IBEROAMERICA: La cultura, capital mal explotado

La cultura iberoamericana no es sólo una muestra de identidad, sino también un instrumento vital para el desarrollo, que no es utilizado con eficiencia, afirmó hoy en España Enrique García, presidente ejecutivo de la Corporación Andina de Fomento (CAF).

García habló en el acto inaugural del IV Encuentro de Presidentes Latinoamericanos, en la histórica Universidad de Alcalá de Henares, ubicada en la ciudad del mismo nombre, a 25 kilómetros de Madrid.

En el mismo acto, el histórico líder socialista Felipe González, jefe del gobierno español de 1983 a 1996, sostuvo que las variables estratégicas de América Latina son su capital humano ”insuficientemente aprovechado” y el energético, pues esa región ”tiene energía renovable y no renovable en cantidad suficiente para ser relevante”.

Como ejemplo citó lo que ocurre con el tango. Según González, 90 por ciento de los discos compactos de esa música rioplatense se producen en Japón, y son empresas japonesas las que los comercializan, ”cuando los autores, compositores, músicos y cantantes en su abrumadora mayoría son argentinos”.

El dilema para el desarrollo latinoamericano no se encuentra ya en la antinomia Norte-Sur, añadió, sino que es Sur-Sur, pues la mayor competencia se encuentra ahora en Asia. Y eso, que se refleja en la industria cultural, se extiende a otros sectores, concluyó.

En el mismo sentido, el ex presidente colombiano Ernesto Samper señaló a IPS que ”la mayor parte de los países latinoamericanos son importadores de libros, diarios y revistas”, aunque por cantidad y calidad se destacan sus autores”.

Para impulsar esa industria editorial, hay que modificar el concepto de propiedad intelectual, de manera que los derechos de autor correspondan siempre a los creadores ”y no a los detentores de los derechos de las obras, que son hoy quienes tienen poder para reproducirlas”, adicionó.

El presidente de la CAF presentó un documento proponiendo medidas para que ”al no quedar dudas del potencial cultural de la región iberoamericana” se establezcan las causas por las que ese potencial no se traduce en crecimiento económico.

Entre otras cosas, señaló que no se forman negociadores especializados en cultura, una tarea urgente ya que los tratados de libre comercio ”condicionarán la vida económica y, por ende, el tratamiento de las industrias culturales y su proyección hacia el futuro”.

En su opinión, la continuidad en las investigaciones culturales ”debería estar asegurada por el Estado y sus instituciones dependientes, y no por quienes temporalmente dirigen organismos o proyectos”. Además, sostuvo que las empresas privadas y las fundaciones culturales deben potenciar los mecanismos para que unas y otras diseñen mecanismos de integración.

”A la hora de hablar de integración cultural debemos fomentar una mínima red de fundaciones culturales” más allá de las fronteras nacionales, fue su conclusión.

El presidente del español Instituto Cervantes, César Antonio Molina, pronosticó en el encuentro que el castellano y el inglés serán las dos grandes lenguas internacionales en los próximos años, pero los mandatarios valoraron también el papel de la lengua portuguesa.

El ex presidente ecuatoriano Rodrigo Borja dijo a IPS que si bien el portugués y el español marcan la identidad de los países iberoamericanos, por ser sus idiomas oficiales, ”tan importante como defender esas lenguas es hacerlo con la biodiversidad étnica, lingüística y cultural, una riqueza incalculable de nuestros países y que forma parte de la cultura común”.

En términos similares se pronunció el argentino Francisco José Piñón, secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos, al subrayar que en América Latina ”no hay sólo una diversidad cultural y lingüística sino, y muy particularmente, una profunda síntesis cultural recogida desde hace cinco siglos, que se anticipa a las ciudades multiculturales del nuevo milenio”.

Piñón destacó la fortaleza cultural de América Latina, ”que nace de la diversidad y de la síntesis, de la pluralidad y de la unidad”.

Por eso, finalizó, ”la definición de políticas que avancen sobre la conformación del espacio cultural latinoamericano, que hagan viable una identidad susceptible de convertirse en proyecto, resultará beneficiosa para afirmar e impulsar una integración cultural de América Latina”.

González explicó que la experiencia española tras la muerte del dictador Francisco Franco (1975) fue exitosa por el desarrollo económico que permitió aumentar la renta por habitante, pero sobre todo porque se invirtió en educación y asistencia sanitaria para todos.

”Se invirtió en capital humano, algo que se debería impulsar con fuerza en América Latina”, sentenció.

El encuentro fue organizado por la Universidad de Alcalá, la CAF y la Fundación José Ortega y Gasset. El presidente de esa fundación, Antonio Garrigues Walker, explicó el sentimiento latinoamericanista de la misma afirmando que para conocer al escritor que le dio nombre, nacido en España, es necesario conocer Argentina y Colombia, países en los que residió y escribió, y también el resto de América Latina.

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