Un invierno menos crudo que lo habitual y muchos millones de pesos le han permitido al gobierno argentino enfrentar hasta ahora sin mayores sobresaltos la crisis energética. Pero los especialistas advierten sobre el alto costo fiscal de esta situación. Y enfatizan que, pese a la ausencia de cortes en el suministro de gas y electricidad, todavía no se han dado todos los pasos necesarios para solucionar la crisis estructural del sector. Según el Ministerio de Economía, para pasar el invierno austral en el gobierno se deberán gastar casi 700 millones de dólares. El grueso de esos recursos irá a pagar los diversos combustibles (fuel oil de Venezuela, gas de Bolivia y electricidad de Brasil) que la Argentina se ve obligada a importar para evitar el colapso energético.