Turquía se acercó otro paso más a la Unión Europea (UE) este miércoles. El comisario de Ampliación del bloque, Günther Verheugen, se declaró satisfecho con el anuncio de reformas al código penal de ese país.
Verheugen se reunió con el primer ministro turco Recep Tattip Erdogan en Bruselas, y dijo luego que no había más obstáculos en el camino hacia el ingreso de Ankara a la UE
Erdogan visita Bruselas para impulsar el inicio de negociaciones formales por la incorporación de su país a la alianza de 25 países.
Un manto de duda cayó sobre esa posibilidad la semana pasada, cuando el gobierno de Erdogan, de raíces islámicas, retiró del parlamento un proyecto de reforma del código penal.
El parlamento turco no aprobó la enmienda, luego de una controversia con la UE sobre la posible incorporación del adulterio como delito.
La iniciativa proponía medidas para fortalecer la libertad de expresión y los derechos femeninos, y elevaba el castigo para los delitos de tortura y violación.
Sin una reforma radical del código penal, una norma con 78 años de antigüedad influida por la legislación de la Italia fascista, Turquía no podía esperar la fijación de una fecha firme para el inicio de las negociaciones formales con la UE, habían advertido representantes del bloque.
Pero Verheugen dijo que pudieron encontrar una solución final para el último asunto pendiente, en referencia a la controvertida reforma. No habrá nuevas condiciones para que la Comisión Europea, órgano ejecutivo del bloque, recomiende el comienzo del diálogo, agregó.
Las garantías que se me formularon hoy me permiten hacer una recomendación muy clara en ese sentido, consideró. Pero Verheugen no detalló esas garantías.
En la misma conferencia de prensa, Erdogan se limitó a afirmar que el parlamento turco se reunirá este domingo para considerar la reforma penal, y que él mismo alentaría su pronta aprobación.
Implementamos todas nuestras reformas con mucha seriedad y resolución, añadió.
La Comisión Europea, rama ejecutiva de la UE, da los retoques finales a un informe sobre la eventual incorporación de Turquía al bloque, cuya publicación está prevista para el 6 de octubre. El cuerpo se pronunciará ese mismo día sobre el inicio de negociaciones.
Ex jefes de Estado, cancilleres y comisarios de la UE emitieron a comienzos de este mes un estudio oficial sobre las ventajas que le acarrearía el ingreso de Turquía. Pero el inminente debate parlamentario sobre el adulterio sembró nuevas dudas sobre el proceso.
Verhaugen había declarado el domingo que el diálogo por el ingreso de Turquía a la UE no comenzará hasta que se aprueben las enmiendas penales. Los encargados de dirimir el proceso son los jefes de Estado y de gobierno del bloque, que se reunirán en diciembre.
A comienzos de mes, Verheugen visitó Ankara y observó entonces que la situación de los derechos humanos en Turquía —que ha sido el principal obstáculo para la integración de ese país al bloque— había mejorado.
El informe Turquía en Europa: ¿Más que una promesa?, elaborado por los ex funcionarios, indicaba que Turquía tiene todas las razones para ser bienvenida en la Unión, dado que cumple con las condiciones pertinentes establecidas en los Criterios de Copenhage.
Estos Criterios son una serie de principios políticos —instituciones estables y estado de derecho—, económicos —funcionamiento de la economía de mercado— y de derechos humanos —su vigencia y el respeto por las minorías— fijados para que los países aspirantes a integrarse en la UE.
Más demoras dañarían la credibilidad de la UE. Turquía ha desarrollado una revolución silenciosa en los últimos años en su propósito de cumplir con los criterios políticos para la integración en la UE, aseguró el ex presidente de Finlandia, Martii Ahtisaari, quien presidió la comisión que elaboró el informe.
El ex presidente finlandés consideró que el temor a una oleada inmigratoria turca a los países más ricos de Europa era muy exagerado.
El informe anticipa que, en una eventual integración, unos 2,7 millones de migrantes viajarían de Turquía al resto de la UE en el largo plazo, lo que representaría 0,5 por ciento de la población del bloque. Unos 3,8 millones de inmigrantes turcos ya viven allí.
Los autores del estudio reconocen que habría problemas en la integración de un estado de tal porte en los procedimientos de toma de decisiones de la UE, pero agregaron que éstos no son insuperables.
Turquía tiene 70 millones de habitantes, tantos como la suma de los 10 países que se unieron a la UE en mayo. También preocupa a algunos —sobre todo en Alemania, Francia y España— el cambio de rostro para el bloque que implicaría la incorporación de 66 millones de musulmanes.
Pero entre las ventajas de la unión de Turquía figura el hecho de que el legado cultural de Turquía ayudaría a promover los intereses de la UE en Medio Oriente y en los Balcanes, así como mejorar el vínculo con el mundo islámico en general.
Pero el asunto no es objeto de unanimidades en la UE. En muchos sectores, Turquía es considerado demasiado grande, demasiado pobre, demasiado distante y demasiado musulmana.
El próximo presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, dijo al diario francés Le Monde el miércoles que Turquía aún no ha cumplido con los criterios que le asegurarían la incorporación a la UE.
Turquía ha hecho avances, pero aún no cumple plenamente con los criterios, consideró.
Dentro del Parlamento Europeo, los demócratacristianos se oponen al ingreso de Turquía, mientras los liberales, los socialistas y los verdes lo apoyan.
El ex presidente francés Valery Giscard d'Estaing, al frente del panel que elabora la nueva constitución de la UE, se ha opuesto a la incorporación de Turquía al bloque con argumentos basados sobre la geografía y las diferencias culturales.
Al mismo tiempo, la líder de la oposición al gobierno socialdemócrata alemán, Angela Merkel, propuso en una carta a los jefes de gobierno de la UE ofrecer a Turquía una relación especial en lugar de la integración plena.
El adulterio fue un delito en Turquía hasta 1997, cuando un tribunal derogó tal tipificación al considerarla discriminatoria. En efecto, la ley permitía a los hombres engañar varias veces a sus esposas antes de que fuera acusado. Las mujeres eran procesadas en el primer engaño.
Por otra parte, las mujeres recibirían condenas de hasta tres años, y los hombres, de hasta tres meses.
Luego de acceder al poder tras obtener más de 70 por ciento de los escaños parlamentarios en 2002, el Partido Justicia y Desarrollo (AKP), de raíces islámicas, mantuvo la solicitud de ingreso a la UE.
Al mismo tiempo, levantó la prohibición del uso del velo en las universidades y aumentó la carga horaria de los cursos de religión islámica, lo que desató protestas del establishment secular.
El legislador verde Joost Lagendijk, presidente de la comisión UE-Turquía del Parlamento Europeo, consideró que el bloque no debe hacer de cuenta que el adulterio es el asunto más importante.
Hay problemas más relevantes que solucionar en Turquía, como abolir la tortura y garantizar los derechos a los kurdos y otras minorías, advirtió. (