El paquete de asistencia al desarrollo de la Unión Europea (UE) viene atado a una política de dominación y grandes trabas burocráticas para los países del Sur, coincidieron expertos al cierre de una conferencia en La Haya.
"La política europea de desarrollo es una mezcla ambigua de generosidad y dogmatismo ideológico", dijo a IPS el analista Nadji Khaoua, profesor de la Universidad de Annaba, Argelia, al terminar la conferencia "Europa y el Sur: Una nueva era".
El encuentro, organizado por la Sociedad para el Desarrollo Internacional, con sede en Roma, reunió el lunes y el martes en esta ciudad holandesa a 250 expertos de Europa, América del Norte, América Latina, Africa y Asia, que analizaron las relaciones entre la política exterior, la seguridad, el comercio y el desarrollo.
"A pesar de la horrible experiencia europea con la privatización de los servicios públicos, los funcionarios de Bruselas (sede del ejecutivo de la Unión Europea) insisten en que los países del Sur deben privatizar el agua y las instalaciones eléctricas", señaló Khaoua.
El analista sostuvo que el fracaso de la privatización de los ferrocarriles y de los servicios eléctricos en Gran Bretaña y en Estados Unidos "deberían haberles enseñado que la administración pública es una mejor alternativa".
"Y, sin embargo, los funcionarios europeos vienen a nuestros países fingiendo que pueden enseñarnos algo que va contra la experiencia práctica", afirmó Khaoua.
"Esto es típico de la política europea para el desarrollo. Europa debe aprender a concebir una visión de desarrollo que tome en cuenta la diversidad de los países del Sur", añadió.
Muchos europeos que participaron de la conferencia, incluso funcionarios de la Unión Europea (UE), reconocieron que la política de desarrollo del bloque es muy burocrática e ineficaz.
El saliente comisario de la UE para el Desarrollo y la Ayuda Humanitaria, Poul Nielson, admitió que la política de desarrollo del bloque está "sobrecargada de controles" que vuelven casi imposible su efectividad.
Nielson explicó que los controles fueron impuestos luego de que surgieron sospechas de corrupción en la administración de los fondos comunitarios, y luego de que algunos países miembro expresaron su desconfianza ante funcionarios de Bruselas.
"A veces, cuando voy a las oscuras reuniones de la administración europea para el desarrollo, tengo ganas de preguntar: 'Queridos amigos, ¿no tenemos otra forma más complicada de hacer las cosas?'", dijo Nielson
El funcionario señaló que la burocracia y los controles establecidos por los países miembro deberían dejar por lo menos "una mano libre para hacer lo que se debe hacer".
"La asistencia europea para el desarrollo es la peor dirigida", reconoció este miércoles el ex comisario de Desarrollo Dieter Frisch.
Por su parte, el presidente de la independiente Asociación Europea de Investigación para el Desarrollo, Louk Box, cerró la conferencia de La Haya con un llamado a establecer una red coherente en las estructuras de la UE para un uso eficiente de los recursos.
"Europa debe asumir su responsabilidad y afrontar el desafío del desarrollo mundial. Esperemos que la presión de cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio imponga coherencia en la política de la UE", señaló.
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio fueron fijados en una sesión especial de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) realizada en septiembre de 2000.
Entre las metas figuran garantizar para 2015 la educación universal de niños y niñas, y reducir a la mitad, respecto de 1990, la población de pobres, de hambrientos y de personas sin acceso a agua potable ni medios para costearla.
Otros objetivos establecidos en 2000 por los 189 países entonces integrantes del foro mundial fueron promover la igualdad de género, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir el VIH/sida, la malaria y otras enfermedades y garantizar la sustentabilidad ambiental.
El total mundial de la cooperación para el desarrollo se estima en 57.000 millones de dólares. Mientras, la ayuda otorgada por la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, y la asistencia bilateral de los países miembro suman 30.000 millones de dólares.
Pero la mayor parte de este dinero se entrega a través de pesados procedimientos burocráticos.
Expertos del Sur insistieron en que la UE debe aprender a respetar las características de cada país destinatario de asistencia y permitirles protagonizar la concepción y puesta en práctica de las políticas para el desarrollo.
"¿Por qué los burócratas de Bruselas vienen a Tanzania y le dicen a la población, que es inteligente y capaz, cómo debe hacer las cosas?", preguntó Khamis Mwinyimbegu, de la organización no gubernamental Consejo Camerún-Holanda, que trabaja por el desarrollo de Africa occidental y meridional.
Los participantes de la conferencia también coincidieron en que el desarrollo no es un proceso de una sola vía.
"Los funcionarios europeos y estadounidenses deben entender que nos necesitan tanto como nosotros a ellos. El desarrollo no es dar limosna, sino un proceso que debe enriquecer a ambas partes", dijo a IPS el economista Lallan Surajnandan Prasad, de la Universidad de Nueva Delhi.
"No queremos programas para el desarrollo atados a condiciones inaceptables", señaló.