El partido alemán Die Gruenen (Los Verdes) logró casi 12 por ciento de los votos en las elecciones para el Parlamento Europeo del 13 de junio, uno de los mejores resultados en casi 21 años de participación electoral, que lo confirmó como tercera fuerza política. Pero al mismo tiempo teme el fin de su participación en el gobierno, y lamenta el fracaso verde en el resto de Europa
El Partido Social Demócrata alemán, del que los verdes son socios minoritarios en el gobierno, obtuvo sólo 21,5 porciento de los votos, su resultado más bajo desde 1953, y eso atestigua el descontento de los electores alemanes de izquierda con la política social y económica de inspiración neoliberal puesta en práctica por ambos partidos.
Krista Sager, líder parlamentaria de Die Gruenen, afirmó que el resultado de los comicios probó el carácter "moderno" de los votantes de su partido.
"Nuestros electores son modernos, y no sienten vergüenza de la política que nuestra coalición ha puesto en práctica" dijo, repitiendo el argumento de los dirigentes social demócratas sobre la necesidad de reducir beneficios de seguridad social para "modernizar" el país.
A pesar de la satisfacción de Sager, el partido más votado en Alemania para el Parlamento Europeo fue el conservador y opositor Unión Demócrata Cristiana (CDU), y eso augura un fin prematuro de la coalición gobernante.
Además, el triunfo de los verdes alemanes no compensa el mediocre resultado de los partidos ecologistas en el resto de la Unión Europea (UE). En Francia, "Les Verts" (Los Verdes) habían obtenido 10 por ciento de los votos en 1999, y recibieron esta vez 7,4 por ciento.
En total, los verdes enviarán 34 diputados al Parlamento Europeo, con sede en Estrasburgo, o sea cinco por ciento del total de 732, y tres menos que durante el periodo legislativo que terminó el 13 de junio.
La modestia de ese resultado se destaca porque siguió a la primera campaña coordinada por el Partido Verde Europeo (PVE), que se fundó en febrero con la intención declarada de fortalecer la presencia ecologista en el Parlamento de la UE.
"Queremos ganar las elecciones parlamentarias europeas de junio y consolidar una presencia política de la familia de los verdes" como "sujeto político que pueda actuar en el ámbito continental", había dicho a Tierramérica en abril la italiana Monica Frassoni, reelegida el 13 de junio como parlamentaria europea.
Pero el PVE tendrá representantes de menos de la mitad de los 25 Estados miembros de la UE, y quedó como quinta fuerza en Estrasburgo, detrás de los bloques liberales y de extrema derecha , que obtuvieron 66 diputados cada uno.
Como en Alemania, la votación en el resto de la UE pareció dominada por la protesta contra políticas de gobiernos nacionales, y en algunos casos, como los de Austria, la región flamenca de Bélgica, Gran Bretaña y Holanda, se expresaron fuertes minorías racistas o claramente anti europeas.
Además, la abstención fue mayoritaria, con un promedio de 55 por ciento, y hasta 80 por ciento en países de Europa oriental como Polonia, que ingresaron a la UE el 1 de mayo y participaban por primera vez en una elección del Parlamento Europeo.
Ese abstencionismo se debió a que muchos piensan que las instituciones europeas "no se preocupan de cuestiones esenciales, como el empleo, el crecimiento económico, y la defensa de los servicios públicos", y son al mismo tiempo responsables de medidas impopulares en escala local, dijo a Tierramérica el director del Instituto de Observación de la Vida Política Francesa, Pascal Perrineau.
Entre esas medidas, puso como ejemplo "la prohibición de la producción artesanal de ciertos tipos de quesos que constituyen una tradición gastronómica muy querida" en Francia.
El ambientalismo, que llevó a fundar partidos verdes en Europa hace 20 años, no es hoy una preocupación central de los votantes, especialmente en los diez nuevos miembros de la UE en Europa del Este, donde los ecologistas no obtuvieron ni un diputado.
Daniel Cohn-Bendit, coordinador de la campaña electoral del PVE, admitió que los verdes afrontan un reto inmenso en esos países, y deberán "invertir mucho tiempo y esfuerzos" para implantarse en ellos.
Sin embargo, alegó que los verdes europeos pueden "estar satisfechos del resultado", y que "las pérdidas en algunos paises se han compensado con los excelentes resultados obtenidos en otros, como en Alemania".