El I Foro Social de las Américas, que se inaugura este domingo en Quito, dará testimonio una vez más del rechazo de los altermundistas al modelo de desarrollo neoliberal y a los tratados de libre comercio como instrumento para su propagación en el continente.
El Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y la Organización Mundial de Comercio (OMC) aparecen en la convocatoria de este encuentro como la expresión de un mercado total que, en la visión de los organizadores, es uno de los ejes principales de un orden mundial injusto y excluyente.
El Foro Social de las Américas (FSA) convocará a unas 8.000 personas y será un espacio de análisis y discusión sobre las soluciones para los problemas que enfrenta el continente, a causa de los nefastos efectos de las políticas neoliberales, señaló en Santiago el Programa Chile Sustentable.
La ex candidata presidencial ecologista y directora de esa organización, Sara Larraín, tendrá un papel central en las reflexiones sobre energía y comercio y será una de las animadoras del taller Otro Desarrollo Energético es Posible, programado para el lunes por el Programa Conosur Sustentable, según adelantó a IPS.
Chile es considerado dentro de la región un paradigma por su política de apertura al exterior, que fructificó en los dos últimos años en tratados de libre comercio con la Unión Europea, Estados Unidos y Corea del Sur y dan aliento a futuras negociaciones comerciales con India y China, los dos países más populosos del orbe.
Esta imagen externa es cuestionada por el economista Manuel Hidalgo, miembro de la filial chilena de ATTAC (Asociación por la Tasación de las Transacciones Financieras y la Acción Ciudadana), otra de las organizaciones que estará en Quito.
Lejos de todos los pronósticos, con los tratados de libre comercio con Estados Unidos y la Unión Europea, las inversiones extranjeras en Chile no han repuntado y, por el contrario, la cuenta de capitales de la balanza de pagos muestra cifras negativas, señaló Hidalgo.
La exitosa culminación en 2003 de las negociaciones del TLC con Washington proyectaron a Chile como un ejemplo para dar impulso a las tratativas continentales que en el año 2005 deberían concluir en la firma del ALCA por parte de los 34 países de América, es decir todos, con excepción de Cuba.
Hugo Fazio, director del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo (Cenda), dijo a IPS que un documento preparado para el presidente George W. Bush por la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos, recomienda proyectar como modelo en el continente el tratado de libre comercio con Chile, en marcha desde el 1 de enero de este año.
Según Fazio, el interés de Washington detrás del ALCA es más político que económico, sobre todo después de los cambios producidos en el proceso de negociación a partir de las discrepancias con Brasil, Argentina y Venezuela, que derivaron en la aceptación de diversas velocidades para que los países se adhieran al acuerdo continental.
En la reunión interamericana realizada en Puebla, México, en febrero de este año, Chile, México, Canadá y los países centroamericanos se sumaron a Estados Unidos para defender la vigencia de los subsidios agrícolas, cuya eliminación inmediata es reclamada por el Mercado Común del Sur (Mercosur), señaló el economista.
El Mercosur, integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, tiene como asociados externos desde 1996 a Bolivia y Chile, a Perú desde 2003 y a Venezuela desde este año.
Se espera que México haga otro tanto en un breve plazo, según se estableció en la última cumbre del bloque, realizada este mes en la localidad argentina de Puerto Iguazú, en la triple frontera con Paraguay y Brasil.
En esa misma reunión se avanzó en las gestiones para un acuerdo comercial del Mercosur con la Comunidad Andina de Naciones, que forman Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.
Fazio apuntó que el presidente de Chile, Ricardo Lagos, se ha pronunciado por privilegiar el entendimiento político con los países del Mercosur, pero en los hechos ello no se produce, en tanto privilegia también las buenas relaciones con Estados Unidos. La convocatoria al FSA en Quito no menciona al Mercosur, pero plantea la construcción de alternativas al modelo de integración continental y globalización neoliberal encarnado por el ALCA y la OMC.
Para Luis Bilbao, analista de la edición para el Cono Sur latinoamericano del mensuario Le Monde Diplomatique, la reunión de Puerto Iguazú sentó un hito en los propósitos de construir un sólido proceso de integración sudamericana que ejerza contrapeso al ALCA y a los afanes hegemónicos que se atribuyen a Washington.
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva habló allí de ampliar el Mercosur para crear una Comunidad Sudamericana de Naciones, en tanto el ex mandatario argentino Eduardo Duhalde, titular de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur, bautizó a esa comunidad como Estados Unidos de Sudamérica.
Sin duda, este antecedente estará presente en los debates que tendrán lugar desde este domingo y durante una semana en la capital de Ecuador, donde los movimientos de la sociedad civil tendrán que pronunciarse una vez más sobre la confianza que les merece la retórica integracionista de los gobiernos latinoamericanos. (