TRABAJO-BRASIL: Crecimiento despierta huelgas por salarios

Brasil vive en estos días una ola de huelgas por motivos dejados de lado hace muchos años debido a otras urgencias. La recuperación económica, después de un largo período de estancamiento y desempleo, fomentó ahora un movimiento por la recuperación salarial.

Los funcionarios del Poder Judicial del estado de Sao Paulo volvieron este martes a sus actividades normales tras 91 días de paralización de actividades, pero los bancarios decidieron mantener su huelga iniciada hace 14 días y los aeronautas de la compañía VASP cruzan los brazos este martes y el miércoles en reclamo del pago de sueldos atrasados.

Por su parte, los 106.000 obreros metalúrgicos del ABC, conjunto de ciudades industriales del área metropolitana de la meridional ciudad de Sao Paulo, comenzaron la semana pasada paralizaciones aisladas en las empresas que se niegan a negociar un aumento salarial de 9,57 por ciento.

La presión sindical de los metalúrgicos, que en el pasado lideró el hoy presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, ya obtuvo acuerdos en decenas de empresas.

Los trabajadores petroleros y químicos están movilizados y amenazan interrumpir su trabajo si no obtienen mejores sueldos y condiciones laborales.

La ola de huelgas aprovecha la ”coyuntura favorable” creada por la recuperación económica, después de ”unos 10 años de pérdidas salariales”, evaluó Joao Antonio Felicio, secretario general de la Central Unica de Trabajadores (CUT), la mayor organización sindical de Brasil.

Son huelgas dormidas, que estuvieron sofocadas por el temor al desempleo creciente, que ahora encuentran el ”estímulo” para despertar. De enero a agosto, el Ministerio del Trabajo registró la creación de casi 1,5 millones de nuevos empleos en el país.

Una investigación del Departamento Intersindical de Estudios y Estadísticas Socioeconómicas reveló que en el primer semestre los sindicatos tuvieron éxito en reponer pérdidas salariales anteriores en 79 por ciento de las negociaciones hechas, ”invirtiendo una tendencia de los ocho años anteriores”, en que la inflación corroyó los ingresos, observó Felicio.

En los últimos años el promedio salarial de los brasileños venía sufriendo constante reducción, que alcanzó a 12,5 por ciento en las regiones metropolitanas el año pasado, cuando la economía se contrajo 0,2 por ciento.

Basada en estos datos coyunturales, la CUT llamó a una campaña de lucha por la recuperación salarial en este segundo semestre, un período más propicio por el aumento de la producción que atiende al mayor consumo del final del año, por el aguinaldo y las fiestas de Navidad, destacó el sindicalista.

El rebrote de las huelgas se explica por la compresión salarial en los años de estancamiento. Los bancarios, que sumaban unos 800.000 hace 15 años en todo el Brasil, se redujeron ahora a la mitad y bajó su promedio de salarios, reduciendo costos de los bancos que multiplicaron sus ganancias, dijo a modo de ejemplo Felicio.

Los bancarios en huelga reclaman un aumento salarial de 25 por ciento, mientras los banqueros ofrecen un máximo de 12,77 por ciento, con un pequeño aumento real en relación a la inflación anual de 7,18 por ciento en los últimos 12 meses.

La paralización de los bancos es parcial y más acentuada en los estatales Banco do Brasil y Caja Económica Federal. La huelga provoca trastornos entre la población, aliviados por el uso de cajas electrónicas y las operaciones por Internet.

Pero su prolongación puede provocar graves consecuencias para los 23 millones de jubilados y pensionistas que reciben sus remuneraciones a partir del viernes a través de las instituciones estatales. Por eso el gobierno ordenó no pagar el sueldo correspondiente a los días de ausencia de los huelguistas.

El ministro de Trabajo, Ricardo Berzoini, ex dirigente sindical de los bancarios, negó apoyo a sus antiguos colegas y condenó el ”uso electoral” de la huelga, en vísperas de los comicios municipales del 3 de octubre.

Los funcionarios de la VASP llevan adelante una especie de huelga suicida de 48 horas, ya que la empresa enfrenta una grave crisis financiera. Hace una semana viene suspendiendo sus servicios por no disponer de aviones en condiciones de volar y hace muchos meses retarda el pago de los salarios.

El próximo brote de huelgas será protagonizado en los próximos meses por los funcionarios públicos estaduales, que son ”tratados a pan y agua”, con salarios prácticamente congelados hace ocho años, pronosticó Felicio.

Una muestra de la situación explosiva, según el dirigente sindical, fue el movimiento que paralizó la justicia paulista. Durante los 91 días dejaron de tramitarse más de 12 millones de procesos y de realizarse 450.000 audiencias, calculó el presidente del Colegio de Abogados de Sao Paulo, Luiz Flavio D'Urso.

Los huelguistas reclamaban inicialmente 39,19 por ciento de aumento, argumentando que sus sueldos no eran corregidos por la inflación hace años. Pero aceptaron sólo 14,5 por ciento ante la falta de recursos presupuestarios alegado por el gobierno estadual.

Sin embargo, los judiciales paulistas anunciaron que siguen en ”estado de huelga” y volverán a paralizar sus actividades si se descuenta de sus sueldos los días no trabajados.

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