El gobierno de Vietnam lanzó un plan para proteger su rico patrimonio cultural y acabar con la falsificación y contrabando de objetos antiguos valiosos.
El Ministerio de Cultura e Información pedirá a todos los coleccionistas privados que hagan un inventario de sus antigüedades, y prevé la instalación de centros especiales en los que se examinará su autenticidad y valor.
Yo sé que no hay muchos países que cuenten con este tipo de reglamentaciones y que no será fácil ponerla en práctica, pero hay una buena razón para todo esto, dijo el jefe del Departamento de Administración de Reliquias del Ministerio, Nguyen The Hung.
El registro es el primer paso para conformar una completa lista de antigüedades que servirá para que las autoridades aduaneras combatan con más eficacia el tráfico de objetos robados.
El mercado negro de antigüedades se ha desarrollado en Vietnam por años y no hay señales de que pueda ser controlado de seguir así, dijo Hung.
En los últimos 20 años, la venta ilegal de objetos antiguos vietnamitas al mercado internacional aumentó de manera vertiginosa, en especial impulsada por un también creciente turismo.
Invalorables estatuas de Buda han desaparecido de muchos templos y pagodas en las septentrionales provincias de Ha Tay y Vinh Phuc.
También se han producido robos en importantes sitios arqueológicos de las provincias An Giang (sur), Nghe An (centro) y Hoa Binh (norte).
La Oficina Vietnamita de Aduanas señaló que, desde 2000, descubrió 16 casos de antigüedades robadas en camino a ser vendidas en el extranjero.
El registro de las antigüedades ayudará a las autoridades a saber su número y valor exacto, y hará más fácil la devolución de éstas a sus dueños verdaderos en caso de que sean robadas y luego recuperadas.
Muchas veces ni la policía ni las autoridades de aduanas han sabido a quién entregar objetos antiguos valiosos de los que se incautaron en operativos contra el contrabando, y que terminaron en museos.
Un museo en la meridional provincia de Loc Ninh tiene tres estatuas de Buda características de los templos del norte. Probablemente fueron robadas de alguna pagoda en el septentrional delta del Río Rojo.
Si los propietarios hubieran registrado todas sus posesiones, las autoridades se las habrían entregado sin problemas, señaló Hung.
Un estudio del Ministerio reveló que en Vietnam hay cerca de 2,5 millones de objetos antiguos de valor, la mayoría en museos, y cerca de un millón en manos de coleccionistas privados.
El año pasado, varios coleccionistas y vendedores pidieron al gobierno que instalara en todo el país Centros de Tasación de Antigüedades, para combatir las falsificaciones y la venta ilegal.
Es muy difícil para los compradores distinguir una verdadera antigüedad de un fraude, afirmó el director del Museo de Historia Vietnamita, Pham Quoc Quan.
El año pasado, un turista europeo pagó 16.000 dólares por un jarro que presuntamente era del siglo IV, pero en realidad sólo tenía 10 años de antigüedad y valía unos 10 dólares.
Los falsificadores están provocando que los amantes de las antigüedades dejen de coleccionar objetos de Vietnam, dijo Quan.
Los propuestos centros de tasación oficial serían instrumentos excelentes para combatir los fraudes y el mercado negro, sostuvo.
Pero algunos expertos expresaron reservas sobre la idea.
Es un trabajo muy complejo, pues se necesita que los funcionarios tengan gran conocimiento y experiencia en materia de antigüedades. No muchas personas cumplen con esos requisitos, y se podrían cometer graves errores, dijo el vicedirector del Museo de Ciudad Ho Chi Minh (ex Saigón)..
Lo mejor es crear centros sólo en Ciudad Ho Chi Minh y en Hanoi, equipados con rayos X y otras máquinas usadas por los expertos para detectar las falsificaciones, sostuvo Thang.
Por otra parte, algunos coleccionistas privados se niegan a registrar sus pertenencias. Muchas no tienen un origen claro, y por eso tememos que el gobierno las confisque, dijo uno de ellos a IPS, pero se negó a dar su nombre.
¿Qué pasa si cuando hago el registro una de mis antigüedades es considerada patrimonio cultural del país? ¿Seguirá siendo mía? ¿Podría venderla?, preguntó.
Lo más seguro es que no hagamos públicas nuestras colecciones más valiosas, afirmó. (