El conservador primer ministro de Australia, John Howard, espera que en las elecciones de este sábado los indecisos confíen en su capacidad para manejar la economía, mientras que el centroizquierdista Marck Latham busca el apoyo de los ambientalistas.
Howard, del Partido Liberal, y Latham, del Laborista, tienen estrategias distintas en esta campaña, pero ambos aspiran a convencer a algunos votantes del Partido Verde y de grupos independientes.
Los dos candidatos están virtualmente empatados en las encuesas de intención de voto.
Los últimos sondeos mostraron distintas cifras, pero todos coincidieron en que serán los indecisos quienes determinarán el resultado de los comicios. En esta semana, Howard y Latham gastaron todas sus baterías por atraerlos a sus filas.
El periódico The Australian publicó una encuesta de la firma Newspoll que ubica al frente a Howard con 50,5 por ciento de los votos, contra 49,5 por ciento de Latham. Mientras, la consultora Morgan le dio el triunfo al Partido Laborista con 51,5 por ciento de los sufragios, ante 48,5 de los liberales.
El Partido Liberal ganó con comodidad las elecciones federales de 2001 gracias a una campaña enfocada en la importancia de la seguridad nacional y en la que prometió tomar medidas severas para detener el constante aluvión de refugiados.
La estrategia conservadora radica en difundir la percepción de que en un eventual gobierno de Latham, la economía tambaleará y las tasas de interés de las hipotecas llegarán a las nubes.
Una serie de folletos distribuidos en los últimos días reflejaron la esperanza del gobierno de que el temor a un aumento en las cuotas de los préstamos hipotecarios sea suficiente para disuadir a los votantes de respaldar la candidatura de Latham, aun cuando sus propuestas sobre educación, salud y ambiente sean más atractivas.
¿Usted tiene una hipoteca? Entonces la opción es simple: en estos tiempos de incertidumbre, el mayor riesgo para los propietarios australianos con hipotecas es el Partido Laborista de Latham, señala uno de los panfletos.
Si su hipoteca es de 100.000 dólares australianos (unos 72.000 dólares estadounidenses) y los laboristas colocan las tasas de interés otra vez en 10,5 por ciento, necesitará otros 280 dólares australianos al mes para seguir en su casa, indica otro.
Muchas familias suburbanas recurrieron a las hipotecas cuando el gobierno de Howard amplió los incentivos y bajó las tasas de interés. Ahora temen las advertencias del primer ministro, pese a que no hayan sido respaldadas por datos y por ningún economista.
Howard se esfuerza por dejar en claro que en su gobierno habrá estabilidad económica.
El objetivo más importante debe ser mantener la fortaleza y el ritmo de la economía australiana, afirmó el martes en una entrevista televisada.
Su estrategia parece tener efecto. Las encuestas de opinión indican que gran número de votantes ven más interesante la campaña de Latham, pero temen que el candidato laborista no sea capaz de manejar la economía.
Entre los indecisos, unos ven la juventud de Latham como una debilidad, y otros ponen dudan de la integridad moral de Howard.
El primer ministro decidió convocar las elecciones anticipadas para este sábado (mecanismo permitido en la Constitución), para contener la polémica causada por un ex asesor de su gobierno, que lo acusó públicamente de haber divulgado información falsa sobre los refugiados para ganar los comicios de 2001.
Por otra parte, el apoyo incondicional de Howard a la invasión estadounidense a Iraq motivó protestas en todo el territorio, incluso de parte de sectores conservadores.
Australia fue el primer país, después de Estados Unidos y Gran Bretaña, en desplegar sus tropas en el Golfo antes de la invasión en 2003.
Howard aún hoy niega haberse equivocado al enviar los soldados a Iraq, a pesar de que el inspector de armas de la Organización de las Naciones Unidas, Charles Duelfer, confirmó el miércoles que ese país no tenía armas de destrucción masiva, argumento usado por Washington y Londres para justificar la ofensiva.
Sé que hay muchas personas que no están de acuerdo conmigo sobre Iraq, pero por otras razones votará por el gobierno, dijo el primer ministro a la emisora ABCR.
Por su parte, Latham acusa a Howard de haber sido deshonesto con el pueblo australiano.
Seguramente un primer ministro que fuera honesto, un hombre lo suficientemente grande como para afrontar la verdad, le diría directamente a los australianos: 'cometí un error', dijo el candidato laborista en una entrevista radial.
En los comicios de este sábado se elegirán los miembros del parlamento. El partido o la alianza de partidos con mayoría conformará el próximo gobierno, que tiene un mandato de tres años a partir de la primera sesión del órgano legislativo.
Para llegar al gobierno, el Partido Laborista necesita ganar este sábado al menos 13 asientos en el parlamento. Pero también está la posibilidad de que pueda triunfar si obtiene el apoyo de tres legisladores independientes de la cámara baja.
Para el Partido Laborista también es clave atraer a simpatizantes del Partido Verde, con el que tiene visiones similares sobre temas como Iraq.
Pero los verdes en más de una ocasión se han resistido a iniciativas laboristas en el parlamento, y le exigen al partido de Latham que proteja a los bosques de la sudoriental isla de Tasmania de la avasallante industria maderera.
Esta semana, el candidato laborista anunció que, si llega al gobierno, introducirá cambios en la industria de la madera y creará nuevos parques y reservas en todo el territorio.
El anuncio de Latham tuvo una tibia acogida de parte de los ambientalistas, quienes, en cambio, se indignaron ante la promesa hecha por Howard ante industriales de que sólo protegerá las áreas que no estén actualmente dentro de los planes de deforestación.
El primer ministro dijo en una conferencia de prensa el miércoles que estas áreas fueron elegidas en discusiones con la industria y considerando su valor ambiental.