Las elecciones del domingo en la capital de Tailandia marcaron un voto de protesta contra el gobierno nacional del primer ministro Thaksin Shinawatra, así como el sorprendente ascenso de un líder mafioso.
En un claro gesto de rechazo al dominio que sobre la política nacional tiene el partido Thai Rak Thai (TRT), los votantes eligieron al candidato del opositor Partido Demócrata, Apriak Kosayodhin, como nuevo gobernador de Bangkok.
Apriak Kosayodhin obtuvo más de 911.400 votos, mucho más que los 619.000 de Paveena Hongsakul, una candidata independiente que contaba con el respaldo del gobernante TRT.
El tercero, con 334.000 votos, fue Chuwit Kamolvisit, magnate de las casas de masajes —de hecho, prostíbulos encubiertos— devenido en cruzado contra la corrupción.
Chuwit salió a la luz pública el año pasado al delatar a altos funcionarios policiales que pedían altos sobornos a cambio de poder regentear sin mayores controles su red de establecimientos.
La victoria del candidato demócrata es considerado una señal de protesta de los votantes educados y de clase media de Bangkok contra el monopolio logrado por el TRT sobre el accionar político del país en los últimos años.
Desde su llegada al poder en triunfo abrumador en las urnas hace cuatro años, Thaksin Shinawatra ha logrado ampliar su control sobre el parlamento y otras instituciones políticas comprando a sus opositores y silenciando a los críticos.
El pueblo de Bangkok ha votado por la creación de una alternativa al dominio que TRT ha alcanzado sobre todos los espacios políticos del país, dijo el artista Paisan Plien-bangchant, cuyas ideas izquierdistas son bien conocidas.
Hasta un alto dirigente político de TRT, Chamlong Srimuang —el mentor político de Thaksin—, convocó a la ciudadanía a votar por Pavena para contrarrestar el poder del primer ministro, a quien acusó de socavar la joven democracia tailandesa.
Las críticas que hoy formula Chamlong son hace tiempo comunes entre académicos, ex funcionarios y organizaciones no gubernamentales.
El primer ministro es acusado de apelar a advertencias policiales, clausuras, presiones y manipulación de la publicidad oficial para acallar las críticas desde los medios de comunicación.
Thaksin es —al igual que Apriak Kosayodhin— empresario del sector de las telecomunicaciones y dirigía su empresa Shin Corporation antes de asumir la jefatura del gobierno.
El activista por la libertad de prensa Supinya Klangnarong declaró al diario Thai Post que Shin Corporation se benefició de la posición de su fundador en el gobierno. El lunes, la firma presentó una demanda por difamación pro 10 millones de dólares contra el periódico y contra Supinya.
También académicos y funcionarios críticos han recibido ataques verbales de Thaksin.
Las elecciones del domingo no se refirieron tanto a los muchos problemas que sufre el municipio de Bangkok, sino a la situación política nacional. Constituyeron, en ese sentido, un mensaje al TRT de que no se toleraría la expulsión de la oposición del mapa político.
Perdimos porque Paveena era claramente percibida como la candidata de TRT, admitió un asesor de la candidata que solicitó reserva de su identidad.
TRT logró marginar a las fuerzas opositras en los últimos cuatro años debido a la imagen de Thaksin como millonario emprendedor, numerosas medidas económicas y políticas de corte populista y a su manejo de consignas nacionalistas tras la crisis financieras asiáticas de 1997.
Thaksin aspira a ganar 400 de los 500 escaños del parlamento en las próximas elecciones nacionales, que se celebrarán en una fecha aún no determinada del año próximo.
De todos modos, y a pesar del resultado de las elecciones del domingo, los expertos descartan que TRT obtendrá una cómoda mayoría en esos comicios.
La oposición está sumida en el caos desde la derrota de 2000, incapaz de entablar un desafío coherente y creíble a TRT.
El Partido Demócrata, el más antiguo del país y principal de la oposición, eligió como líder el año pasado, tras la renuncia del ex primer ministro Chuan Leekpai, al veterano dirigente Banyat Bantadtan, en lugar del joven y carismático Abhisit Vejjajiva.
Desde entonces, el partido ha sufrido numerosas defecciones de legisladores que adherían a TRT o formaban nuevas organizaciones, lo que impidió forjar alternativas a Thaksin.
La victoria del fotogénico Apirak es una señal de que los demócratas eligen a líderes jóvenes en lugar de ancianos veteranos con lazos cuestionables con la antigua elite empresarial y política.
Debería ser evidente ahora para cualquier demócrata ahora que los ciudadanos de Bangkok prefieren un líder joven con una visión audaz y una mente democrática para liderar el país, dijo el diario Nation, que se publica en la capital.
Por su parte, Chuwit atrajo votos de jóvenes desencantados con la política, de los numerosos taxistas molestos por los crecientes precios del combustible y de la gran cantidad de trabajadores y trabajadoras en la industria sexual de Bangkok.
Chuwit, aunque controvertido, es considerado alguien que se atrevió a atacar el sistema, y muchos jóvenes y personas de bajos ingresos parecen haber votado por él, dijo Voravid Charoenlerte, economista de la capitalina Universidad de Chulalongkorn.
Mientras, trabajadores y trabajadoras sexuales y de la industria del espectáculo están molestos por las restricciones impuestas a sus actividades por el gobierno de Thaksin al amparo de los valores familiares. (