Si quedaban dudas de que la demora dispuesta por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a la aprobación de la tercera revisión del acuerdo recalienta sobremanera los ánimos en el gobierno de Argentina, el presidente Néstor Kirchner se encargó el miércoles de disiparlas por completo. En lo que constituyó una encendida defensa de la posición de la Argentina en la negociación, el jefe de Estado dijo que no aceptará "caprichos" de parte del organismo y afirmó que el país seguirá "discutiendo con firmeza y absoluta racionalidad" sus intereses. "Nos cuesta mucho juntar una moneda tras otra como para aceptar caprichos de los organismos que no han estado muy bien con la Argentina", dijo ayer Kirchner, durante una visita a la planta de la empresa alemana de telecomunicaciones Siemens, en las afueras de Buenos Aires.