El Mercosur atraviesa por un momento delicado por los conflictos comerciales entre la Argentina y Brasil, que ya fueron bautizados como la "guerra" de las heladeras y los televisores. En los hechos es más, porque se trata de casi todos los artículos de la llamada "línea blanca" o "línea del hogar". Según los acuerdos, el Mercosur es una unión aduanera porque los productos fabricados en cualquier país miembro pueden circular libremente por la región. La imposición de límites, cuotas o medidas administrativas que restrinjan esa circulación para un conjunto tan diverso de bienes (artefactos para el hogar, televisores y su posible extensión a productos textiles) representa un significativo paso atrás. Los últimos sucesos no pueden ser considerados "normales", en tanto los momentos de crispación y desentendimiento ya son clásicos entre las dos naciones. La impasse del Mercosur se profundizó en los últimos años, primero por la devaluación brasileña de 1999, luego por la crisis argentina y después por la uruguaya. También por las presiones cruzadas a favor del Area de Libre de Comercio de las Américas y el acuerdo con la Unión Europea y las crecientes tendencias de Chile a un acuerdo privilegiado con Estados Unidos.