¿Qué pasa cuando un ferviente activista comete un error que se parece mucho a los delitos que combate? La sociedad civil de América Central oscila entre el escándalo y el mutismo desde que un respetado promotor de causas infantiles admitió haber pagado a un joven de 19 años por favores sexuales.
Según activistas consultados por IPS, las organizaciones civiles que trabajan por la infancia están estremecidas, pero no quieren que esto acabe volviendo triviales graves carencias y violaciones a los derechos humanos de niñas y niños centroamericanos.
El 14 de este mes, el británico Bruce Harris, durante 15 años director de la no gubernamental Casa Alianza para América Latina y uno de los más vehementes activistas por los derechos de la infancia, fue despedido. Poco antes, un joven de 19 años, quien años atrás había sido beneficiario de la institución, denunció haber mantenido relaciones sexuales con él a cambio de dinero.
Para Carlos Emilio López, procurador de la Niñez de Nicaragua, el asunto de Harris es delicado y reprochable, pero no debe ser aprovechado por los gobiernos del istmo para minimizar el problema de explotación sexual y laboral que viven los menores en esta región de casi 38 millones de habitantes, más de la mitad de los cuales viven en la pobreza.
La situación de Harris ha causado un gran impacto moral y ha generado un 'shock' entre las organizaciones que trabajan con la niñez, porque sus denuncias de abusos sexuales eran muy beligerantes y fuertes, y él estaba considerado entre las personas que más trabajaban por los derechos humanos en el mundo, explicó López.
Es cierto que el caso mina la credibilidad de las organizaciones especializadas, pero es un error confundir el proceder de una persona con el de toda una institución como Casa Alianza, se atajó López.
No se puede obviar que Casa Alianza despidió a Harris apenas supo de su proceder, lo cual es muy positivo, y tampoco podemos olvidar la disposición a colaborar con la investigación de la Fiscalía hondureña. Son dos aspectos que la prensa comercial ha invisibilizado, recalcó.
La sede de Casa Alianza en Nueva York (Covenant House), por medio de su portavoz Richard Hirsch, se limitó a declarar a IPS que cooperará con la investigación de la Fiscalía de Honduras y que en esta coyuntura no brindará declaraciones.
Covenant House, soporte de Casa Alianza en América Latina, dio instrucciones a sus oficinas en Costa Rica, Guatemala, Honduras y Nicaragua para que ningún funcionario se refiriera al caso. Los sitios centroamericanos de la organización en Internet están fuera de servicio.
Harris admitió en un comunicado haber procedido de forma incorrecta y se puso a disposición de las autoridades hondureñas. Hasta el momento no hay cargos contra él. Además, el 23 de este mes partió de Costa Rica a la ciudad estadounidense de Miami.
El joven denunciante, mayor de edad, había sido residente de Casa Alianza entre 1998 y 2002, y en sus primeras declaraciones a la fiscal especial del Menor, Nora Urbina, aseguró que niños habían sido abusados en la sede de esa institución en Honduras.
La fiscal, consultada por IPS, prefirió no dar declaraciones. El jueves pasado, Urbina dispuso la intervención de la sede de la organización en Tegucigalpa.
Casa Alianza cumplirá 18 años en Honduras este miércoles, pero los festejos se pospusieron hasta el seis de octubre. El motivo esgrimido por la portavoz Nancy Duarte a IPS, fue que el director local, el español José Manuel Capellín, regresará al país en esa fecha, para cuando se preparan actos culturales, deportivos y religiosos.
Antes de que Covenant House emitiera la directriz de silencio para sus representantes en América Latina, Capellín había dicho a la radioemisora nacional RHN que la conducta de Harris había dañado terriblemente a la organización.
La impresión pública es que él es Casa Alianza, porque trabajó 15 de los 17 años que tiene de operar en Honduras la entidad, afirmó Capellín.
El mexicano Pedro Fragoso fue nombrado director interino de Casa Alianza en América Latina, con sede en Costa Rica.
Casa Alianza es la entidad que más apoyo brinda a menores que viven en la calle en América Latina. En sus 21 oficinas (que incluyen también ciudades de Estados Unidos, Canadá y México) atiende anualmente a más de 60.000 niñas y niños.
En América Central, Harris se había convertido en icono en la lucha contra la explotación sexual infantil y el asesinato impune de jóvenes, recordó López.
Semanas atrás, Casa Alianza divulgó que entre enero de 1998 y septiembre de este año, más de 2.379 menores de 23 años fueron asesinados en Honduras, y los culpables siguen libres.
Los efectos del caso Harris ya son visibles. Nicaragua impulsa una indagación en las 80 organizaciones no gubernamentales que trabajan con la niñez en ese país para determinar las condiciones en que lo hacen, dijo López, quien sin embargo negó que la medida tuviera algo que ver con lo ocurrido en Honduras.
López recordó que los países del istmo han sido reiteradamente cuestionados por la persistencia de la explotación sexual infantil y que este incidente no puede servir para que los gobiernos oculten la triste realidad que viven miles de niñas, niños y jóvenes.
Blanca Rodríguez, directora en Honduras de la asociación Amigos de los Niños, que atiende a menores de la calle, lamentó que este episodio empañe el trabajo de organizaciones que sirven a la niñez.
Casa Alianza ha sido una de las organizaciones que con mayor fuerza ha combatido la explotación sexual infantil y el que se den noticias de que su director tuvo relaciones sexuales con un ex residente de esa entidad es sorprendente y lamentable, dijo Rodríguez.
La gente ahora juzgará a las organizaciones por lo sucedido con Harris y borrar esa imagen requerirá de tiempo.
Será difícil evitar que este caso nos afecte, pero las acciones de las organizaciones son las que al final contribuirán a recobrar la credibilidad, agregó Rodríguez.
Amigos de los Niños, financiada por Children International, atiende a 19.000 menores en Honduras, a los que brinda techo, cuidados y educación, destacó.
El Instituto Hondureño de la Niñez y la Familia (INFA) añadió otra preocupación, al reconocer que no cuenta con mecanismos para supervisar a 290 organizaciones que atienden a la niñez en ese país.
En el departamento de supervisión y control solo contamos con tres funcionarios para que fiscalicen a todas las organizaciones, lo que hace imposible su labor, admitió Olman Lezama, del INFA.