El Museo Nacional de Antropología e Historia (Mnah) de México, uno de los 10 de su tipo más importantes del mundo, celebra con cócteles y nuevas exposiciones 40 años de honrar el pasado indígena del país, una tarea que ha servido de poco o nada a los empobrecidos descendientes de los homenajeados.
La isntitución, inaugurada el 17 de septiembre de 1964, fue visitada el año pasado por más de 1,5 millones personas, y reúne 17.000 piezas precolombinas dispuestas en 23 salas, que dan cuenta del conocimiento y la sabiduría alcanzados por los antiguos pueblos indígenas locales.
Para los nativos de hoy, ese desarrollo es apenas una referencia. Entre los 12 millones de indígenas que habitan actualmente México hay altas tasas de analfabetismo e ignorancia, y más de 90 por ciento de ellos son pobres y sufren discriminación.
El edificio del Mnah está enclavado en Chapultepec, una área boscosa de la capital donde hay otros museos, un zoológico y un antiguo castillo que fue residencia presidencial. No muy lejos de los tesoros culturales nativos se ve diariamente a familias indígenas enteras que venden dulces, limpian vidrios de automóviles o piden caridad.
”Es una paradoja: en el museo se proyecta la grandeza de los indígenas mexicanos, mientras en las calles aledañas se ve su miseria”, dijo a IPS el antropólogo estadounidense Teo Martens, de visita turística en México, donde confesó que no podía dejar de entrar al Mnah.
Para celebrar los 40 años del museo, que es propiedad del Estado, se realizarán varias reuniones sociales entre sus directivos e investigadores, se presentará un libro y el 23 de este mes serán reabiertas algunas de sus salas, cerradas hace un año para su remodelación.
En las nuevas áreas se podrán observar cuáles eran y son aún las costumbres de varias comunidades mayas, de las zonas de planicie y selva de estados meridionales como Oaxaca, Guerrero y Chiapas, que son hoy de las más pobres del país.
El festejo por los 40 años del Mnah se extenderá a otros países. En España se abrirá la muestra mexicana ”Cosmos y cuerpos”, impulsada por el museo, y en Estados Unidos se hará lo propio con ”Aztecas”.
El acervo del museo es un ”patrimonio de los indígenas prehispánicos y contemporáneos”, declaró su director, Felipe Solís.
El director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Sergio Raúl Arroyo, sostuvo que el Mnah ha logrado ”trazar un extraordinario puente entre el pasado y el presente, que permite reconformar nuestra idea de lo que es la diversidad cultural”.
Pero hoy la diversidad étnica en México no está marcada hoy por el respeto, sino por la discriminación de unos hacia otros, sostiene el historiador Lorenzo Meyer.
En las escuelas mexicanas se inculca a los niños el orgullo por el origen indígenas y por aquellos pueblos que construyeron grandes ciudades y desarrollaron avanzados conocimientos. Sin embargo, ser indígena implica menores ingresos y rechazo social, coinciden en señalar todos los investigadores.
México es la nación de América Latina con más indígenas. Según datos oficiales, 75 por ciento de ellos no completaron la enseñanza primaria, el doble del promedio general del país, y son analfabetos 44,7 por ciento, cuatro veces más que el promedio nacional.
La mortalidad infantil entre los pueblos nativos es 48,3 por cada mil nacidos vivos, frente a 28,2 por mil de promedio nacional, y la deficiencia en talla por edad en los niños indígenas es 73,2 por ciento, 22,7 por ciento más que el promedio del país.
Además, casi 60 por ciento de las viviendas indígenas carecen de agua potable, frente a 15,7 por ciento en todo el país.
En México, 83 por ciento de los 803 municipios con población mayoritariamente indígena sufren ”alta” o ”muy alta marginación”.
El Instituto Nacional de Estadísticas informó que 48,5 por ciento de los indígenas no recibe ingresos por el trabajo que desempeña. El resto, que sí los obtiene, accede a remuneraciones ínfimas.
Reclamando por esos altos niveles de marginación, surgió en 1994 el insurgente Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), integrado mayoritariamente por indígenas.
El grupo, que se mantiene en zonas de selva del estado de Chiapas sin atacar ni ser atacado, logró colocar el tema de los indígenas en los primeros planos de la agenda nacional, pero la situación de pobreza de los nativos no ha cambiado.
