La fuerza y liderazgo de Hugo Chávez en Venezuela y su propuesta de una revolución inspirada en Simón Bolívar serán sometidos a prueba decisiva el 15 de agosto, cuando se celebre el referendo que puede revocar o ratificar el mandato del presidente.
El referendo será la madre de todas las batallas, porque chocarán de manera desnuda dos visiones de país y dos bloques de fuerzas, las tradicionales que tuvieron el poder desde 1958 hasta 1998, y sectores antes excluidos que se abren paso con Chávez a la cabeza, comentó a IPS Samuel Moncada, simpatizante del oficialismo y director de la Escuela de Historia de la caraqueña Universidad Central.
Se avecina la que puede ser la campaña electoral más sucia en Venezuela, y de uno y otro lado veremos acusaciones de corrupción, denuncias de fraude, acciones de sabotaje o violencia callejera, y hasta amenazas de intervención extranjera, sostuvo el historiador Moncada.
Lo que está en juego no es un simple comicio, sino la lucha por el poder entre bloques, explicó.
Por su parte, el analista Alberto Garrido, autor de una decena de libros sobre Chávez, estima que el presidente ensaya una vía electoral para afianzar su revolución bolivariana, pero la gran incógnita es lo que hará si pierde la consulta, es decir, si aceptará entregar un proceso que considera histórico mediante un simple referendo.
Garrido recordó a IPS que Chávez ha bautizado Santa Inés a su campaña para vencer en el referendo, evocando la más famosa batalla de la campesina Guerra Federal (1859-1864), en la que el popular caudillo liberal Ezequiel Zamora venció a las fuerzas conservadoras con un modelo de operación retrógrada, con lucha de trincheras.
Tras entregar las primeras líneas, Zamora atrajo al desgastado adversario hasta la más fuerte, y con un violento contraataque le propinó una derrota fulminante.
Hasta abril, las principales firmas encuestadoras atribuían mayoría de intenciones de voto a la oposición, pero en ellas Chávez aparece con 40 por ciento o más de aprobación. Un tercio de los casi 13 millones de electores registrados son considerados ni-ni (ni oficialistas ni opositores).
El Consejo Electoral convocó la consulta para el 15 de agosto, apenas cuatro días antes del límite para el relevo de poder ansiosamente buscado por los adversarios de Chávez desde fines de 2001.
Según la Constitución, si Chávez perdiese el referendo antes del 19 de agosto -cuando completa cuatro años de su sexenio- debe hacerse una nueva elección presidencial, pero si un eventual revés se produjera después de esa fecha entonces el vicepresidente, libremente designado por él, completaría el mandato.
Para convocar al referendo, la oposición recogió finalmente 2.541.636 firmas válidas, 105.553 por encima del quórum requerido —20 por ciento del padrón electoral— por lo que se activa la consulta, anunció el martes Francisco Carrasquero, presidente del Consejo Electoral.
La votación se efectuará de modo automatizado, con unas 19.000 máquinas en igual número de centros en todo el país, y los electores responderán una pregunta simple todavía pendiente de redacción, indicó Carrasquero.
La vía del referendo fue pactada hace un año entre el gobierno y la coalición opositora Coordinadora Democrática para zanjar la crisis política que comenzó con un día de paro en diciembre de 2001 e hizo pasar al país por un golpe de Estado, una huelga petrolera, indisciplina militar, continuas manifestaciones y jornadas de desórdenes callejeros.
Chávez aceptó el veredicto del poder electoral, se declaró en campaña para ser ratificado, y en un mitin el martes aseguró que duplicaremos la votación de la oligarquía y obtendremos por lo menos cinco millones de votos en el referendo.
El llamado a referendo coincidió con la asamblea de la Organización de Estados Americanos en Quito, donde se saludó la decisión venezolana de encaminar su confrontación política por una vía pacífica, democrática y electoral. El nuevo secretario general e la OEA, Miguel Angel Rodríguez, se declaró feliz por el resultado.
El secretario de Estado (canciller) de Estados Unidos, Colin Powell, dijo en ese foro que en Venezuela, elogiamos al pueblo, al gobierno y a la oposición democrática por completar el proceso de reparos (ratificación de firmas) y por su compromiso para respetar los resultados de un oportuno referendo revocatorio del mandato de Chávez.
Mientras Chávez ya anunció que respetará el resultado, y, si pierdo, me voy, la Coordinadora deploró tanto la fecha escogida, pues aspiraba a que se hiciese el 8 de agosto, como la automatización de los sufragios, pues quería un escrutinio manual, ya que expresa temor a algún fraude electrónico.
De cualquier manera, venceremos de manera abrumadora, porque recogimos 3,4 millones de firmas, aunque nos validaron menos, y en el referendo obtendremos muchos más sufragios, porque el voto será secreto y habrá más sitios donde los ciudadanos expresarán su opinión, dijo a IPS un portavoz de la Coordinadora, Jesús Torrealba.
Felipe Mujica, otro dirigente de la coalición que reúne a medio centenar de partidos y grupos adversarios de Chávez, advirtió que la fecha tan cercana al 19 de agosto pone en riesgo muchísimas cosas de tipo operativo.
Según un técnico del Consejo Electoral que no quiso dar su nombre, que la proximidad al 19 de agosto limita el margen de maniobra de la oposición para rechazar medidas que adopte el poder electoral -entre cuyos cinco miembros el oficialismo ha hecho mayoría de tres a dos- pues cualquier exigencia convertida en punto de honor corre el riesgo de demorar la consulta.
En lo inmediato, Chávez anunció que se apresta a reemplazar el comando de partidos que le apoyan por otro, de campaña electoral, cuya jefatura asumió, en tanto la Coordinadora multiplica sus reuniones para movilizar a su electorado.
El analista y ex líder socialista Teodoro Petkoff, director del vespertino Tal Cual, estima deseable que haya un entendimiento y diálogos para una pelea civilizada. No hay razón para matarnos, esta no es la guerra del fin del mundo.
La OEA y el estadounidense Centro Carter para la Paz, que supervisaron todo el proceso de recolección y ratificación de firmas para la solicitud del referendo, mantendrán sus misiones de observadores en Caracas para la nueva etapa.
Pero en el oficialismo hay resistencia a que esa observación sea tan intensa y en todos los niveles del proceso, como hasta ahora. Se excedieron en la observación y tenemos que revisar su papel, advirtió Oscar Battaglini, uno de los cinco rectores del Consejo Electoral.