El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, admitió que la oposición puede haber recogido las firmas necesarias a un referendo para desalojarlo del poder en los próximos meses. La crisis política parece encauzarse hacia una salida pacífica y electoral.
Nunca dije que el referendo era imposible. A lo mejor recogieron (los opositores) 2,4 millones o 'un pelito' más, 2,5 millones de firmas. Sea cual sea el resultado, (el margen) será pequeño, y para la oposición es una victoria pírrica, dijo un coloquial Chávez tras una práctica deportiva la noche del martes.
Sin embargo, Chávez se refirió a evidencias de fraude en las jornadas de ratificación de firmas, como el decomiso de cédulas de identidad falsificadas.
Ante estas evidencias, y por varios miles, como me han informado, el país serio, incluyendo la gente de oposición seria, los medios de comunicación, observadores internacionales, deben entender que no debemos presionar al árbitro (electoral), que él debe tomarse su tiempo, para que al final anuncie una decisión.
Sin lugar a dudas, estamos presenciando muy fuertes evidencias de un nuevo intento de fraude. Es más que evidente. Quién lo puede negar. Sólo el que no quiere, como dice la Biblia 'el que tenga ojos que vea y el que no quiera ver que no vea'.
El vicepresidente José Vicente Rangel, principal operador político del chavismo, dijo este miércoles en un acto con centenares de seguidores que si recogieron las firmas y se realiza el referendo, los derrotaremos totalmente.
Rangel afirmó que la verdad de este proceso no está en la recolección de firmas o en los reparos, sino en el referendo, y ahí los vamos a enterrar.
La oposición necesita 2.436.083 firmas válidas, 20 por ciento del padrón electoral, para que el Consejo Nacional Electoral convoque al referendo. En diciembre recolectó 1,9 millones de rúbricas válidas y 1,2 millones de dudosas, las que fueron a reparo (ratificación o retiro) el pasado fin de semana.
La coalición opositora Coordinadora Democrática sostiene que en las jornadas de reparos agregó 661.000 firmas a las de la solicitud inicial, por lo que dispondría de 136.000 rúbricas más de las necesarias para accionar la consulta.
Algunos dirigentes oficialistas estimaron el domingo y el lunes que la Coordinadora no había logrado firmas suficientes, pero al paso de los días han recogido velas y aguardan por el dictamen oficial del poder electoral, esperado para el viernes o el sábado.
Durante meses, los jefes de los partidos que apoyan a Chávez, reunidos en el Comando Ayacucho, pusieron en duda que la oposición hubiese recogido suficientes firmas válidas y denunciaron que muchas planillas se llenaron de modo fraudulento.
Comentaristas políticos en el parlamento sostienen que, para la siguiente fase de la lucha por el poder, como podría ser un referendo revocatorio en agosto, el Comando Ayacucho será reorganizado y lo dirigirán militares retirados próximos a Chávez.
Los oficialistas aspiraban a que, en las jornadas de ratificación de firmas, unas 300.000 personas retirasen las suyas de la solicitud de referendo inicial. Pero según admitió Chávez, sólo 90.000 lo hicieron.
El ex presidente estadounidense Jimmy Carter (1977-1981) y el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, a la cabeza de misiones de observación, se entregaron durante días a reuniones con los protagonistas del proceso y expresaron confianza en que todas las partes aceptarán el veredicto del Consejo.
Chávez ha dicho varias veces en público y reiterado ante los titulares de la OEA y del Centro Carter para la Paz, que aceptará el dictamen del Consejo, competirá en el referendo si así se le ordena y, en caso de un resultado adverso, lo aceptará y dejará la Presidencia.
En cambio, la Coordinadora de oposición se rehúsa a dar un cheque en blanco al Consejo Electoral, un poder independiente de cinco miembros en el que advierte mayoría oficialista.
Chávez ha seguido siempre un patrón de conducta invariable: avanza con audacia hasta encontrar fuerzas superiores invencibles, y entonces ejecuta un repliegue táctico, comentó a IPS el analista político Armando Durán.
Según Durán, quien fue canciller y ministro de Información en el segundo gobierno del socialdemócrata Carlos Andrés Pérez (1989-1993), en el ánimo de Chávez influyó un relativo aislamiento que percibió en la tercera Cumbre de Mandatarios de la Unión Europea y América Latina y el Caribe, celebrada a fines de mayo en Guadalajara, México.
Si el referendo se convoca, Chávez tiene como opción inmediata emplearse a fondo para ganarlo y relegitimar su mandato después de más de dos años de crisis, marcados por un efímero golpe de Estado, una huelga empresarial y sindical de 63 días y una semana de desórdenes callejeros que dejaron una docena de muertos en marzo.
El tiempo es clave. Si el referendo se hace antes del 19 de agosto y el mandatario lo pierde, se hará una nueva elección presidencial, pero si ocurre después de esa fecha y el resultado le es adverso entonces el vicepresidente, libremente designado por Chávez, completará el período hasta enero de 2007.
La materia es inusitada en América Latina. La figura de los referendos revocatorios de toda autoridad electa popularmente fue establecida en la Constitución de 1999, que impulsó Chávez, pero no hubo desarrollo legislativo del precepto y las normas fueron dictadas, en medio de la actual crisis, por el Consejo Electoral.
Por ejemplo, hay dudas sobre si, en caso de ser revocado, Chávez podrá presentarse a la elección presidencial que se haría unas semanas después. Acerca del tema está pendiente una decisión del Tribunal Supremo de Justicia.
El borrador de sentencia, en manos del magistrado José Delgado, contempla autorizar al presidente para que opte nuevamente al cargo, recordó a IPS el jurista Carlos Escarrá, cercano al oficialismo. En mi criterio no podría presentarse a la elección inmediata, pero hay opiniones encontradas y el Tribunal decidirá en ese caso, comentó.
En las semanas por venir todo dependerá de la correlación de fuerzas en las instituciones y en la calle, advirtió a IPS el secretario general del centrista Movimiento al Socialismo, que hace parte de la Coordinadora de oposición.
La Coordinadora ha convocado a sus seguidores para una manifestación el sábado en Caracas, con la que espera celebrar lo que considera inminente convocatoria del referendo.