Organizaciones de la sociedad civil de Africa exhortaron a los gobiernos del continente a darles más espacio en las mesas donde se toman decisiones relacionadas con el desarrollo.
La sociedad civil ha contribuido en gran medida a recientes cambios positivos en Africa y al crecimiento de su papel en nuevos procesos e instituciones, pero éstos no han cumplido sus promesas de inclusión, lamentó Partnership Africa-Canada (PAC, Asociación Africano-Canadiense) en un nuevo informe.
El informe de PAC, una coalición de organizaciones no gubernamentales (ONG) canadienses y africanas que trabajan en cuestiones de derechos humanos, seguridad humana y desarrollo sustentable, se basa en encuestas realizadas a fines de 2003 a 300 miembros de la sociedad civil africana en 12 ciudades de Africa y tres de Canadá.
Las organizaciones de la sociedad civil pueden ser un brazo derecho de los gobiernos para todas las cuestiones relacionadas con la inequidad en las relaciones Norte-Sur, dice el documento, publicado el martes bajo el título de Sociedad civil africana: Perspectivas para crear conciencia sobre asuntos de prioridad.
Ha habido cierto apoyo de gobiernos e instituciones regionales, pero no suficiente. Es necesario que fortalezcan sus mecanismos de consulta, exhortó Françoise Nduwimana, autora del informe.
El informe describió varias medidas para institucionalizar la sociedad civil, comenzando por la adopción por la Organización de Unidad Africana (OUA) de la Carta Africana para la Participación en el Desarrollo y la Transformación, en agosto de 1990.
Esa medida a su vez llevó a tres conferencias, en 2000, 2001 y 2004, que condujeron a la creación del Consejo Económico, Social y Cultural (Ecosocc) como foro oficial de la sociedad civil y órgano asesor de la Unión Africana, sucesor de la OUA.
A veces, esos reconocimientos se traducen en el terreno, señaló Nduwimana. Por ejemplo, los gobiernos están dispuestos a colaborar con ONG para combatir la epidemia de VIH/sida, porque saben que las organizaciones tienen una relación más estrecha con las poblaciones locales.
Pero por ejemplo, cuando se trata de documentos de estrategias de reducción de la pobreza, exigidos por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, los gobiernos no quieren consultar con ONG ni la sociedad civil, y cuando lo hacen, les presentan un plan ya listo, dijo Nduwimana en una entrevista.
Los conflictos bélicos son otra área en que los gobiernos se resisten a trabajar con la sociedad civil, a veces porque están involucrados en la violencia.
Sin embargo, la sociedad civil ha hecho contribuciones valiosas para la solución de conflictos armados. En la República Democrática de Congo, por ejemplo, la sociedad civil ha establecido las bases de la paz y la reconciliación nacional, señaló Nduwimana.
El informe no atribuye toda la culpa a los gobiernos, pero sugiere dos motivos para el fracaso de sus políticas: las reformas impuestas desde el exterior a cambio de ayuda económica, y los gobiernos irresponsables o antidemocráticos.
Las ONG, dijo Nduwimana, reconocen que los gobiernos están aceptando trabajar cada vez más con ellas, por ejemplo sobre educación para la paz, tolerancia y aun gestión de recursos naturales, pero esto es algo reciente y frágil.
El mensaje de la sociedad civil es que los gobiernos deben fortalecer esta asociación, crear mecanismos de colaboración a nivel local y regional, concluyó.
Tales mecanismos deberían tener la capacidad de participar en la Nueva Asociación para el Desarrollo de Africa (NEPAD), una iniciativa estratégica lanzada en 2001 por mandatarios africanos, agregó Nduwimana.