ELECCIONES-EEUU: Ambos candidatos se limpian el petróleo árabe

Los dos candidatos presidenciales de Estados Unidos tienen diferencias en muchos objetivos, pero coinciden en al menos una: aliviar la dependencia del petróleo árabe. Aunque no será tan fácil como lo pintan.

El candidato del opositor Partido Demócrata, John F. Kerry, advirtió este lunes que su rival, el presidente George W. Bush, no estaba haciendo lo suficiente para desarrollar fuentes renovables de energía ni alternativas al petróleo árabe.

Kerry se comprometió a independizar a su país de los yacimientos de Medio Oriente en un plazo de 10 años. Bajo el gobierno de Bush, aseguró, aumentó la dependencia del petróleo extranjero, lo cual puso en peligro la seguridad nacional y supuso una carga para los consumidores.

Los precios internos del combustible están, de hecho, en su máximo histórico, y los expertos no creen que esa tendencia vaya a revertirse. En la mayor parte del país, el precio del galón (3,8 litros) supera los dos dólares, 34 por ciento más que al comienzo del actual gobierno.

En los últimos cuatro años, el costo promedio de la calefacción de una vivienda aumentó 91 por ciento.

”Por el bien de nuestros niños, por el bien de nuestra seguridad, por el bien de nuestra economía, por el bien de nuestro ambiente, debemos afrontar el desafío e independizar la energía estadounidense de Medio Oriente”, dijo este lunes Kerry en el meridional estado de Nuevo México.

En el debate del viernes, Bush también dijo tener ”un plan energético” con el idéntico objetivo de ”ayudarnos a ser menos dependientes de las fuentes extranjeras de energía”.

Pero los dos candidatos tienen diferencias en los mecanismos para alcanzar ese objetivo. Kerry se propone reducir el precio del combustible liberando el contenido de la Reserva Estratégica de Petróleo (SPR, por sus siglas en inglés) de 700 millones de barriles de 159 litros.

En cambio, Bush postula la explotación de las áreas protegidas del Artico, en cuyo subsuelo yace, según expertos, 23 veces más crudo que el necesario para colmar la SPR, la que se dispone a mantener colmada por razones de seguridad nacional. Kerry rechaza ese plan en defensa del ambiente.

El gobierno cuenta con un plan efectivo de diversificación de las fuentes de energía y de modernización del anticuado sistema eléctrico y de gas natural del país.

Kerry rechaza ese plan, y sostuvo que los aumentos de impuestos, que suman 15.000 millones de dólares, tuvieron como destino las arcas de empresarios simpatizantes de Bush de las industrias del petróleo y el gas.

El candidato demócrata también ha criticado la intención del gobierno de exceptuar a las compañías de esos sectores de los requisitos de la Ley de Agua Limpia, que limita la contaminación.

”No es sorpresa que el plan del presidente suponga dulces contratos para (la compañía de servicios petroleros) Halliburton (de la que el vicepresidente Dick Cheney fue vicepresidente), incluida una excepción de la Ley de Agua Potable Segura para que pudieran hacer más perforaciones”, sostuvo Kerry.

”Y, lo que es peor, los propios economistas del gobierno descubrieron que el plan de energía no reducirá los precios del combustible ni la dependencia del petróleo extranjero”, agregó.

Pero las preocupaciones ambientalistas no impiden a Kerry postular ampliar el uso de energía nuclear. El candidato demócrata también propone crear un fondo que incentivará a los fabricantes de automóviles a desarrollar y adquirir vehículos eficientes en el uso de combustible.

El hoy senador por el nororiental estado de Massachussetts sostiene que su programa permitirá encontrar nuevas fuentes de gas natural, incluir el ”carbón limpio” en el marco energético nacional, y asegurar que 20 por ciento de la producción de energía proceda de fuentes renovables para 2020.

Además, procurará diversificar las fuentes de crudo mediante la explotación en territorio estadounidense y la importación de países no integrantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

El programa de Bush en materia de energía incluye la asignación de 4.000 millones de dólares en incentivos impositivos para la conservación y el desarrollo de tecnología en nuevas áreas, así como renovar las instalaciones eléctricas.

El gobernador del estado de Nuevo México, donde Kerry realizó sus declaraciones de este lunes, es Bill Richardson, secretario (ministro) de Energía durante el gobierno del demócrata Bill Clinton (1993-2001).

El problema de la energía volvió a figurar en el debate electoral en las últimas semanas, de la mano de los aliados de ambos candidatos. Los neoconservadores, que constituyen el ala más derechista del gobierno, así como activistas y ambientalistas han reclamado un nuevo plan en la materia, pero con diversos matices.

A fines de septiembre, un grupo de neoconservadores, sector muy allegado al partido Likud que gobierna en Israel, emitieron una carta al público titulada ”Liberemos a Estados Unidos”, en la que exigen dejar de consumir petróleo procedente del mundo árabe.

En coincidencia con Kerry, los firmantes sostuvieron que Estados Unidos puede ”ganar la guerra contra el terror y salir del yugo de la dependencia energética sin comprometer el modo de vida”.

MIentras, organizaciones izquierdistas, como el Earth Policy Institute con sede en Washington, sostuvo que las nuevas tecnologías pueden mejorar la situación.

Entre esos adelantos mencionaron los motores híbridos —que funcionan con combustible convencional y con electricidad— y molinos de viento.

”Si en la próxima década reconvertimos el parque de vehículos estadounidense a motores híbridos con la eficiencia del modelo Toyota Prius, cortaremos el consumo de gasolina a la mitad, sin cambiar la cantidad de automóviles ni reducir las millas transitadas, sólo mejorando la eficiencia”, agregó la organización.

Pero muchos analistas dudan de que Estados Unidos pueda librarse pronto del petróleo extranjero. Algunos cálculos indican que el consumo crecerá un tercio en los próximos 20 años, mientras que la demanda de electricidad aumentará más de 45 por ciento.

Estados Unidos, con 294 millones de habitantes, importa 2,5 millones de barriles de petróleo de Medio Oriente todos los días. El crudo extranjero representa 61 por ciento del total consumido.

Cuando Estados Unidos invadió Iraq en marzo de 2003, algunos sostuvieron que el precio del barril debería bajar a 28 dólares. Hoy se ubica en 53 dólares.

”La independencia energética es un mito”, dijo el experto H. Sterling Burnett, del Centro Nacional para el Análisis Político. ”Como todo en esta era de globalización, el petróleo se compra y se vende en el mercado mundial, y eso no cambiará en ningún escenario.” +Elecciones en EEUU – Cobertura especial de IPS Noticias (https://ipsnoticias.net/focus/eleccusa/index.asp) (

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