Los resultados de las elecciones para renovar el Parlamento Europeo muestran que ese bloque político está todavía lejos del corazón y de los intereses económicos y sociales de los ciudadanos de cada país que lo integra.
"El Parlamento tiene que tener más poderes si quiere atraer el voto de los ciudadanos", alertó este lunes Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la Unión Europea (UE), tras conocer los datos de los comicios realizados entre el jueves y el domingo, según manifestó su portavoz en Bruselas.
Estas elecciones son las que registraron el menor nivel de participación, con apenas 45 por ciento de los 350 millones de habilitados, desde las primeras celebradas en 1979, cuando concurrieron a las urnas 63 por ciento del padrón de entonces.
Es de destacar que en países fundadores y considerados claves en la UE, como Alemania y Francia, la asistencia a las urnas estuvo por debajo de la media europea, ya que votaron solamente 43 por ciento de los ciudadanos habilitados para hacerlo.
Ese desinterés electoral se hizo más patente en los 10 países incorporados a la UE el 1 de mayo, en los que votó apenas el 26,4 por ciento.
Con esos datos a la vista se impone ahora una reflexión de todos los organismos nacionales y europeos para definir por qué no han llegado a despertar el interés de los ciudadanos, comentó a IPS, Miguel Angel Moratinos, el canciller español y veterano conocedor de la UE, en la que ejerció durante siete años el cargo de embajador especial para Medio Oriente.
En su opinión, los gobernantes deberán hacer un esfuerzo suplementario para dar mayor legitimidad a la UE que se está construyendo y dar explicaciones claras para que los ciudadanos se sientan vinculados.
Porque, añadió, "los ciudadanos europeos comprenderán que, con una Constitución y un marco político nuevo, más eficaz, más democrático y más solidario, se puede y se debe involucrar más a la sociedad europea?.
Su compatriota Josep Borrell, cabeza de lista del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que triunfó en este país, manifestó en declaraciones radiales que, "el día que consigamos hacer entender que las decisiones europeas son determinantes, aunque no lo parezcan, para resolver los problemas de la gente, entonces se interesarán más por Europa".
La elevada abstención, el aumento de votos en algunos partidos que se declaran contrarios a la unión de Europa cediendo competencias nacionales, así como el uso del voto en países decisivos para castigar a sus gobiernos por sus políticas internas, muestran que ese interés por el bloque no está a la orden del día.
Esa falta de interés es más llamativa porque este año se están produciendo avances, con discusiones y posiciones duras, pero avanzando hacia la aprobación de una Constitución europea y porque las competencias de los organismos comunitarios serán todavía más altas que en la actualidad.
A este respecto, Andrés Ortega, director de la edición española de la revista Foreign Policy, subrayó que el Parlamento Europeo ha ganado mucho en poder ejecutivo, ya que colegisla (con los congresos nacionales) y codecide (con el Consejo de Ministros) en 60 por ciento de los asuntos que afectan a los ciudadanos.
Ese poder aumentará al aprobarse la nueva Constitución, en un proceso para el que será decisiva la reunión que han comenzado este lunes en Luxemburgo los cancilleres de los 25 países que integran la UE y que finalizarán el jueves y el viernes los primeros ministros.
El ministro de Asuntos Exteriores británico, Jack Straw, cuyo partido Laborista perdió estrepitosamente en las elecciones, también interpretó que los resultados demuestran que los ciudadanos quieren una UE "más eficaz y más responsable" y se comprometió a trabajar duro para lograr un acuerdo constitucional.
Empero, la Constitución para entrar en vigor deberá ser ratificada por todos los Estados miembros y en algunos de ellos por referéndum, por lo que la elevada abstención registrada en estas elecciones parlamentarias hace temer que se produzca un fracaso, a menos que a corto plazo se logre elevar el interés popular hacia asuntos paneuropeos.
De acuerdo a lo avanzado hasta ahora en el texto de la Constitución, el Parlamento Europeo tendrá en el futuro la capacidad de bloquear o aprobar 60 por ciento de las resoluciones que adopte la Comisión Europea. Entre ellas las que se relacionan con la política exterior y de seguridad y el propio presupuesto del bloque.
Además, estarán la política de inmigración, la cooperación policial, incluyendo el mando de la Europolicía y la política fiscal.
Un cambio trascendente se operará para la designación del presidente de la UE, que hasta ahora era designado por acuerdo de los gobiernos, pero que con la nueva Constitución pasará a ser designado por el Parlamento Europeo, al igual que los comisarios de Política Exterior y de Defensa.
Al haber obtenido el primer lugar, con 276 diputados sobre un total de 732 cargos a elegir, el conservador Partido Popular Europeo (PPE) reclamará para el mismo la presidencia tanto del Parlamento como de la Comisión, anticipó su líder, Wilfried Martens, tras conocer los resultados primarios.
Según datos publicados este lunes en el sitio de Internet del Parlamento Europeo, tras el PPE quedó el Partido Socialista Europeo con 201 escaños, el Partido Europeo de los Liberales y Demócratas con 66, el Grupo de los Verdes con 42, la Izquierda Unitaria Europea con 39, el Grupo Unión de las Naciones con 27, la Europa de las Democracias y las Diferencias con 15 y otros o no inscriptos completan los 66 restantes.
Particularmente destacable es que, de los 78 diputados que corresponden a Gran Bretaña, 15 los logró el Partido de la Independencia del Reino Unido, que reclama la salida de ese país de la UE.
Por ello, aparece como una tarea inmediata para los políticos y gobernantes de la región el acercar más la estructura y propósitos del bloque al corazón de los ciudadanos y explicarles con claridad la importancia de su cuerpo legislativo, ese Parlamento Europeo renovado el fin de semana pasado.