La batalla en que se enzarzan los venezolanos por revocar o ratificar el mandato de su presidente, Hugo Chávez, llegó al cine con dos filmes que traducen a términos caribeños la polémica estadounidense por películas como Fahrenheit 9/11.
El documental ô¿Cuál revolución?, asumido como icono por los opositores, y ôFlorentino y el Diablo, auspiciado por los oficialistas, son posibles últimos recursos para inclinar la balanza por el ôSí o el ôNo a la revocación del mandato del presidente.
ô¿Cuál revolución? presenta en 90 minutos el contraste entre dichos y hechos de Chávez, en particular sus ofertas electorales versus realidades sociales lacerantes, en tanto ôFlorentino y el Diablo recrea una leyenda sobre el duelo, descrito en coplas, entre un cantautor de las llanuras venezolanas y la encarnación de Satanás sobre un corcel negro.
Chávez, quien equipara con el diablo al presidente estadounidense George W. Bush y lo presenta como jefe de la oposición que busca desalojarlo del poder, no sólo es oriundo del llano y cantor de coplas, sino que bautizó Florentino a la campaña electoral con la que espera vencer en el referendo sobre su mandato del 15 de agosto.
El uso de las cintas como armas políticas arrojadizas remitió a los comentaristas al éxito de ôFahrenheit 9/11, el filme documental del cineasta Michael Moore, que retrata de forma demoledora a Bush, justo cuando éste emprende la campaña para lograr su reelección en noviembre.
El empleo del recurso cinematográfico o audiovisual en momentos de conflicto político ôforma parte de la naturaleza de la sociedad moderna, y parece ocurrir con más fuerza en los llamados países en desarrollo, donde tradiciones políticas e institucionales aún se gestan y, en consecuencia, padecen de debilidad, señaló a IPS Bernardino Herrera, investigador de la comunicación.
Pero la cercanía del referendo activó la alarma del Consejo Electoral, rector de los comicios, que ante la difusión por canales privados adversos al gobierno de extractos de ô¿Cuál revolución?, solicitó a los medios ôno transmitir dicho material audiovisual, pues violenta las normas sobre publicidad y propaganda en los procesos de referendo.
El Consejo limitó a tres minutos diarios, por cada radioemisora o canal de televisión, el tiempo de propaganda por el Sí o el No, y su directivo Jorge Rodríguez consideró que la transmisión de trozos del documental inclinaba la balanza hacia la oposición.
Oscar Lucién, creador de la cinta, explica ôse trata de un recuento cronológico de los últimos cinco años de gobierno, para dar una idea al mundo y construir una historia con base documental. Nos sorprendimos por esa comunicación del Consejo Electoral a los canales de televisión, porque no se trata de una publicidad ni de una propaganda.
A su juicio, la obra no plantea ni se pronuncia sobre las opciones planteadas en el referéndum revocatorio, pero hace una lectura crítica del conjunto de eventos que hemos vivido en los últimos años.
En América Latina ôsiempre se ha utilizado el formato documental para ofrecer una visión de la realidad diferente a la cuña política, y está siendo revalorado para que en vez de liarnos a pedradas expongamos diferencias con imágenes y palabras, dijo a IPS Oscar Reyes, investigador de filosofía política de la Universidad Católica.
El Consejo Electoral retrocedió rápidamente en su ôrecomendación, que había estimulado la curiosidad por ô¿Cuál revolución?, y aclaró que podía transmitirse libremente, pero completa y no en fragmentos que semejasen spots publicitarios.
Desde el otro frente, ôFlorentino y el Diablo, dirigida por Michael New, trinitario radicado en Venezuela y basada en un poema homónimo del fallecido artista Alberto Arvelo, ha sido acunada por seguidores del oficialismo y por el mismo Chávez como bandera de su causa.
ôLos opositores tienen un complejo de superioridad, tienen al diablo por dentro y se creen superiores al pueblo, despreciando al país y a la venezolanidad, afirmó Chávez el día del estreno.
ôEl uso del diablo y demás recursos para demonizar al enemigo son parte de la guerra política, que no sabemos si aún es efectiva. Parece que sí, como funciona el viejo recurso de abrazar niños y ancianas en campaña electoral. El filme 'Florentino y el Diablo' es una pieza hecha y oportuna para ese discurso, dijo Bernardino Herrera.
La idea surgió en 1994, antes de que Hugo Chávez llegara a la presidencia en 1998. Por eso, New señaló que ôno soy vidente ni futurólogo. Hace 10 años no sabía lo que iba a pasar en el país. Si la gente encuentra semejanzas con la situación actual, me parece bien. Me tiene un poco cansado esta polémica política.
Edilio Peña, autor del guión, tomó distancia y deploró ôel uso inconsulto que se ha hecho de mi nombre como guionista de la película, utilizada como propaganda política. Cuando vi en televisión a New al lado de Chávez, entendí que había cedido a los intereses proselitistas del gobierno.
ôFlorentino y el Diablo, según Earle Herrera, profesor de comunicación social y simpatizante de Chávez, ôno está siendo juzgada como una película, sino que se asume como parte de la lucha política.
Según New, ôninguna de las dos comercializadoras de cine, Blancica y Fox, se interesaron en su distribución. y Earle Herrera subrayó que ôlas grandes mayorías pobres no tienen acceso a las salas de cine más importantes, que deberían transmitir películas como Florentino y el Diablo'. Por eso, este recurso tiene un alcance muy limitado.
El año pasado, el bando oficialista divulgó el documental ôLa revolución no será televisada, de las irlandesas Kim Bartley y Donnacha O'Brien, relato favorable a Chávez de los principales incidentes de abril de 2002, cuando un golpe de Estado desalojó al mandatario del poder durante 47 horas.
ôEl género documental adquiere pertinencia en esta coyuntura por la eficiencia de su formato discursivo y lo bien que se adapta a las circunstancias, como en otro momento fue el género de la telenovela, como en el caso de Por estas calles', dijo Bernardino Herrera.
ôPor estas calles fue una telenovela vista por 85 por ciento de la audiencia venezolana en 1992 y 1993, que exponía de modo descarnado la vida urbana en tiempos de crisis económica y de agitación política que siguió al fallido alzamiento militar liderado por Chávez en febrero de 1992.
El canal de televisión estatal emprendió la búsqueda de una reedición de ese éxito al lanzar en plena campaña ôAmores de Barrio Adentro, una telenovela que cada semana relata las tribulaciones sentimentales de habitantes de un barrio de Caracas mientras participan de la aguda confrontación política del país. (