CHILE: Murió el cardenal de la transición moderada

El presidente de Chile, Ricardo Lagos, y personalidades de todos los sectores políticos rindieron homenaje este viernes al cardenal Juan Francisco Fresno, fallecido en la noche de la víspera, considerado uno de los artífices del proceso iniciado a mediados de los años 80 que culminó con la recuperación de la democracia.

Los restos del ex primado de la Iglesia Católica chilena, quien murió a los 90 años de una insuficiencia renal generalizada, serán trasladados este sábado a la catedral Metropolitana, donde permanecerán en una capilla abierta al público hasta sus funerales, previstos para el domingo.

En un lenguaje considerado protocolar, el ministro de la Secretaría General de Gobierno, Francisco Vidal, dijo que Fresno fue el continuador ”con matices”, del ”gran legado del cardenal Raúl Silva Henríquez”, su antecesor como cardenal de Santiago.

Fresno sustituyó en 1983 a Silva Henríquez, quien desde los inicios de la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990), situó a la Iglesia Católica en la primera línea de la defensa de los derechos humanos, con la creación primero del Comité por la Paz y luego de la Vicaría de la Solidaridad, que dio asistencia a las víctimas de la represión.

Silva Henríquez se caracterizó por una posición de abierta crítica a la dictadura de Pinochet, mientras que Fresno adoptó una posición moderada que le permitió ser intermediario entre el régimen militar y los dirigentes de la llamada oposición democrática a la dictadura.

Su designación como arzobispo de Santiago el 6 de mayo de 1983 y su investidura como cardenal el 25 de mayo de 1985, fueron interpretadas como una señal, por parte del papa Juan Pablo II, de su propósito de fortalecer las corrientes más moderadas y conservadoras de la Iglesia Católica en América Latina.

Fresno fue en abril de 1987 el anfitrión de la única visita que Juan Pablo II ha realizado a Chile, la cual se desarrolló en un clima de permanente tensión entre las demandas populares de que el Papa se comprometiera con la restauración democrática y el afán de Pinochet de capitalizar la presencia del líder mundial católico en este país.

”Todos recibimos con pesar la muerte del cardenal Fresno. Creo que todos tenemos una gran deuda con él”, declaró Lagos desde Hungría, donde participa en la Cumbre Mundial de Líderes Progresistas.

El fallecido prelado representó ”la culminación de los esfuerzos que hizo la Iglesia Católica por restablecer la democracia en Chile, porque se respetaran los derechos humanos. Para muchos la Iglesia Católica fue desde el principio (de la dictadura) la voz de los sin voz”, añadió el mandatario socialista.

El ministro Vidal sostuvo que ”Fresno será recordado como aquel sacerdote de la iglesia de Santiago que hizo esfuerzos denodados por lograr pacificar las almas y los espíritus a mediados de la década de los 80”..

El entonces cardenal fue el gestor en 1985 del ”Acuerdo Nacional para la Transición a la Democracia Plena”, en el cual confluyeron líderes de la que sería más tarde la Concertación de Partidos por la Democracia, en el gobierno desde 1990, y de los sectores aperturistas de la derecha partidaria del general Pinochet.

La década de los años 80 se inició con dificultades para el régimen dictatorial, que en 1982 sintió el impacto de la crisis de la deuda externa, antesala de las casi espontáneas movilizaciones de sectores sindicales y de otros grupos populares que derivaron a partir de 1983 en las protestas nacionales en demanda del retorno a la democracia.

El acuerdo suscrito en 1985 posibilitó la consolidación del cronograma que contemplaba el plebiscito presidencial celebrado el 5 de octubre de 1988, en el cual 54 por ciento de los electores rechazaron la continuidad en el poder de Pinochet por ocho años más.

Así, el dictador debió llamar a elecciones generales en diciembre de 1989, en las que triunfó el demócrata cristiano Patricio Aylwin, candidato único de la oposición a la dictadura, quien juró como presidente de Chile el 11 de marzo de 1990.

La Iglesia Católica, con Fresno, fue en gran medida una de las principales garantes de ese proceso, pero para legitimarse como interlocutora válida ante la dictadura tuvo que rebajar el tono de las denuncias, que había caracterizó la gestión de Silva Henríquez, en busca de detener las violaciones de los derechos humanos cometidas por la dictadura.

Para el presidente del Senado, Hernán Larraín, de la derechista Unión Demócrata Independiente, Fresno ”era un hombre más bien sensato, tranquilo, que veía que el país estaba pasando por momentos muy difíciles y él pensaba que la Iglesia, aparte de actuar específicamente en casos concretos, tenía que ayudar a recuperar la convivencia, la armonía”.

Activistas de la Agrupación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos señalaron a IPS que uno de los puntos más polémicos de la gestión de Fresno entre 1983 y 1989 fue el papel secundario a que relegó a la Vicaría de la Solidaridad, creada por Silva Henríquez.

Fresno nació en la capital chilena el 26 de julio de 1914. Estudió en el Seminario de Santiago y en la Universidad Gregoriana de Roma y fue ordenado sacerdote el 18 de diciembre de 1937. El papa Pío XII lo designó primer obispo de la diócesis de Copiapó, ciudad a 800 kilómetros al norte de Santiago, en 1958.

En 1967, Juan Pablo II promovió a Fresno al Arzobispado de La Serena, ciudad situada a 460 kilómetros al norte de Santiago. Antes de ser nombrado arzobispo capitalino ejerció también la presidencia de la Conferencia Episcopal de Chile.

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