Fuerte presión de mujeres brasileñas empuja al gobierno de Luiz Inácio Lula de Silva a definir en los próximos dos meses un plan de acción en favor de la población femenina, que incluya la legalización del aborto y de los derechos de las lesbianas.
En un encuentro de osadía impar se reclamó del gobierno respuestas concretas a cuestiones siempre escamoteadas en las políticas públicas, evaluó para IPS Nilza Iraci, coordinadora ejecutiva de Geledés Instituto de la Mujer Negra.
La referencia de Iraci fue a la Conferencia Nacional de Políticas para las Mujeres, convocada del jueves al sábado en Brasilia para discutir principios y orientaciones de acciones de gobierno y que un hecho inédito logró que 47 por ciento de las más de 2.000 delegadas presentes fueran de raza negra.
Esa proporción corresponde a la parte afrodescendiente de la población brasileña apuntada en los censos oficiales, que registran 45 por ciento de los residentes en el país declarando ser de piel negra o parda, considerándose estos últimos como mestizos.
Pero es una proporción excepcional en eventos de esa naturaleza, indicando la fuerte participación de las negras en este proceso, ya que se reunieron en Brasilia las representantes elegidas en los encuentros municipales y estaduales que tuvieron lugar en el primer semestre.
Todos los indicadores colocan a la mujer negra en la base de la pirámide social, es decir como las más pobres entre los pobres, señaló Iraci.
En consecuencia la conferencia destacó la necesidad de combinar la cuestión racial con la de género, para promover una verdadera igualdad. Queremos políticas públicas para todas las mujeres, en su diversidad, lo que exige acciones específicas, sostuvo la activista.
También las mujeres indígenas, representadas por 50 delegadas, reclamaron un tratamiento diferenciado en las áreas que más las afectan, como salud y educación. La diversidad en este caso es más profunda, porque se trata de preservar decenas de lenguas y culturas distintas, de atender situaciones muy desiguales en salud.
Una novedad interesante es la también inédita alianza entre mujeres negras e indígenas, establecida por una Carta de parentesco firmada durante la conferencia, informó Iraci. Esto fortalece la lucha contra el racismo, ya que los dos grupos acordaron construir una agenda común y apoyarse mutuamente.
Un reclamo conjunto ya se hizo en la conferencia de Brasilia, defendiendo la creación de un Fondo Electoral para financiar campañas de las mujeres de bajos ingresos, que coinciden ser en general negras e indígenas, para que tengan condiciones de disputar cargos políticos con alguna equidad.
Los resultados de la conferencia fueron excelentes en el balance de la coordinadora de Geledés, que espera ahora un plan gubernamental que ponga en rápida ejecución un conjunto de medidas para mejorar la situación de las mujeres en Brasil.
La recomendación más polémica, de legalización del aborto, fue aprobada en todos los grupos de discusión en Brasilia y en todas las conferencias estaduales, destacó. Pocas delegadas se manifestaron en contra.
El hecho reaviva un debate que estuvo últimamente limitado a pocos sectores de la población y a la interrupción del embarazo en algunos casos, como el de fetos anencéfalos, es decir sin cerebro y por tanto sin ninguna posibilidad de vida fuera del útero.
En un país en que tres cuartos de la población se declaran católicos, con fuerte influencia, incluso política, de esta y de otras religiones cristianas, el aborto tiene escasas condiciones de hacerse legal.
Esta es una cuestión que depende de cambios en la legislación, por tanto le toca al parlamento decidir, manifestó la Secretaria Especial de Políticas para las Mujeres, Nilcéa Freire, promotora de la Conferencia.
En Brasil, la ley sólo permite el aborto en casos de estupro y de riesgo de vida para la madre. La anencefalía es un motivo que depende de autorización judicial.
Por ello son numerosos los abortos clandestinos en el país, estimados en 750.000 a 1,4 millones cada año por una metodología basada en la cantidad de internaciones en hospitales públicos a causa de problemas provocados por las malas condiciones en que se hace la mayoría de las interrupciones de la gestación.
El aborto ilegal tiene efectos perversos, llevando a la muerte muchas mujeres pobres que se someten a operaciones precarias, ya que no pueden, como las mujeres ricas o de clase médica, pagar clínicas bien equipadas, señaló a IPS Maria Betania Avila, coordinadora de la organización femenista SOS Cuerpo.
Resistencia similar enfrenta otros planteos aprobados en la conferencia femenina, que reconocen los derechos de las lesbianas, incluyendo el de constituir pareja legalmente y atención médica especial. Es necesario universalizar los derechos constitucionales, destacaron las mujeres homosexuales.
Para sostener las orientaciones y acciones que enfrentan oposición religiosa, las mujeres en la conferencia de Brasilia recalcaron con énfasis el principio del Estado laico, que no debe someterse a los intereses de un sector de la población.
El documento con todas las resoluciones de la Conferencia sólo estará listo para divulgación al final de esta semana. Sus directivas orientarán el Plan Nacional de Políticas para las Mujeres, a ser elaborado por una comisión interministerial.