PARAGUAY: Oviedo, regreso en busca de gloria

En un rito parecido al que ejecutó el ex presidente argentino Juan Domingo Perón en 1973, el también militar Lino Oviedo regresó este martes a Paraguay, y ahora espera detenido en un cuartel que se revisen su condena por golpista y la acusación de magnicidio.

El retorno de Oviedo desde su refugio en Brasil fue justificado por ”el nuevo tiempo político” que vive Paraguay desde la asunción en 2003 de Nicanor Duarte Frutos y los cambios en la integración de la Corte Suprema de Justicia, que había confirmado en 1998 la condena a 10 años de prisión por intento de golpe de Estado en 1996.

Oviedo, de 61 años, enfrenta también la acusación de autoría intelectual del asesinato el 23 de marzo de 1999 del vicepresidente Luis María Argaña y de la muerte de ocho manifestantes en los incidentes que se sucedieron tres días después y que culminaron con la renuncia del entonces presidente Raúl Cubas, quien había asumido el año anterior.

”El gobierno de Duarte Frutos no ve a Oviedo como un enemigo y confiamos en el nuevo clima político que vive Paraguay”, dijo a IPS su correligionario y ex senador Víctor Galeano Perrone, quien se radicó en Uruguay en 2003 al finalizar su periodo como legislador y perder consecuentemente sus fueros parlamentarios.

Sobre Galeano Perrone, uno de los principales dirigentes del oviedista partido Unión Nacional de Ciudadanos Eticos (Unace), pesa la misma acusación de autoría intelectual de la muerte de Argaña, por la cual están condenadas cinco personas como sus matadoras.
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Oviedo arribó al aeropuerto internacional Silvio Pettirossi en un vuelo comercial procedente de la sudoccidental ciudad brasileña de Foz de Iguazú, en la frontera con Paraguay, donde residió en los últimos meses sin conseguir de Brasilia el estatus de refugiado. Empero, Brasil negó a la justicia paraguaya un pedido de extradición por los delitos que se le imputan.

El ex militar llegó acompañado de diputados, senadores y dirigentes de Unace y de otras fuerzas de oposición al gobernante Partido Colorado, legisladores brasileños y argentinos, periodistas paraguayos y extranjeros, familiares y allegados.

Una operación de retorno que tiene puntos de contacto con la llevada a cabo en 1973 por el general Perón, quien volvió de España para gobernar Argentina por dos años tras 18 de exilio, cuyo inicio fue precisamente en Paraguay, admitió Galeano Perrone, aunque destacó la distancia temporal y en la figura del argentino, que ocupó el gobierno de su país en tres oportunidades.

”Sólo faltaron algunos representantes uruguayos, debido a las elecciones internas realizadas el domingo en este país”, aclaró el político paraguayo, sin identificarlos, aunque trascendió a la prensa que uno de los frustrados viajeros fue el senador Pablo Millor, del gobernante Partido Colorado.

La presencia de legisladores de dos de los tres socios de Paraguay en el Mercosur no llamó la atención de los observadores, pues el periplo de Oviedo cuando huyó su país fue primero hacia Argentina y luego hacia Brasil.

Oviedo dejó Argentina en diciembre de 1999, horas antes de que el entonces presidente Carlos Menem —quien lo había refugiado— terminara su segundo mandato presidencial de cinco años.

Uruguay también fue refugio para varios dirigentes y correligionarios de Oviedo, como el propio Galeano Perrone, su hermano Carlos Galeano Perrone, el ex ministro de Defensa José Felicísimo Segovia Boltes y Conrado Papalardo, ambos ex funcionarios de Cubas, quien también escapó a Brasil.

A raíz de los sobresaltos de la democracia paraguaya en la década de 1990, se firmó la cláusula democrática del Mercosur (Mercado Común del Sur), según la cual una interrupción del Estado de derecho en alguno de estos cuatro países miembros lo dejaría fuera del bloque de modo automático.

Al igual que Oviedo este martes y Segovia Boltes antes, Galeano Perrone dijo a IPS que regresará para aclarar su situación ante la justicia de Paraguay, de donde escapó para evitar ”la persecución brutal” del gobierno interino encabezado por Luis González Macchi (1999-2003), que se abatió sobre legisladores de la Unace.

”Las acusaciones contra Oviedo y contra mí” por la muerte de Argaña ”son absurdas”, pues el único perjudicado por ella fue nuestro sector, precisó, avalando lo dicho por su líder político en una entrevista concedida a IPS, todavía desde Brasil, y publicada el 14 de este mes.

”Es indispensable buscar la verdad”, búsqueda que ”nunca puede considerarse un plan orquestado”, dijo Oviedo en esa oportunidad, en respuesta a quienes lo acusan de estar detrás de los pedidos para reabrir la investigación sobre el asesinato de Argaña.

Una investigación de la revista brasileña Istoé y otras versiones y testimonios recientes señalan que Argaña no murió baleado en su automóvil cuando transitaba por una calle céntrica de Asunción, como indicaron las pericias realizadas poco después, sino que falleció de un ataque cardíaco en casa de una amante.

Oviedo fue llevado en un helicóptero a una prisión militar apenas pisó tierra este martes y a la misma hora que había fijado una convención extraordinaria realizada por la Unace días atrás y que puso en alerta al gobierno al Partido Colorado, en el poder desde 1947.

Las fuertes medidas de seguridad montadas con efectivos policiales y militares alejaron a centenas de partidarios que lo esperaron a un par de kilómetros de la terminal aérea, casi la misma cantidad de personas que lo despidió en Foz de Iguazú, en la frontera paraguaya.

Galeano Perrone confirmó que la defensa del líder de Unace presentará en las próximas horas un pedido de revisión de la condena a 10 años por el intento de golpe contra el gobierno de Juan Carlos Wasmosy (1994-1998), su principal enemigo político, causa por la cual se lo mantiene detenido en el cuartel de Viñas Cué, 15 kilómetros al norte de Asunción.

Por la tarde, Oviedo declaró ante fiscales de la justicia ordinaria que lo interrogaron por su presunta participación en un intento militar de golpe de Estado de mayo de 2000 contra González Macchi, una causa en la que fueron sobreseídos casi todos los demás imputados.

Mientras, en las calles de Asunción lo único notable era la nutrida presencia policial.

Ahora ”confiamos en la nueva situación de Paraguay con una Corte renovada, al cambiarse seis de los nueve miembros que confirmaron la condena contra Oviedo, y un gobierno elegido democráticamente y que no ve al líder de la Unace como un enemigo”, dijo Galeano Perrone al justificar el momento elegido para el regreso.

El fallo que confirmó la Corte había sido emitido por un tribunal militar, después de que la justicia ordinaria lo sobreseyó en dos oportunidades, añadió el dirigente político. Pero la justicia castrense sólo tiene potestad para actuar en situaciones de guerra o conflicto internacional, por lo cual su fallo no tiene validez alguna, como lo avalaron juristas locales e internacionales, sostuvo.

”El día en que Oviedo diga que no quiere más ser presidente, ese día dejará de ser perseguido por una parte del Partido Colorado (del cual Unace es un desprendimiento) ligada al ex dictador Alfredo Stroessner (1954-1989). Pero ese día aún no llega”, afirmó.

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