El acuerdo alcanzado en la Organización Mundial del Comercio (OMC), que logró desbloquear las negociaciones iniciadas en Doha y que todos esperaban que terminaran de naufragar este fin de semana pasado, representan el inicio de un proceso que no tiene plazos ni montos fijados y que tendrá como objetivo ir desmontando los 300.000 millones de dólares en todo tipo de subsidios con los que Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y Japón protegen a sus no competitivas producciones agrícolas de las del resto del mundo. Optimismo prudente fue la pauta que trasmitieron las agencias internacionales tras el acuerdo de la OMC, de acuerdo con la visión de los representantes de los gobiernos latinoamericanos que consideraron lo acordado como "modesto primer paso". Tanto la UE como Washington accedieron a eliminar el 20 por ciento de los subsidios agrícolas destinados a los productos que se comercializan dentro de sus fronteras y el total de las ayudas a las exportaciones, ello, naturalmente, beneficia a los productos de estos lares, si se concreta el tratado con la UE. El porcentaje es bajo, tal vez por ahí se puede explicar la cautela mostrada por los latinoamericanos, pero de todos maneras es un avance importante y, sobre todo, un logro y la muestra clara de que los países subdesarrollados si se unen pueden lograr determinados objetivos. No se concretaron fechas para iniciar este "desmantelamiento", por lo que ahora las miradas están puestas en la próxima reunión de la OMC en noviembre de 2005 en Hong Kong, esperando o suponiendo que allí se acuerde comenzar con este proceso un año después en 2006 o a comienzos de 2007.