Más de un millón de mujeres han muerto en los últimos 10 años porque los países ricos no han honrado su compromiso de promover la salud sexual y reproductiva, afirmó un grupo de organizaciones no gubernamentales (ONG) al lanzar una nueva campaña en esta capital.
Cerca de 750.000 mujeres embarazadas o puérperas murieron en países en desarrollo entre 1996 y 2001, pero la cifra es mucho mayor si se consideran los 10 años transcurridos desde la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, realizada en El Cairo en 1994, señalaron las organizaciones.
Las ONG se reunieron en la campaña Countdown 2015 (Cuenta regresiva al 2015) para exhortar a los gobiernos a cumplir sus compromisos. El nombre de la campaña alude a los Objetivos de Desarrollo del Milenio que fijaron los miembros de la ONU para 2015, entre ellos el de reducir la mortalidad materna en tres cuartos respecto de 1990.
Una delegación de agencias de salud sexual y reproductiva, incluida Marie Stopes International e Interact Worldwide, presentaron el jueves una petición a la oficina del primer ministro británico Tony Blair.
Otras ONG realizaron peticiones simultáneas en Italia, Dinamarca y Alemania. Grupos estadounidenses también proyectan entregar otra petición a su gobierno la semana próxima.
Un análisis de presupuestos gubernamentales realizado por la Acción Internacional para la Población, de Estados Unidos, muestra que los países industrializados comprometieron 30.000 millones de dólares para el período 1996-2001, pero sólo desembolsaron poco más de 10.000 millones.
Según Countdown 2015, el dinero faltante podría haber prevenido 268 millones de embarazos no deseados, 113 millones de abortos inducidos, 7,2 millones de muertes de bebés y 733.000 muertes relacionadas con el embarazo.
Los fondos faltantes significan clínicas sin píldoras anticonceptivas, sin condones, e incluso sin elementos fundamentales como guantes y gasa, dijo a IPS Ros Davies, directora ejecutiva de Interact.
Una razón del incumplimiento de los compromisos es la reducción del nivel de ayuda oficial para el desarrollo, dijo Davies.
Además, muchas ONG que trabajan en esta área son proveedoras de servicios, y por lo tanto no son buenas en campañas de presión política, señaló.
Las políticas de Estados Unidos constituyen un problema especial. Una ley aprobada en la primera semana de gobierno de George W. Bush negó toda financiación a cualquier agencia que practique o promueva el aborto.
Niegan fondos incluso a grupos que se dedican a combatir el VIH y el sida, si otra parte de esos grupos están involucrados en servicios de aborto, lamentó Julia Ekong, de Marie Stopes International, en declaraciones a IPS.
En realidad, Estados Unidos ha logrado lo contrario a lo que se proponía, porque muchas más mujeres recurren a abortos ilegales e inseguros, según los grupos que hacen campaña por el aumento de los fondos para salud reproductiva.
Washington debía invertir 12.300 millones de dólares en el período estudiado, pero terminó gastando 4.100 millones, 30 por ciento de lo que prometió.
De todos modos, está mejor que Francia, que sólo aportó tres por ciento de lo prometido. Varios países europeos como Italia, España y Portugal también hicieron contribuciones ínfimas.
Australia, Australia, Bélgica, Canadá, Finlandia, Alemania, Irlanda, Japón, Nueva Zelanda, Portugal, Gran Bretaña y Suiza tampoco cumplieron. De estos países, Gran Bretaña fue la que más se acercó al objetivo, con 88 por ciento d elo prometido.
Los únicos países que pagaron todo lo convenido son Dinamarca, Luxemburgo, Holanda, Noruega y Suecia.
Los fondos para salud reproductiva es siempre dinero bien gastado, sostiene Davies. Cada dólar invertido en salud reproductiva ahorra 16 dólares en tratamientos posteriores, dijo.