Las elecciones municipales del 31 de este mes en Chile se legitimaron como la batalla preliminar de los comicios nacionales de diciembre de 2005, en un lanzamiento anticipado de campaña de quienes aspiran a suceder a Ricardo Lagos en la presidencia.
Las ex ministras Michelle Bachelet, de Defensa, y Soledad Alvear, de Relaciones Exteriores, principales cartas presidenciales de la gobernante coalición de centroizquierda, entraron de lleno en la competencia con el único precandidato presidencial de la oposición derechista, Joaquín Lavín, luego de dejar sus respectivos cargos el día 1.
La (gobernante) Concertación por la Democracia está obligada a recuperar terreno, porque compite con un candidato, como Lavín, que está en campaña desde el 16 de enero de 2000, cuando perdió contra Lagos en la segunda vuelta de las últimas (elecciones) presidenciales, señalaron a IPS fuentes de la coalición oficialista.
Lagos deseaba postergar las definiciones presidenciales hasta después de las elecciones municipales, pero a su pesar tuvo que anticipar los cambios ministeriales luego de que arreciaran los ataques de la derecha sobre intervencionismo electoral del gobierno y uso de las figuras de Bachelet y Alvear en las campañas.
La salida de las dos ministras aportó sinceridad al juego político, aunque desde la perspectiva del gobierno es inconveniente enfrascarse tan anticipadamente en la campaña presidencial, pero tampoco podemos dejar que la derecha gane tanta ventaja, comentó a IPS Juan Jorquera, militante del Partido Socialista (PS).
El PS se ve favorecido por este nuevo escenario, ya que la primera encuesta sobre intención de voto tras los cambios ministeriales ratificó a Bachelet, de ese partido, como la única aspirante del oficialismo con fuerza electoral para derrotar a Lavín.
El sondeo que el diario conservador El Mercurio encargó a la consultora Opina SA, publicado el domingo 10, señala que, si los comicios presidenciales fueran hoy, la ex ministra de Defensa lograría 45,7 por ciento de los votos, contra 43,7 por ciento de Lavín, actual alcalde de Santiago-Centro.
En cambio, si el líder derechista tuviera como rival a Alvear, la derrotaría por 46,6 contra 39,6 por ciento, y, si su adversario fuera el ex presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994-2000), lo superaría por más de 20 puntos.
Alvear y Frei Ruiz-Tagle son del Partido Demócrata Cristiano (PDC), integrante de la coalición que gobierno Chile desde marzo de 1990, cuando finalizó la dictadura del general Augusto Pinochet, instalada con el cruento golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.
Además del PDC y el PS, la alianza gobernante está integrada por el centroizquierdista Partido Por la Democracia (PPD) y el Partido Radical Socialdemócrata (PRSD).
Lavín, un economista miembro numerario de la organización católica conservadora Opus Dei, es la principal figura de la Unión Demócrata Independiente (UDI), que conforma el bloque de la Alianza por Chile junto al Partido Renovación Nacional (PRN).
Las elecciones municipales serán así un virtual plebiscito entre la Concertación por la Democracia y la Alianza por Chile, donde importará tanto el número de alcaldes y concejales que ambas coaliciones obtengan en los 345 municipios como los porcentajes de votos para cada bloque.
En estos comicios se elegirán 345 alcaldes y un promedio de seis concejales por municipio, en una pugna donde, además de las dos grandes coaliciones, competirán también la lista Juntos Podemos, una alianza de los pequeños partidos Comunista y Humanista, un par de agrupamientos regionales y numerosos candidatos independientes.
Los 7.400 candidatos inscritos para estas elecciones deberían gastar en propaganda un total de 131 millones de dólares, según cálculos basados en las asignaciones de fondos estatales de acuerdo a la ley de gasto electoral, pero en el oficialismo aseguran que la derecha desbordará con creces ese nivel.
En Providencia, uno de los municipios más importantes de Santiago, el coronel retirado y ex viceministro del gobierno de Pinochet, Cristián Labbé, se postula a la reelección como alcalde por la UDI.
La única propaganda que se ve en las calles de la comuna es la de Labbé. Hay otros dos candidatos a alcaldes que son prácticamente desconocidos. No hay información ni equilibrio en la propaganda para formarse un juicio propio, dijo a IPS Annie González, residente en ese municipio.
La apuesta de la derecha para estos comicios apunta a igualar el respaldo de votantes con la coalición en el gobierno, para ratificar así la tendencia ascendente de los últimos años.
En los anteriores comicios municipales, de octubre de 2000, la Concertación por la Democracia alcanzó 52,1 por ciento de los votos, contra 40,1 por ciento de la Alianza por Chile. Pero 14 meses después, en las legislativas de diciembre de 2001, el oficialismo descendió a 47,9 por ciento, mientras la derecha creció a 44,3 por ciento de los votos.
Según reconoció el propio Lagos, la coalición gobernante podría sentir una merma de cuatro por ciento en su apoyo electoral como consecuencia de la irrupción de candidatos independientes a alcaldes que se desprendieron del oficialismo.
Las municipales serán también un plebiscito interno para la Concertación por la Democracia, en el cual el PDC aspira a lograr al menos 19 por ciento de los votos como partido para negociar en mejor pie la candidatura presidencial con el bloque del PS y el PPD, que en 1999 impuso a Lagos como candidato.
En la Democracia Cristiana se debe resolver, a la vez, la pugna entre Alvear y Frei Ruiz-Tagle, mientras que Bachelet está atrayendo un creciente apoyo del PPD, pese a que en ese mismo partido surgió la precandidatura presidencial del senador Fernando Flores.
Todo apunta a que entre diciembre y marzo próximos se tendrá que definir la candidata o el candidato de la Concertación gobernante mediante elecciones primarias, cuyo carácter tendrán que definir los cuatro partidos de ese conglomerado.
En 1993, Frei Ruiz-Tagle derrotó a Lagos como precandidato en un sistema de primarias restringidas a los inscritos en los partidos. En 1999 se realizaron primarias abiertas, donde votaron tanto militantes como simpatizantes de los partidos, lo cual dio a Lagos, líder del bloque PS-PPD, una abrumadora ventaja sobre Andrés Zaldívar, precandidato del PDC.
El ambiente presidencial que se empieza a respirar prematuramente en Chile contagió también a grupos alternativos, ajenos a los dos grandes bloques, que el día 8 proclamaron otras dos candidaturas.
En Temuco, 670 kilómetros al sur de Santiago, unos 1.000 mapuches asistieron al lanzamiento de la campaña del primer candidato indígena de Chile, Aucán Huilcamán, werkén (mensajero) del Consejo de Todas las Tierras, agrupación étnica que promueve la autonomía de los pueblos originarios dentro del Estado chileno.
El senador Nelson Avila, expulsado hace dos años del PPD, lanzó también su candidatura alternativa en un popular restaurante de Santiago, con un manifiesto que tituló, inspirado en el poeta Pablo Neruda, Veinte definiciones básicas y una reflexión desesperada.
