Los participantes de la Ronda de Doha de negociaciones comerciales ignoran inquietudes de los trabajadores mientras están reunidos en Ginebra, advirtió la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL).
La principal central sindical del planeta se unió otras asociaciones de trabajadores para cuestionar a los negociadores en la Organización Mundial del Comercio (OMC) por ignorar el efecto adverso de la globalización en las condiciones de vida y de trabajo de la población del planeta.
Representantes de los 147 países que integran la OMC están reunidos esta semana en Ginebra en un intento por reanimar la bloqueada Ronda de Doha y abrir camino a un acuerdo que, según el cronograma establecido en 2001, debe estar aprobado antes del 31 de diciembre.
Pero la CIOSL afirmó que, en sus esfuerzos por hacer que la ronda se encarrile, los negociadores dejan de lado cuestiones importantes.
Desafortunadamente, mientras los negociadores de la OMC estudian la letra chica de su cronograma, la base de apoyo del sistema multilateral de comercio está siendo serruchada debajo de sus pies, advirtió el secretario general de la CIOSL, Guy Ryder.
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El sindicalista urgió a los gobiernos a elevar la mira y abordar las cuestiones sociales y de desarrollo básicas que, para él, están en el corazón de la inequidad y de la injusticia que hoy caracteriza al comercio mundial.
De otro modo, los gobiernos no lograrán el apoyo popular para completar, ratificar e implementar cualquier acuerdo comercial que se alcance, agregó.
El martes comenzó en Ginebra una sesión de cuatro días del Consejo General de la OMC, con la intención de darle un marco adecuado a las conversaciones hasta diciembre.
La ronda mundial de negociaciones para reformar el comercio internacional fue lanzada por la Conferencia Ministerial de la OMC celebrada en la capital de Qatar en 2001, y se espera que termine el 31 de diciembre.
Sin embargo, esa meta quedó muy lejana luego del fracaso de la Conferencia Ministerial de la OMC realizada en septiembre pasado en Cancún, debido al rechazo de los países del Sur en desarrollo a los abultados subsidios que otorga el Norte industrial a su producción agrícola.
El Consejo General de la OMC analiza un borrador presentado por la cúpula de la organización para darle un nuevo impulso a la Ronda y un marco al último tramo de las negociaciones.
El texto propone, además de la eliminación de los subsidios a las exportaciones agrícolas y el recorte de las subvenciones, una reducción de las protecciones aduaneras y de las tarifas industriales.
También aborda el problema de los servicios, los subsidios al algodón y el lanzamiento de negociaciones sobre procedimientos aduaneros.
Los negociadores temen que, de no alcanzar un acuerdo antes de fin de mes, la Ronda de Doha corre el riesgo de ser marginada por la nueva dirección de la Unión Europea, que en mayo pasó de tener 15 países miembros a 25.
Pero la CIOSL dijo que, mientras, los derechos de los trabajadores se ven comprometidos, en particular en el sector textil, y agregó que eso empeorará cuando expire el sistema de cuotas de esa industria el año próximo.
En enero perderá vigor el Acuerdo sobre Textiles y vestimenta de la OMC, lo que dejará en el camino restricciones cuantitativas al comercio de esos productos.
Eso daría a todos los países miembros del cuerpo acceso irrestricto a los mercados de Europa, Estados Unidos y Canadá.
La CIOSL sostuvo que eso tendría serias repercusiones sobre el empleo en el sector textil en países que parecerán menos atractivos a los ojos de los inversores.
Millones de trabajadores de todo el mundo perdieron sus empleos a medida que empresas multinacionales trasladaron sus fábricas a China y otros países donde la producción es más barata, lo que la central sindical atribuyó a violaciones de los derechos laborales básicos.
El secretario general de la Federación Internacional de Trabajadores del Textil, Vestuario y Cuero (ITGLWF), Neil Kearney, preguntó quién explicará a 40 millones de trabajadores, la mayoría mujeres en países desesperadamente pobres como Bangladesh y Mauricio, que la masacre de empleos de 2005 será buena para ellos.
La CIOSL, que representa a unos 148 millones de trabajadores de todo el mundo, exhortó, junto con la ITGLWF y el Comité Asesor de Sindicatos (TUAC) a la creación de un foro de emergencia que elabore una respuesta a la crisis que sobrevendrá en enero en el sector textil y de vestimenta.
Ese foro debería contar con el auspicio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Por otra parte, la CIOSL advirtió que las propuestas a estudio de la OMC respecto del algodón no se acercan a la demanda formulada por los países en desarrollo en Cancún para que cesaran los subsidios a la producción en el Norte industrial.