Horacio Rosatti llega al Ministerio de Justicia de Argentina con un pedido claro del presidente Néstor Kirchner: poner orden en las calles sin alcanzar los extremos de la represión y reformular la relación con el Poder Judicial, que se había deteriorado durante la gestión de Gustavo Beliz, quien renunció el domingo a pedido del mandatario. La directiva llegó del propio Kirchner, luego de tres horas de reunión en la quinta de Olivos, según confió una fuente allegada al designado ministro, que jura en su cargo este lunes. Rosatti aplicará una nueva política, diferente de la de su antecesor. Kirchner le hizo saber que Beliz no supo interpretarlo adecuadamente, ni conducirse frente al dilema de qué hacer con los piqueteros (movimiento de trabajadores desempleados), un asunto que se convirtió en el flanco más débil del Gobierno, ni manejar la relación con los jueces.
