– Los aliados comunistas de la coalición centroizquierdista que gobierna India se oponen al plan oficial de incorporar delegados del Banco Mundial y consultores extranjeros al principal órgano de planificación económica.
Le hemos dicho al primer ministro (Manmohan Singh, del Partido del Congreso) que no podemos admitir expertos de agencias internacionales en grupos o comités instalados por la Comisión de Planificación, dijo Sitaram Yechuri, del politburó del Partido Comunista de India-Marxista (CPI-M).
Al propio Singh corresponderá la decisión final respecto del futuro de la Comisión de Planificación, que ha conducido durante décadas el sistema de economía centralizada, equiparado por muchos con el de la antigua Unión Soviética y hoy en proceso de reformas.
Le resultará difícil a Singh, un ex economista del Banco Mundial, no satisfacer las demandas de los partidos comunistas integrantes del Frente de Izquierda, alianza que brinda apoyo externo a un gobierno sin mayoría parlamentaria propia.
De todos modos, el primer ministro indio dijo el domingo, al regresar de una gira de ocho días que lo llevó por Londres, Nueva York y Ginebra, que India llevará a cabo las reformas económicas.
Lo que une al Partido del Congreso con los comunistas es su determinación por mantener fuera del poder, a toda costa, al hinduista y conservador partido Bharatiya Janata.
Los aliados del gobierno, incorporados o no a la coalición Alianza Progresista Unida, se han comprometido a asegurarle la permanencia en el poder por todo el periodo de cinco años.
Tenemos diferencias, pero debemos intentar sortearlas de tanto en tanto, dijo el veterano líder del CPI-M y ex jefe del gobierno del estado de Bengala Occidental, Jyoti Basu, uno de los dirigentes comunistas que se reunieron con Singh el sábado en Nueva Delhi.
La entrevista fue convocada por la líder del Partido del Congreso, Sonia Gandhi, tras una semana en que los comunistas criticaron públicamente las políticas del gobierno instaurado en mayo, con el desalojo de la coalición encabezada por Bharatiya Janata.
Los partidos comunistas se oponen a los planes del Partido de Congreso de elevar el tope impuesto a la inversión extranjera directa en sectores como los seguros, las telecomunicaciones y la aviación, por temor a despidos masivos.
Queremos que el gobierno considere nuestra posición de que no se justifica la medida a estudio, dijo el dirigente del CPI-M Prakash Karat, para quien los comunistas votarán contra cualquier propuesta en ese sentido.
Elevar esos topes requeriría el voto conforme de dos tercios del parlamento.
Los partidos comunistas ya bloquearon la propuesta de privatizar los grandes aeropuertos, pero dijeron no oponerse a invitar a grandes inversores para construir terminales nuevas.
La inversión privada, incluida la financiada con dinero de indios en el extranjero, aseguró el éxito del primer aeropuerto internacional en el meridional estado de Kerala, un bastión de la izquierda.
Analistas atribuyen la derrota de Bharatiya Janata en las elecciones de mayo, más que a la violencia religiosa que aparejó su gobierno, a las reformas económicas estructurales que profundizaron la brecha entre ricos y pobres, en particular en áreas rurales donde se suicidaron miles de agricultores.
La reunión del sábado tuvo como consecuencia una reiteración por parte del gobierno de su prioridad por establecer por ley garantías de empleo, esquemas de trabajo a cambio de asistencia alimentaria y un plan de almuerzos escolares.
El portavoz del Partido Comunista de India (CPI), Said D. Raja, manifestó: No queremos la caída del gobierno. Todos estamos de acuerdo en que si incumplimos con nuestras promesas electorales, el pueblo no nos perdonará.
En cuanto a la posibilidad de que representantes del Banco Mundial y de su rama regional, el Banco de Desarrollo Asiático, se sienten en los comités consultivos de la Comisión de Planificación, funcionarios anunciaron que éstos tendrán un papel discreto. Pero el plan no se eliminó.
Estos expertos ya tienen un papel crucial en las políticas. Esto no es nuevo, dijo a IPS un funcionario de la Comisión.
La última ola de reformas estructurales de India comenzaron luego de una crisis de balance de pagos que culminó con el nombramiento de Singh como ministro de Finanzas, en el gobierno encabezado por el Partido del Congreso entre 1991 y 1996.
Pero muchos consideraron que esas reformas beneficiaron solo a la clase rica urbana. Las masas rurales rechazaron los planes, y el Partido del Congreso permaneció en la intemperie política durante los siguientes ocho años.
Al aceptar el cargo de primer ministro, Singh se comprometió a continuar las reformas que él mismo inició, pero esta vez con rostro humano. Aún está por verse hasta dónde lo dejarán llegar sus aliados comunistas. (