay una encarnizada lucha entre los candidatos. Los inmigrantes latinoamericanos son pocos votantes, pero su número es suficiente como mover la balanza del resultado final, estimó el académico.
Bush y Kerry ofrecieron trabajar para dar mejores servicios de salud y más empleos a los inmigrantes y sus familias. También se comprometieron a promover leyes sobre migración.
Bush, quien busca su reelección, habló de crear un programa de empleos temporales para los inmigrantes, mientras Kerry dijo que legalizaría su estancia siempre que los aspirantes a ello no tengan antecedentes criminales.
Martínez apuntó que esas ofertas no fueron lo suficientemente claras y convincentes. Lo que más hubo hacia los latinos fueron promesas de seguridad y lucha contra el terrorismo, es decir lo mismo que se dijo en general a todos los votantes, expresó.
En general (los candidatos) no nos llegan aún a entender, apuntó..
La estatal Oficina del Censo de Estados Unidos informó que la comunidad latinoamericana (por nacimiento o ascendencia) en Estados Unidos suma 39,9 millones de personas (la mayoría mexicanos) en una población total de 290,8 millones de personas. De ese grupo, unos cinco millones no tiene documentos de residencia legal.
Aunque representan una importante porción de la población estadounidense, muchos de los llamados latinos enfrentan problemas de discriminación, bajos salarios y dificultades para acceder a los servicios de salud.
Diversos estudios indican que uno de cada tres jóvenes de origen latinoamericano que vive en Estados Unidos no termina la secundaria y que un tercio de la población de ese grupo social carece de cobertura médica..
Además, cada año más de 400.000 nuevos inmigrantes intentan ingresar a Estados Unidos sin tener los documentos requeridos y decenas de ellos son deportados e incluso algunos llegan a morir al intentar burlar la vigilancia fronteriza.
Para promover el voto latino en las elecciones del martes próximo, varias organizaciones sociales, entre ellas el Consejo Nacional de la Raza, desplegaron en los últimos meses una intensa campaña.
Así, entregaron millones folletos donde se explican los derechos de los votantes y se organizaron múltiples foros para explicar la importancia de la participación política.
Es central prepararnos políticamente para ver más allá de las campañas y tomar las opciones con cuidado y de acuerdo a los intereses de nuestra comunidad, señaló Martínez, quien dirige el Programa de Participación Cívica del Consejo Nacional de la Raza.