En su segundo día de sesiones y en medio de disputas internas, el órgano precursor del parlamento de Iraq le pidió al líder chiita Moqtada Al Sadr que ponga fin a la lucha armada contra la ocupación y convierta su milicia en un partido político.
Más de 1.300 delegados de todas las zonas de Iraq están reunidas desde el domingo y hasta este martes en Bagdad, convocados por el gobierno interino, para elegir a 81 de los 100 integrantes de la futura Asamblea Consultiva, el cuerpo legislativo que funcionará hasta la creación del parlamento.
La mayoría de los delegados a la Conferencia Nacional de Iraq expresaron preocupación por la lucha de los seguidores de Sadr contra las fuerzas de Estados Unidos en la central ciudad de Nayaf, donde está la mezquita y el cementerio del Imán Alí, principal santuario mundial del Islam chiita.
A pesar de la oposición de un centenar de delegados, la Conferencia aprobó el envío de una comisión especial a Sadr para pedirle que no use la mezquita como escondite y para que transforme a su insurgente Ejército Mehdi en un partido político.
La comisión le entregará un documento del gobierno interino para asegurarle que, si deponen las armas, ni él ni sus 800 seguidores serán detenidos.
Sadr no fue invitado a este encuentro de tres días, convocado tras un acuerdo entre el antiguo Consejo de Gobierno de Iraq y las autoridades de Estados Unidos para preparar la transición.
No quisimos invitarlo par evitarle una situación embarazosa, dijo el organizador de la conferencia, Fouad Masoum.
Sin embargo, Haidar Hussein, del Partido Islámico, aseguró que por lo menos 20 personas vinculadas con Sadr asistieron a la reunión en Bagdad.
Diecinueve puestos en la Asamblea Consultiva ya pertenecen a ex miembros del Consejo de Gobierno, que funcionó hasta la instalación de la actual administración interina, presidida por el primer ministro Iyad Allawi.
La Asamblea tendrá algunos poderes legislativos, como preparar el presupuesto para el año próximo, y podrá vetar algunas de las decisiones del gabinete.
Funcionará hasta que se elija un gobierno y un Parlamento definitivos en los comicios previstos para fines de enero de 2005.
Las sesiones del domingo y de este lunes se vieron afectadas por protestas de delegados sunitas, que se quejaban del desequilibrio de fuerzas en la Conferencia y que amenazaban con retirarse.
Mientras, otros delegados chiitas también señalaban que la selección de representantes en la Conferencia se hizo de forma injusta.
Teníamos una dictadura con Saddam (Hussein), y ahora tenemos la dictadura de los cuatro o cinco partidos políticos más grandes, dijo Ahmed Barrak, un chiita moderado que integró el Consejo de Gobierno.
Presentaron un gran número de nombres de personas asegurando que son independientes y que no integran ningún partido político, pero esto no es verdad. El nuevo gobierno los respalda porque quiere mantener controlada a la oposición, sostuvo.
La agenda de la Conferencia también quedó a un lado ante las continuas discusiones sobre la situación en Nayaf.
Somos los hijos de Nayaf y no hemos hecho nada para defenderla de los ataques, de la invasión y de la ocupación de los tanques estadounidenses, dijo un delegado.
Somos de Nayaf, pero nadie nos pregunta nada. Las personas que están destruyendo Nayaf son las que entraron a la mezquita del Imán Alí y pelean desde allí. Estas personas no forman parte de Iraq, afirmó otra mujer.
Minutos antes de que terminara la última sesión del domingo, se escucharon explosiones en todo Bagdad, una de ellas muy cerca del lugar donde se realiza la conferencia.
Estaba previsto que la Conferencia comenzara hace dos semanas, pero se postergó luego de que la Organización de las Naciones Unidas pidiera más tiempo para convocar a los delegados.
La mayoría de los asistentes coincidieron en que la seguridad es el mayor problema de Iraq. Muchos instaron al gobierno a combatir el terrorismo y la insurgencia.
La voluntad sola no solucionará nuestros problemas. Tenemos que apelar a todos los recursos y rechazar la violencia y la confiscación de propiedades. Cualquiera que escoge la violencia va contra el interés de la nación, afirmó el domingo el presidente interino Ghazi Yawar.
El mandatario hizo estas declaraciones horas después de que autoridades informaran el fracaso de los intentos para encontrar una salida negociada a los combates en Nayaf.
Incluso trascendió que el primer ministro Allawi habría ordenado al ejército iraquí que sofocara la rebelión de Sadr.
Alawi ni siquiera mencionó al líder chiita durante la Conferencia, pero admitió que la seguridad es el principal desafío de su gobierno.
Los 1.300 delegados también participan de las deliberaciones de cuatro comisiones sobre ley y seguridad, reconstrucción del país, derechos humanos y justicia, y reforma política.
Las recomendaciones de cada comité sobre estos temas deberán ser estudiadas y aprobadas por toda la Conferencia. (