Las recomendaciones de una comisión especial sobre Cuba al presidente de Estados Unidos ponen más énfasis en el fin del gobierno de Fidel Castro que en un proceso de transición pacífica, por largo tiempo la política declarada del gobierno estadounidense, lamentó un grupo de trabajo internacional integrado por analistas, ex funcionarios y diplomáticos.
El grupo de trabajo del Diálogo Interamericano, un gabinete de expertos de Washington, sostuvo en una carta al secretario de Estado (canciller) Colin Powell que las recomendaciones al presidente George W. Bush hicieron un magro favor a los intereses de Estados Unidos en Cuba y América Latina.
El informe de la comisión especial se refiere a una 'transición pacífica' en algunos casos, pero el 'rápido fin de la dictadura de Castro' es definido en varios casos como el objetivo central del gobierno de Estados Unidos, dice la carta.
La Comisión de Asistencia al Presidente para una Cuba Libre, que emitió el pasado mayo las recomendaciones cuestionadas, fue creada por iniciativa de los elementos más derechistas y anticastristas del gobierno de Bush y el Congreso legislativo.
Washington adoptó algunos de sus consejos para aislar al régimen de Castro, como la limitación de los viajes y las remesas a Cuba, que disgustaron a gran parte de la comunidad cubano-estadounidense.
[related_articles]
Además, varias secciones del informe parecen anticipar violencia, sostiene la misiva a Powell, firmada entre otros por William Rogers y Viron Vaky, altos funcionarios para América Latina bajo los gobiernos de Richard Nixon (1969-1974) y Jimmy Carter (1976-1980) respectivamente; Shahid Javed Burki, ex vicepresidente del Banco Mundial para América Latina; Barbara McDougall, ex canciller de Canadá, y Pierre Schori, ex embajador de Suecia.
Otros firmantes son el presidente del Diálogo Interamericano, Peter Hakim, y los profesores Jorge Domínguez, de la Universidad de Harvard, y Lisandor Pérez y Marifeli Pérez Stable, ambos de la Universidad Internacional de Florida. El ex presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso es copresidente del Diálogo Interamericano.
En su conjunto, el informe sugiere que el gobierno de Estados Unidos debe subordinar la posibilidad de un cambio pacífico en Cuba al objetivo más amplio de poner fin al régimen de Castro. Creemos que esas prioridades deben invertirse, exhorta la carta.
La publicación de la carta coincide con la intensificación de la campaña por las elecciones presidenciales del próximo noviembre, en las que el sudoriental estado de Florida, donde residen la mayor parte de los cubano-estadounidenses, podría resultar definitorio, igual que en los comicios de hace cuatro años.
En 2000, cerca de 82 por ciento de los cubano-estadounidenses votaron por George W. Bush, pero la mayoría de los observadores políticos creen que el presidente ni se acercará esta vez a ese porcentaje, debido a las divisiones dentro de la comunidad, en especial entre antiguos exiliados anticastristas radicales y exiliados más recientes, con vínculos más fuertes con la isla caribeña.
Las divisiones en la comunidad cubano-estadounidense quedaron en evidencia la semana pasada cuando Joe García, director ejecutivo de la anticastrista Fundación Nacional Cubano-Americana (CANF), renunció a su cargo para incorporarse a la Nueva Red Demócrata.
Joe está indicando a los cubano-estadounidenses que son bienvenidos en el Partido Demócrata, declaró Simon Rosenberg, director ejecutivo de la Nueva Red.
En sus frecuentes visitas a Florida, el candidato del opositor Partido Demócrata, John Kerry, intenta emitir ese mismo mensaje, en parte criticando varias de las recomendaciones de la comisión adoptadas por Bush, para disgusto de muchos cubano-estadounidenses que mantienen estrechos vínculos con sus familias en Cuba.
La Comisión de Asistencia al Presidente para una Cuba Libre estaba integrada, entre otros, por Otto Reich, ex secretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental; su sucesor, Roger Noriega; José Cárdenas, ex director de la CANF en Washington, y los legisladores republicanos Lincoln Díaz Balarta e Ileana Ros Lehtinen, de Florida.
El canciller Powell y el secretario de Vivienda Mel Martínez, de origen cubano y candidato al Senado por Florida, fueron los copresidentes de la Comisión, pero ésta quedó en control de los más radicales.
Entre otras medidas adoptadas por la administración de Bush, la comisión recomendó la reducción del número de viajes permitidos a Cuba de uno al año a uno cada tres años, la prohibición de remesas a ese país excepto a familiares cercanos, y la limitación de la cantidad de dinero que los cubano-estadounidenses pueden llevar a la isla durante sus visitas.