MUSICA-BALCANES: Unidos por cuatro días

Durante cuatro días, la septentrional localidad serbia de Novi Sad, con su bella fortaleza antigua sobre el río Danubio, fue la capital musical de los Balcanes, gracias al festival internacional Exit.

Más de 160.000 jóvenes de Bosnia-Herzegovina, Croacia, Eslovenia, Macedonia, y Serbia y Montenegro asistieron al festival realizado del 2 al 4 de este mes, para el que se instalaron 21 escenarios.

Melómanos de lugares tan distantes de la península balcánica como Australia y Canadá también concurrieron a los conciertos. ”Oímos que todos los caminos llevaban a Novi Sad en esta época del año”, dijo la australiana Jenny Lister, de 23 años.

”Era algo que no me quería perder”, dijo por su parte la eslovena Nenad Ban, de 21 años.

También hubo una presencia masiva de jóvenes de Europa oriental.

”Exit es algo imperdible. Estoy ansioso por encontrar a algunas personas que conocí el año pasado”, dijo el joven rumano Petru apenas descendió del autobús.

”Esto es algo que esperábamos ver hacía tiempo en Serbia”, dijo a IPS la portavoz de Exit, Aleksandra Kolar.

En el festival participaron estrellas internacionales de diversos estilos musicales, como pop, rock, heavy metal, ritmo latino y hip hop.

Grupos como Massive Attack o Cypress Hill, y cantantes como el estadounidense Iggy Pop, fueron recibidos con grandes ovaciones de miles de fanáticos. Algunas bandas como King of Lion y Peaches llegaron a Novi Sad directo desde festivales similares en Dinamarca y Gran Bretaña.

También participaron varias bandas locales.

Acercarse al escenario era para un periodista toda una aventura, debido al gran número de asistentes en cada uno de los espectáculos. No obstante, no hubo ningún incidente violento.

”Queremos verlos a todos. A mis padres no les preocupó cuando les dije que me iba a Serbia por cuatro días”, afirmó la joven croata Mirna Basic.

Pero Exit no fue sólo música. Cientos de jóvenes asistieron a los varios seminarios y talleres sobre sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) y sobre tráfico de personas que se realizaron en forma paralela.

Kolar explicó a IPS que el objetivo del festival ”era propagar buenas vibraciones y demostrar que todo es posible”.

Unas 250.000 personas murieron en los años 90 durante las guerras secesionistas de la ex Yugoslavia, que dieron origen a los pequeños estados independientes actuales.

Serbia y Montenegro permanecieron unidos, pero sufren un virtual aislamiento de parte de sus vecinos. A los serbios se les exige visa cuando pretenden viajar a cualquiera de los llamados ”Estados hermanos”.

Muchas carreteras y vías de tren que antes cruzaban toda Yugoslavia ahora están cerradas. La circulación comenzó a ser abierta recién en 2001, una década después de que estallaran las guerras.

Decenas de miles de familias fueron separadas de la forma más brutal, mientras los líderes de los nuevos países independientes se esforzaban en demostrarle a sus respectivos pueblos que no tenían nada en común con sus vecinos, a pesar de los 70 años de historia común.

”Por un momento, parecía que el odio de los 90 iba a permanecer en los nuevos estados. Sin embargo, la vida sigue, y es posible que la curiosidad de los jóvenes pueda ayudar a enmendar lo dañado en una nueva forma”, dijo a IPS el sociólogo Ratko Bozovic.

El experto señaló que tendencia a olvidar las diferencias del pasado, sobretodo entre los jóvenes, se produce en un marco político favorable, signado por el progresivo recambio de liderazgo en los países balcánicos

Luego de una década de gobierno, líderes clave que iniciaron las guerras en la zona fueron desapareciendo de la escena política, y en 2000 ya había una nueva generación en importantes puestos de poder.

”Nosotros no tenemos nada que ver con la política. Nuestros temas son la cultura y los nuevos vientos que soplan en los Balcanes y demuestran que pueden surgir nuevos vínculos. Allí es donde la cultura puede ayudar”, dijo Kolar.

La mejor prueba de la capacidad de Exit para unir a la juventud de la ex Yugoslavia fueron las 6.000 personas que se quedaron a dormir juntas durante el festival en una enorme tienda de campaña cerca de la Facultad de Filosofía de Novi Sad.

”Este es un verdadero centro internacional. Al lado de nuestra carpa hay personas de Macedonia, y en la otra unos individuos de Hungría. Esto es genial”, afirmó Janko Stimac, de Croacia.

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