Aunque algunos críticos creen que el triunfo del presidente venezolano Hugo Chávez en el referendo sobre su mandato puede resultar perturbador para América Latina, gobiernos de la región lo saludan como una lección de democracia, y la izquierda y el movimiento altermundista lo asumen como una victoria propia.
El resultado de la consulta popular venezolana, favorable a la continuidad del mandato de Chávez hasta enero de 2007, alentará el rechazo al proyecto del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que impulsa Washington, y reforzará los lazos de una integración latinoamericana alternativa tendidos por varios países, en especial Brasil.
Este triunfo democrático le da a Chávez una enorme credibilidad moral como líder de la alternativa popular al neoliberalismo y refuerza el proyecto de una integración latinoamericana distinta a la que promueve Washington, dijo a IPS el intelectual alemán Heinz Dieterich, defensor del mandatario venezolano y promotor del movimiento contrario a la actual globalización.
En cambio, para Benito Nacif, director de estudios políticos del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) de México, el triunfo de Chávez es perturbador, pues refrenda a un mandatario populista, que mantiene a la economía venezolana hecha un desastre y que avanza sobre la construcción de redes clientelares.
Sin embargo, el producto interno bruto venezolano crecerá 12 por ciento este año, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, luego de una fuerte contracción en 2002 y 2003, en parte por los estragos de la huelga petrolera de dos meses contra Chávez, que dejó pérdidas de más de 10.000 millones de dólares.
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La izquierda de América Latina debe ser más precavida con Chávez, pues muchos de sus postulados están cerca del populismo y la manipulación, que son distintos a los que maneja un presidente de izquierda como el brasileño Lula (Luiz Inácio Lula da Silva) , dijo Nacif a IPS.
Según el Consejo Nacional Electoral de Venezuela, los votos por el No a la revocación del mandato presidencial de Chávez fueron 58,25 por ciento del total, frente a 41,74 para el Sí revocatorio.
Estos datos parciales, que consideran 90 por ciento de los sufragios emitidos, fueron refrendados por los principales observadores internacionales, el estadounidense Centro Carter para la Paz y la Organización de los Estados Americanos.
La coalición opositora Coordinadora Democrática consideró que los resultados son parte de un gran fraude y anunció movilizaciones.
Ante la instancia del referendo, el último intento de la oposición por sacar del gobierno a Chávez tras un fallido golpe de Estado y la huelga petrolera de dos meses en 2002 y 2003, pocos gobiernos permanecieron indiferentes.
El referendo fortalece la democracia en América del Sur, dijo este lunes el canciller brasileño Celso Amorim, desde Santo Domingo, donde se encuentra para asistir a la asunción del nuevo presidente de ese país, Leonel Fernández.
Las dudas son normales en cualquier proceso electoral, comentó Amorim sobre las denuncias de fraude hechas por la oposición.
Diputados del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, que están en Venezuela como observadores, también manifestaron satisfacción por el triunfo de Chávez, descartando la posibilidad de fraudes.
Más aun, el diputado Joao Alfredo Melo sugirió la inclusión de un mecanismo similar de consulta popular en la reforma política en discusión en Brasil, como forma de promover una democracia mas participativa.
De hecho, Chávez es el primer presidente democráticamente elegido que se somete a una prueba semejante.
La prensa estatal cubana se apresuró a vaticinar un triunfo contundente de Chávez, y aun antes de la votación, el presidente Fidel Castro estimó que la victoria de su amigo sería una victoria del hemisferio que influirá definitivamente en el destino de América Latina.
El ex mandatario argentino Eduardo Duhalde (2002-2003) y presidente de la comisión de representantes permanentes del Mercado Común del Sur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) opinó que la confirmación del mandato de Chávez contribuye a una más rápida integración sudamericana.
Chávez es uno de los defensores más acérrimos del proceso integrador, y su continuidad en la presidencia de Venezuela ayuda a visualizar una rápida integración regional, sostuvo Duhalde.
Este lunes, el presidente argentino Néstor Kirchner expresó directamente a Chávez por teléfono su satisfacción por el resultado, según fuentes citadas por medios de comunicación de ese país, mientras su canciller Rafael Bielsa consideró el triunfo inapelable.
El proceso del referendo fue seguido en Argentina con entusiasmo y ansiedad por militantes de partidos de izquierda y piqueteros (movimiento de trabajadores desocupados), que realizaron un acto de apoyo el viernes, y en la noche del domingo se concentraron en torno al céntrico obelisco de Buenos Aires.
Incluso el derechista presidente de Colombia, Alvaro Uribe, antagonista ideológico de Chávez, felicitó a los venezolanos afirmando que le han dado una bella lección de democracia al mundo.
Felicitaciones, Venezuela, felicitaciones presidente Chávez. Unidad en Venezuela, por un porvenir brillante, afirma el mensaje enviado por Uribe.
Chávez, que ganó la presidencia en 1998 enarbolando un proyecto de revolución social bolivariana, estará al frente del país hasta enero de 2007.
Duro crítico de Estados Unidos y de las políticas promovidas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, ha enfrentado en su gestión serios problemas económicos.
Entre 1998 y 2003, Venezuela descendió del puesto 46 al 69 en el Indice de Desarrollo Humano de la Organización de las Naciones Unidas.
Aunque el movimiento altermundista no es chavista e incluso criticamos algunas de sus estrategias de gobierno, sí compartimos varios de sus postulados, por lo que su triunfo nos alegra sobremanera, dijo a IPS Héctor de la Cueva, portavoz del Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio.
La victoria de Chávez nos muestra que las posturas distintas al neoliberalismo tienen asidero pleno en la realidad latinoamericana, añadió De la Cueva, uno de los fundadores Alianza Social Continental, que propone otro modelo de mundialización.
Chávez sostiene que el ALCA tal como está diseñado no debe establecerse en el continente americano. En cambio propone la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), una integración basada en la colaboración y no en la competencia, que además tomaría en cuenta a los sectores sociales más desprotegidos.
Con un Chávez consolidado, el ALBA tiene un mejor futuro y más aun si maduran los acuerdos de integración que Venezuela impulsa con Brasil y Argentina, opinó Dieterich.
De forma paralela a la negociación del ALCA, Brasil y sus vecinos han tomado la bandera de consolidar una alianza sudamericana, vinculando el Mercado Común del Sur (Mercosur) con la Comunidad Andina de Naciones (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela).
El eje de poder del Sur (Venezuela, Brasil y Argentina) tiene fuerza y se transforma en una alternativa válida y práctica a los postulados de Estados Unidos, sostiene Dieterich, investigador en la Universidad Autónoma Metropolitana de México.
Con la vigencia de Chávez y Lula en Brasil y la fuerza de todo el movimiento social latinoamericano, el ALCA está destinado al fracaso, igual que muchas de las políticas que quiere imponer Washington y el FMI, vaticinó De la Cueva.
En cambio, Nacif opinó que Brasil o Argentina no optarán por el modelo populista y clientelar de Chávez, pues son más responsables y no quieren que sus economías vayan hacia el desastre.
Aunque el politólogo concedió que la victoria de Chávez es inobjetable desde el punto de vista institucional, la atribuyó a la división de la oposición venezolana, la habilidad del mandatario para culpar de todos los males del país a los opositores y a la construcción de redes clientelares mediante planes sociales para los más pobres.
Esos planes incluyen programas de alfabetización, venta de víveres a precios bajos, microcréditos para impulsar producción agrícola, becas y atención primaria de salud.
* Con aportes de Marcela Valente (Argentina) y Mario Osava (Brasil)