Costarricenses, mexicanos, argentinos y brasileños encontraron un lugar esta semana en las intensas negociaciones en la sede de la Organización Mundial de Comercio (OMC) de Ginebra, donde se puso de manifiesto la necesidad de contar con los países menos avanzados del mundo para mejorar el sistema internacional de comercio. Incluidos en el G-20 (emergentes liderados por Brasil), en el G-90 (más pobres del mundo) o a título personal, los países latinoamericanos intentaron reflejar sus intereses en un acuerdo, esencialmente agrícola, que puede mejorar las condiciones de vida de millones de productores. "Creo que Estados Unidos y la Unión Europea son conscientes de que los tiempos en que cuatro potencias controlaban la OMC quedaron atrás", declaró tras el encuentro el comisario europeo de Comercio, Pascal Lamy. Tras cinco días de difíciles negociaciones, el hemisferio sur dio su visto bueno a un acuerdo vago y lleno de promesas con la esperanza de que permita concretar en el futuro una verdadera liberalización de los intercambios mundiales. La mayor victoria de América Latina y todos los países en vías de desarrollo es la intención de eliminar los subsidios a las exportaciones agrícolas en una fecha que debe negociarse, cuestión plasmada por primera vez en un acuerdo de la OMC. "Quiero ver para creer, pero este es un compromiso que no se parece a nada de lo que habíamos tenido antes. Es una hoja de ruta y ahora hay que establecer plazos y negociar", declaró el secretario argentino de Comercio Exterior, Martín Redrado.