La campaña electoral para revocar o ratificar a Hugo Chávez como presidente de Venezuela apenas se despereza a menos de dos semanas del referendo del 15 de agosto, en contraste con las gigantescas marchas que medían las fuerzas de oficialismo y oposición en los últimos dos años y medio.
El referendo fue convocado en junio. En mayo la oposición entregó 2,5 millones de firmas solicitando el recurso, pero durante todo julio la campaña estuvo falta de grandes concentraciones y se limitó a caravanas de vehículos, instalación de algunos kioscos, actos en espacios cerrados y colocación de afiches por el Sí y el No.
Por el Sí deberán votar quienes quieran revocar el mandato de Chávez, y por el No quienes deseen que culmine su mandato sexenal en enero de 2007.
Un visitante que llegue a Caracas o a otra importante ciudad verá abundantes carteles y afiches en las vías públicas, con un No sobre fondo dominante rojo, así como vallas, graffiti e incluso globos suspendidos hasta siete metros sobre el suelo con el mismo color e inscripción.
En menor cantidad, letreros azules o en amarillo, azul y rojo, los colores nacionales, invitan a votar Sí. Pero no hay rostros en los carteles. Esta es una batalla de Chávez sí contra Chávez no, comentó a IPS el analista de opinión Luis León.
Durante julio, los comandos oficialistas y opositores se concentraron en ubicar y juramentar activistas a los que encargaron la búsqueda de votos por el Sí o el No, es decir, decenas de miles de partidarios que ya están comprometidos.
Pero al referendo han sido convocados 14 millones de electores, y si se cumplen los estimados de oficialistas, opositores y encuestadoras, la abstención será menor a 30 por ciento, por lo que unos diez millones de votantes acudirán a las urnas el día 15.
¿Dónde están las marchas y los mítines? Desde que se agudizó la crisis política al calor de una huelga empresarial y sindical contra el gobierno, el 10 de diciembre de 2002, decenas de marchas de opositores y oficialistas, algunas con más de 300.000 personas, recorrieron las calles de Caracas con réplicas en otras ciudades.
Una marcha, quizá la más grande en la historia de Venezuela, se aproximó al palacio de gobierno el 11 de abril de 2002 y, al disolverse en un confuso tiroteo que dejó 19 muertos y decenas de heridos, desencadenó un golpe de Estado que separó del poder a Chávez durante 47 horas.
La crisis continuó, animada por vistosas manifestaciones y mítines de adversarios o de partidarios de Chávez, en tanto los medios de comunicación, en especial la televisión privada que milita contra el presidente, saturaban sus espacios con notas políticas.
Por contraste, en las últimas semanas la lucha política ha sido palaciega, de reuniones y debates en torno al dispositivo electoral, más los actos de comandos militantes en anfiteatros y unas pocas caravanas de vehículos.
La propaganda abierta está limitada por el poder electoral: cada estación de radio o televisión puede transmitir apenas tres minutos diarios de publicidad por el Sí o el No, y en los diarios, ésta se limita a media o una página.
El próximo domingo, un acto de masas en Caracas demostrará que la mayoría está con el No, anunció este martes el ministro de Información, Jesse Chacón.
Jesús Torrealba, portavoz de la coalición opositora Coordinadora Democrática, dijo a IPS que el día 11 o 12 de este mes realizaremos una gran marcha y demostración de calle en Caracas, todo de acuerdo con nuestra estrategia.
La primera fase de la campaña opositora consistió en alistar nuestra maquinaria de 350.000 activistas, y la segunda se cumplió el domingo pasado, cuando más de dos millones de personas firmaron el Acuerdo de Gobernabilidad, explicó.
Las decenas de partidos y grupos que integran la Coordinadora elaboraron un Acuerdo de Gobierno para el que esperan sea un período de transición, 2004-2007, y decenas de miles de sus seguidores suscribieron el domingo hojas para respaldarlo.
La campaña arreciará en los próximos días sobre todo ubicando, casa por casa, a los 4,7 millones de personas que en algún momento de estos dos años firmaron algún texto contra Chávez. Votan las personas, no los afiches, sentenció.
Esa estrategia en realidad demuestra que la oposición no tiene la fuerza ni el respaldo de calle con que cuenta Chávez, dijo a IPS Samuel Moncada, dirigente del comando de campaña oficialista.
Durante meses pudo parecer que la oposición era dueña de la calle y de la mayoría, pero no es así, porque jugaba sola, buscando firmas para el referendo. Ahora que hay otro actor en campaña, las encuestas muestran dónde está la mayoría, dijo Moncada.
Cuatro de cinco sondeos nacionales divulgados en las últimas dos semanas indican que Chávez ganaría el referendo, según las opiniones emitidas por los encuestados.
Nuestras plataformas de información nos indican que eso responde al clima de temor y coerción que impera en barrios populares y entre los empleados públicos, dijo Torrealba. Pero el fenómeno será el voto oculto, de quienes están callados o dicen otra cosa pero castigarán a Chávez aprovechando que el sufragio es secreto, sostuvo.
Para Moncada el voto oculto que había era el de quienes se consideraban ni-ni (ni con el gobierno ni con la oposición) pero que a medida que se acerca el referendo han dejado de ser indecisos y favorecen a Chávez.
El tono dominante de los discursos sigue siendo el de atribuirse la victoria, y cada bando contempla la posibilidad de una derrota sólo como producto de algún fraude.