El dirigente opositor cubano Eloy Gutiérrez Menoyo consideró transitoria la crisis diplomática entre su país y Panamá, surgida a raíz del indulto de cuatro cubanos condenados por preparar un atentado contra la vida del presidente Fidel Castro.
Espero que muy pronto las relaciones se restablezcan y mejoren, dijo a IPS Gutiérrez Menoyo, partidario del diálogo con el gobierno de Cuba. El dirigente recordó que la presidencia de Mireya Moscoso en Panamá concluirá el próximo miércoles.
En su opinión, Moscoso recibió presiones de Estados Unidos para tomar una decisión que quizás en su fuero interno hubiera preferido evitar.
Reconoció, sin embargo, que la decisión de la gobernante, pronosticada por el gobierno de Castro el fin de semana, contenta a determinados sectores de la comunidad cubana residente en Estados Unidos.
Creo que esta crisis es transitoria y muy pronto, en cuanto empiece a actuar el nuevo gobierno, las relaciones mejorarán, sentenció Gutiérrez Menoyo, quien vivió en Miami, bastión del anticastrismo en Estados Unidos, pero reside desde hace un año en Cuba de forma permanente.
Moscoso entregará la banda presidencia este miércoles a Martín Torrijos, hijo del fallecido general Omar Torrijos, quien gobernó Panamá entre 1968 y 1978 y que en 1974 restableció las relaciones diplomáticas entre su país y Cuba.
El gobierno de Castro confirmó este jueves a través de una declaración la ruptura por tiempo indefinido del vínculo diplomático, una medida que había previsto el fin de semana pasado, cuando se refirió a los indultos luego confirmados.
La Habana respondió así a la amnistía concedida por Moscoso a los cubanos Luis Posada Carriles, Gaspar Jiménez, Pedro Remón y Guillermo Novo, quienes abandonaron de inmediato la prisión y el país centroamericano.
Los hoy indultados cumplían condenas de siete y ocho años de prisión, consideradas insuficientes por Cuba y organizaciones civiles involucradas en el caso, que presentaron un recurso de apelación que estaba pendiente.
El grupo estaba encarcelado desde noviembre de 2000, luego que Castro los acusara de preparar un atentado contra su vida en ocasión de la X Cumbre Iberoamericana que ese año se celebró en Panamá.
Según la sentencia condenatoria, Posada Carriles y su grupo habían planificado la colocación de explosivos de alto poder en el Paraninfo de la Universidad Autónoma de Panamá para detonarlos durante un acto que encabezaría Castro.
El material explosivo era suficiente como para volar varias manzanas, provocando un desastre de gran magnitud y miles de muertos, según las organizaciones panameñas preocupadas por el caso.
La Habana considera a Posada Carriles el principal responsable de la voladura en Barbados, el 6 de octubre de 1976, de un avión de la compañía Cubana de Aviación con 73 pasajeros a bordo. Esa acción terrorista no dejó sobrevivientes.
El exiliado, pertinaz detractor del gobierno cubano, fue condenado por la justicia de Venezuela a 11 años de prisión por ese atentado, pena que no cumplió porque logró fugarse en 1985.
El gobierno cubano también tiene la presión de los familiares de las víctimas del caso Barbados y tiene que reclamar justicia, consideró Gutiérrez Menoyo, presidente de Cambio Cubano, organización cuya base de operaciones está en Estados Unidos.
El comunicado oficial de La Habana consideró que Moscoso no esperó siquiera a que los tribunales superiores panameños decidieran sobre el proceso de apelación, lo que constituye una violación de la legislación del país centroamericano.
En ese sentido, tildó a la mandataria saliente de Panamá de cómplice del terrorismo y responsable de la impunidad de los cuatro asesinos. Moscoso justificó las excarcelaciones en razones humanitarias.
El indulto ya es un hecho, no tiene marcha atrás y el nuevo gobierno panameño también se verá liberado de presiones, no tiene por qué cargar con ese caso, consideró, a su vez, Gutiérrez Menoyo.
La crisis diplomática se acentuó el domingo, cuando el gobierno cubano amenazó al panameño con la ruptura en caso de que se concretara el indulto.
A su vez, Moscoso ordenó el retiro de su embajador en Cuba, Abraham Bárcenas, y exigió también la salida del jefe de la misión cubana en Panamá, Carlos Zamora, quien retornó a su país el miércoles de noche.
También hubo momentos de gran tensión cuando Moscoso se negó en 2001 a conceder la extradición de los cuatro encausados a Cuba, pese a que La Habana se había comprometido a no aplicar la pena de muerte en el caso.