Casi 9.000 personas se congregaron el domingo frente al sitio en un barrio céntrico de Buenos Aires donde estaba la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina para rendir homenaje a los 85 muertos durante el ataque con explosivos que la destruyó el 18 de julio de 1994. Los discursos estuvieron cargados de acusaciones al gobierno de entonces de Carlos Menem (1989-1994) y contra la justicia por la falta de esclarecimiento del hecho. El público abucheó los nombres de Menem y del juez Juan José Galeano cada vez que fueron mencionados por los oradores. A Menem lo asociaron a las graves irregularidades cometidas por organismos a su cargo en el tramo inicial de la investigación, mientras que a Galeano, separado de la causa en diciembre, le recriminaron haber puesto al borde del fracaso el juicio a la llamada conexión local. El presidente Néstor Kirchner volvió a estar presente en el acto que los judíos argentinos realizan cada aniversario frente al lugar donde explotó la bomba terrorista. Como el año pasado, fue recibido con aplausos. Señal de que le renovaron el crédito, como no lo consiguieron sus antecesores por su compromiso para ayudar a resolver el caso.
