En nombre del gobierno argentino, su canciller Rafael Bielsa puso el miércoles el punto final a la tirante situación generada tras las declaraciones de un funcionario estadounidense que había dicho que su país estaba preocupado por el avance piquetero (movimiento de trabajadores de desocupados), lo que generó una durísima respuesta por parte de Argentina. "Para la República Argentina la cuestión terminó. Esperemos que para los Estados Unidos también haya terminado", aseguró el canciller, que el martes había responsabilizado a Roger Noriega, subsecretario de Asuntos Hemisféricos del Departamento de Estado de Estados Unidos, de ser el autor de esas declaraciones, calificadas de "intromisión en asuntos de otro Estado" por parte del gobierno argentino.