En un fallo que pone punto final a los reclamos legales derivados del colapso financiero de 2001, la Corte Suprema de Justicia de Argentina avaló este martes la devolución en moneda nacional de los depósitos bancarios en dólares atrapados entonces en el llamado corralito bancario.
En respuesta al dictamen, un puñado de ahorristas ocuparon los pasillos de la sede del alto tribunal para protestar, rompieron vidrios, prendieron fuego a papeles y fueron reprimidos con gases por la policía. Al menos ocho manifestantes resultaron heridos como consecuencia de las roturas de vidrios, los golpes, gases y empujones.
Esto no va a quedar así, vamos a seguir peleando en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, señaló a IPS Carlos Báez Silva, de la Asociación de Ahorristas de la República Argentina, que agrupa a algunos de los clientes bancarios damnificados por la crisis financiera de 2001.
La decisión de la Corte Suprema afecta a unos 11.000 depositantes de bancos públicos y privados que tenían sus ahorros en dólares y que habían presentado recursos de amparo judiciales en resguardo a su reclamado derecho a recuperar las colocaciones en la moneda de origen.
En cambio, el fallo resulta un alivio para el gobierno de Néstor Kirchner que se prepara para iniciar la reestructuración de una voluminosa deuda con acreedores privados, que había sido declarada en cese de pagos en diciembre de 2001 por el efímero gobierno de Adolfo Rodríguez Saá en el marco de la misma crisis y que se busca refinanciar.
La pesificación, como se identificó a la transformación en pesos argentinos de las colocaciones bancarias a plazo fijo hechas originalmente en dólares, fue aprobada por cinco votos a favor, uno en contra y la abstención del presidente de la Corte Suprema de Justicia, Enrique Petracchi, quien tenía sus ahorros incautados cuando se precipitó la crisis.
La sentencia es contraria a un fallo que había emitido la propia Corte con anterioridad a la reestructuración de su integración iniciada por Kirchner desde que asumió en mayo de 2003. En esa otra instancia se había pronunciado contra la pesificación en una causa por un depósito de 247 millones de dólares del gobierno de la occidental provincia de San Luis.
Luego de ello, tres integrantes del cuerpo renunciaron ante el inminente inicio de un juicio político en su contra en el Congreso legislativo por mal desempeño, mientras un cuarto fue destituido. Todos habían sido designados a instancias del presidente argentino de entonces Carlos Menem (1989-1999) y eran investigados por fallos sesgados en beneficio de esa administración.
La sentencia de este martes representa el epílogo del sistema monetario de un peso igual a un dólar impuesto con la llamada Ley de Convertibilidad, aprobada en 1991 a impulsos de Domingo Cavallo, el entonces ministro de Economía del gobierno de Menem, y derogada a comienzos de 2002 por el recién designado gobierno interino de Eduardo Duhalde.
Cavallo, de nuevo a cargo del Ministerio de Economía pero del gobierno de Fernando de la Rúa iniciado en diciembre de 1999, intentó justo dos años después frenar la salida masiva de depósitos de los bancos mediante el llamado corralito, una restricción al retiro de efectivo de las entidades financieras que ayudaría a la caída de ese gobierno pocos días después.
El gobierno de Duhalde, que entregó el cargo en mayo de 2003 a Kirchner, devaluó la moneda nacional e impuso la cotización de un dólar a 1,40 pesos.
Pero pocos meses después el ahora cambio libre llevó a que cada dólar costara más de tres pesos argentinos.
La depreciación de la moneda argentina no hubiera sido dramática si los ahorristas con sus depósitos en dólares atrapados en los bancos hubiesen recuperado sus colocaciones en la moneda de origen, pero las cosas no resultaron tan sencillas.
Duhalde dispuso que los depósitos en dólares debían devolverse a razón de 1,40 pesos por una unidad más una indexación estimada en 1,5 por ciento, lo que daba un valor de 2,13 pesos por dólar. A su vez resolvió que quienes tenían créditos en dólares podían devolverlos como en la convertibilidad, a un peso por dólar.
Esta asimetría fue muy cuestionada por los bancos que reclamaron al gobierno millonarias compensaciones que el Estado debió asumir.
Por su parte, miles de ahorristas mantuvieron sus reclamos ante la justicia para obtener sus colocaciones en la moneda de origen, que tenía y aún tiene— una cotización de mercado superior a los 2,13 pesos que ofreció el gobierno a los que quisieran retirar el dinero en efectivo.
La Corte falló entonces para cerrar el capítulo de los reclamos judiciales.
Pese a que en fallos de primera y segunda instancia los ahorristas habían conseguido que la justicia reconociera la inconstitucionalidad de la pesificación, considerada violatoria de la propiedad privada, los jueces votaron en respaldo a esa medida de emergencia ante la crisis.
La mayoría de los jueces sostuvieron que la propiedad privada es un bien secundario cuando lo que está en juego es el bien común.
En su dictamen de este martes, la Corte explicó que avalar el reclamo de los ahorristas de recuperar en dólares era una gran falacia ya que en Argentina nadie ganaba en dólares norteamericanos.
También entendió que el propósito de los ahorristas que optaron por el billete era el de asegurarse una cierta estabilidad en sus depósitos y, en ese sentido, consideró que no está demostrado que la devolución a 1,40 más el plus no alcance a compensar el poder adquisitivo de su depósito.
Además, el fallo contiene consideraciones políticas, al señalar que de la crisis de 2001 nadie salió indemne y, por lo tanto, no se puede admitir que haya una clase privilegiada que se beneficie con la devolución inmediata de los depósitos en dólares.
Con esta decisión, un ahorrista que en diciembre de 2001 tenía un depósito a plazo fijo de 100.000 dólares, que entonces equivalían a 100.000 pesos, ahora se deberá multiplicar esa cantidad por 1,40, que era la cotización fija del dólar al disponerse la pesificación.
Esa operación da como resultado parcial de 140.000 pesos argentinos. Si a ese monto se multiplica por 1,5 que es el índice plus llamado CER que se aplica en estos casos, el depósito asciende a 210.000 pesos.
No obstante, los ahorristas afectados consideran que, si se les hubieran devuelto en dólares tendrían hoy un valor equivalente a 298.000 pesos, en razón de la cotización de mercado del dólar en la actualidad. (
