Las organizaciones no gubernamentales Amnistía Internacional e Intermón Oxfam entregarán este viernes armamento destruido al jefe de gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, como parte de la campaña Armas bajo control.
La entrega se realizará después de un desfile de armamento y de la destrucción simbólica del mismo, convocado por esas organizaciones con motivo del Día Internacional para la Destrucción de Armas, que se conmemora este viernes.
Los activistas recordarán a Zapatero el compromiso adquirido durante su campaña previa a las elecciones que lo llevaron al gobierno, de combatir el armamentismo e impulsar una campaña mundial de prevención.
También le reclamarán su respaldo público para establecer un tratado internacional sobre el comercio de armas.
En el programa electoral del gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que lidera Zapatero, se incluyó la promesa de dar impulso a la negociación y puesta en práctica de acuerdos globales de desarme y control de toda clase de armamentos.
El director de la Escuela de Cultura de Paz de la Universidad Autónoma de Barcelona, Vicenc Fisas, recordó que España ha vendido armas a países en los que no se respetan los derechos humanos, existen tensiones o hay conflictos armados, como Angola, Colombia, India, Israel y Ghana.
José María Vera, director del Departamento de Campañas y Estudios de Intermón Oxfam (filial española de la agencia humanitaria con sede en Londres) dijo a IPS que las organizaciones no gubernamentales (ONG) atestiguan el costo humano de la acción de las armas.
A menos que los gobiernos actúen para detener la proliferación de armas, se perderán más vidas, se cometerán más violaciones de derechos humanos y se negará a más personas la oportunidad de una existencia digna, sostuvo Vera.
Las dos ONG pondrán en marcha tras el actual verano boreal una campaña educativa contra la proliferación de armas, la violencia armada y sus consecuencias, dirigida a alumnos, profesores y padres.
Si el gobierno cumple sus promesas, España se situará por primera vez en su historia dentro de un grupo de países que encabezarían la lucha por establecer mundialmente una efectiva política de control del comercio de armas, de prevención de conflictos y de protección de los derechos humanos, sostuvo Fisas.
De acuerdo con un informe de la cátedra Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) sobre Paz y Derechos Humanos, desde el fin de la segunda guerra mundial, en 1945, 30 millones de personas han muerto en conflictos armados, 26 millones por acción de armas ligeras.
Esas armas, y no el armamento estratégico, los grandes buques o sofisticados aviones de combate, son por tanto responsables materiales de cuatro de cada cinco víctimas, 90 por ciento de ellas civiles, y en particular mujeres, niñas y niños.
Las armas ligeras, en síntesis, son las que matan a más personas y las que afectan en forma más directa a la población civil. Este es el resultado de la llamada desmilitarización de los conflictos, fenómeno en el cual son los civiles, y no los militares, los que mueren en la mayoría de los enfrentamientos armados, según la Cátedra Unesco.
El mismo documento asegura que existen 500 millones de armas de fuego en todo el mundo, sin contar otros millones en manos de cuerpos policiales y de seguridad.
Como ejemplo señala que, desde su invención en 1947 se han producido unos 70 millones de fusiles de asalto Kalashnikov, conocidos como AK-47, que se utilizan en 78 países y son fabricados en 14.
Otra letal arma liviana por excelencia, el fusil estadounidense M-16, registra una fabricación de ocho millones de unidades, el alemán G-3, de siete millones, el belga FN-FAL entre cinco y siete millones y el israelí Uzi de unos 10 millones.
Según el Instituto de las Naciones Unidas de Investigación para el Desarme, por lo menos 300 grandes empresas en 52 países fabricaban en 1994 armas ligeras. De éstos, 22 eran naciones del Sur que producían bajo licencia, y 16 de ellos también exportaban.
Algunos de los mayores productores actuales son Alemania, Austria, Bélgica, Brasil, Bulgaria, China, Egipto, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Israel, Polonia, Rumania, Rusia, Singapur y Sudáfrica. Pero Estados Unidos es el principal productor y exportador mundial.
Carlos Bravo, responsable de la Campaña de Desarme de la organización ecologista Greenpeace en España, dijo a IPS que los últimos datos disponibles, de fines de 2002, indican que ese año el gasto militar mundial fue de 784.000 millones de dólares, seis por ciento superior al de 2001 y equivalente a 2,5 por ciento del producto bruto mundial, es decir 128 dólares por habitante.
Lo terrible es que solamente con 3.000 millones de dólares se puede asegurar el acceso universal a educación primaria y con otros 4.000 millones a los servicios sanitarios básicos.
Los activistas señalan la puesta en marcha, en los últimos años, de programas para recolectar armas en manos de civiles, entregándoles algo a cambio. Medidas así se llevaron a cabo en Albania, Angola, Camboya, Guatemala, Honduras, Malí, Panamá, Haití, Nicaragua, El Salvador, Somalia, Mozambique, República Dominicana, Eslovenia y Sudáfrica, con diversos resultados.
Otra campaña española, Adiós a las armas, es impulsada por las filiales locales de Amnistía Internacional, Greenpeace y Médicos sin Fronteras y por Intermón, con participación de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo, la Cruz Roja, Educación Sin Fronteras, Justicia y Paz, Manos Unidas y el Comité Español del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.