La izquierda y voces discordantes de los llamados sectores conservadores cultos no logran digerir la decisión del presidente de Portugal, el socialista Jorge Sampaio, de avalar a un gobierno encabezado por Pedro Santana Lopes, un político que es calificado de inestable y populista de derecha .
En la óptica casi unánime de los analistas políticos portugueses, este país entrará a partir de la semana próxima, cuando asuma Santana Lopes, en el período de mayor instabilidad política desde los conturbados tiempos posteriores a la revolución militar que instauró la democracia en 1974.
Según estas interpretaciones, a la personalidad de Santana Lopes, del Partido Socialdemócrata (PSD, de derecha pese a su nombre), se le une el hecho de que su aliado Centro Democrático Social (CDS), de derecha nacionalista, es presidido por el ministro de Defensa, Paulo Portas, también de características populistas.
Sampaio, tras 15 días de profunda reflexión, decidió el lunes esa solución de continuidad para reemplazar en el cargo de primer ministro a José Manuel Durão Barroso, que en noviembre asumirá la presidencia de la Comisión de la Unión Europea (UE), tras la ratificación considerada segura en el Parlamento Europeo a fines de este mes.
Y la continuidad significaba investir a Santana Lopes, de 48 años, el número dos del PSD, que reemplazó a Durão Barroso en la presidencia proselitista y que mantiene aun mejores relaciones que su antecesor con su aliado de coligación, el CDS.
Los más cercanos amigos y correligionarios de Sampaio se confiesan atónitos ante la decisión de presidente, en circunstancias en que en las elecciones del 13 de junio para el Parlamento Europeo, la derecha portuguesa sufrió la peor derrota de toda su historia, logrando sumada, 37,5 por ciento de los votos, frente a 60 por ciento de la izquierda.
Tampoco se comprende que los jefes de gobierno de la UE, invitasen a Durão Barroso para presidir la Comisión, el órgano ejecutivo de la UE, en circunstancias en que el ex jefe del ejecutivo conservador portugués sufrió el más acentuado desaire electoral de todos los partidos en el poder en el bloque ampliado desde mayo a 25 países miembros.
Antonio Mega Ferreira, un cercano colaborador de Sampaio mientras fue secretario general del Partido Socialista de 1988 a 1992, recuerda en una columna de opinión en el semanario Visão de este jueves, que el presidente, dos veces elegido con los votos el electorado de izquierda (1996 y 2001), decidió a favor de la derecha.
A esta voz, se unió en la misma revista, la del escritor Manuel Antonio Pina, que pese a su profunda amistad con Sampaio, precisa que votó por él no por éste u otros motivos, sino por ser de izquierda y en nombre de esas ideas, de esos valores, es que fue elegido.
Durante los 15 días que demoró en anunciar su decisión de investir a Santana Lopes, el presidente escuchó las opiniones de tantos ilustres, tales como ex presidentes, banqueros y juristas, pero en estas dos semanas, no pensó que era pertinente oír a los electores.
Cuando Sampaio anunció su decisión de entregar el poder a Santana Lopes, me sentí como una persona que compró un carro (automóvil) en segunda mano y que poco después viese confirmados sus peores temores: haber sido estafado, deploró Pina.
Pero los recelos sobre un Portugal gobernado por Santana Lopes no sólo provienen de la izquierda.
También Diogo Freitas do Amaral, el fundador del CDS, en 1974, y líder histórico de la llamada derecha civilizada lusitana contraria al neoliberalismo económico descontrolado, expresó este jueves que para la crisis había por lo menos siete u ocho soluciones, pero Sampaio escogió la peor.
Desplazado del CDS conservador culto por jóvenes dirigentes de la derecha nacionalista encabezados por Portas, Freitas do Amaral fustigó a Sampaio por erguirse ahora como un guardián activo del programa neoliberal, presentado por Durão Barroso hace dos años y ahora con garantía de continuidad de Santana Lopes.
Todo esto me deja muy perplejo, subrayo Freitas o Amaral, al tiempo de anunciar que interrumpe su intervención pública en artículos o entrevistas periodísticas, pues no deseo complicar más aquella que preveo será una de las fases más conturbadas de la vida portuguesa después de (la revolución portuguesa) abril de 1974.
Al realizar un recuento analítico de todos los editoriales, columnas y declaraciones de la clase ilustrada lusitana, es inevitable llegar a la conclusión de que el problema político actual no se centra en opciones de derecha o de izquierda, sino tiene nombre: Pedro Santana Lopes.
Figura favorita de las revistas de la vida social del denominado jet-set local, más que sus historias de bohemia y sus cuatro matrimonios, el segundo de ellos con la hija del general Kaúlza de Arriaga, comandante del ejercito colonial portugués en Mozambique, es su ruta política, siempre polémica, la que le ha dado fama de populista.
La comparación con el presidente del Consejo (primer ministro) italiano, Silvio Berlusconi, se ha convertido en ineludible.
Portugal corre el grave peligro de ´berlusconizarse´ a paso agigantado, comentó el lunes el director de la emisora católica Renascença, Luis Sarfield Cabral, mientras el director de teatro Jorge Silva Melo calificaba a Santana Lopes de actor extraordinario.
Los primeros pasos políticos del primer ministro designado, que asumirá la próxima semana, fueron dados en la facultad de jurisprudencia de la Universidad de Lisboa, al fundar en 1975 un movimiento de extrema derecha concebido para enfrentar al maoísta Movimiento de Renovación del Partido del Proletariado, cuyo frente estudiantil era liderado por el entonces ultraizquierdista José Manuel Durão Barroso.
Ambos jóvenes poco a poco fueron abandonando sus ideas extremistas y en los antípodas y terminaron ingresando juntos al ahora PSD en 1979, en esa época Partido Popular Democrático (PPD), donde lograron borrar sus respectivos pasados y hacer una carrera meteórica.
En 1987, Santana Lopes es elegido diputado ante el Parlamento Europeo, renunciando a su mandato tras dos años en que la marca que dejó fue una interminable lista de faltas a las sesiones, recuerda la analista Alexandra Correia.
Sin abandonar su cargo en la comisión ejecutiva del PPD/PSD, entre 1989 y 1992, la familia Santana Lopes compró la mayoría de las acciones de un semanario, un periódico de información general y un diario deportivo, unidos en un solo conglomerado dirigido por el ahora primer ministro designado, para luego abandonar la empresa, vendiendo las acciones de la familia.
Santana Lopes escapa a sus responsabilidades, abandona los proyectos que crea, sin dar ninguna explicación a aquellos que entusiasmó , deploró este jueves en declaraciones a la prensa local Augusto Lima, uno de los accionistas de la empresa.
Sin embargo, tal vez el peor estigma que persigue al político, se produjo en 1992, cuando estaba al frente del Ministerio de Cultura, al apoyar a su subsecretario y militante monárquico, Antonio de Sousa Lara, cuando vetó que el libro El Evangelio Según Jesucristo, del escritor comunista José Saramago, más tarde premio Nobel, representase a Portugal en el concurso del premio literario europeo.
Sin embargo, en el transcurso de los últimos años se impuso el proverbio de el pueblo tiene memoria corta y el miércoles Santana Lopes habló al país por televisión para anunciar que iniciaba las consultas para formar el gobierno que llevará este fin de semana a consideración de Sampaio.
El profesor universitario Eduardo Prado Coelho subrayó en la víspera que cuando le vimos en televisión, en pose de hombre de Estado, con el cabello más corto, era difícil no deducir que estaba allí toda una concepción de la política populista: lo que importa es la imagen. (