Las lluvias, ríos y vientos que bajan de las montañas andinas y cubren, en la Amazonia, cánticos de aves y aullidos de mamíferos ya no son sólo un dato del trópico exuberante sino una re-creación polifónica a cargo de un animoso contingente de voces jóvenes y hasta adolescentes.
El coro y espectáculo Los Andes Cantan, que debutó el 3 de junio en el teatro Teresa Carreño de Caracas, está conformado por 160 mujeres y hombres jóvenes seleccionados de entre 5.000 encuadrados en 15 organizaciones corales de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, que conforman la Comunidad Andina de Naciones.
Ahora el vasto grupo seguirá camino para actual el 3 de agosto en Quito, el 19 de ese mismo mes en Lima, el 14 de octubre en Bogotá y el 18 de noviembre en la central ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra.
El deleite para quien escucha la novel formación comienza con su interpretación de los himnos nacionales del bloque, arroba con la réplica de la naturaleza pletórica de fauna y flora entre vientos y arroyos, y luego voces con todas las gradaciones dejan oír piezas que son emblema de las nacionalidades andinas.
El espectáculo desgrana Vasija de barro, de Ecuador, Naranjitay, de Bolivia, Alma llanera, de Venezuela, Canto a la Virgen de las Flores, de Perú, y Bullerengue, de Colombia, aunque también el cuarto movimiento de la Novena Sinfonía de Beethoven.
Integrantes de distintos grupos corales en sus respectivos países, las voces se acoplaron con unas pocas jornadas de ensayo en Caracas gracias a que se dictaron talleres con iguales contenidos, por talleristas reclutados bajo criterios similares y quienes impartieron ocho meses de clases con la misma metodología, advirtió a IPS la venezolana María Guinand, directora de la agrupación.
Parte del secreto estuvo en que se aprovechó la experiencia en el trabajo coral y sinfónico con formaciones juveniles desarrollado en las dos últimas décadas en Venezuela, dijo por su parte la colombiana Ana Mercedes Botero, directora de Cultura de la Corporación Andina de Fomento (CAF), patrocinante de la experiencia.
Natalia Sanabria, de 20 años y estudiante de Química en la Universidad Nacional de Bogotá, está feliz con su primera incursión internacional en el canto coral: Tres días, con ocho horas diarias de ensayo, y quedamos acoplados, como si hubiésemos cantado todos juntos desde el primer día, dijo a IPS un poco antes de salir a escena.
Ha sido fascinante el acoplamiento de voces, pero también la concentración y la coordinación para la expresión corporal, como de un ensayo de meses con gente que conocí apenas en horas, corroboró Nelly Ramírez, universitaria formada en el grupo Niños Cantores de Barquisimeto, 300 kilómetros al oeste de Caracas.
Para Rildo Santander, ya en la edad límite (25 años) para integrar este coro juvenil, un estudiante de periodismo en la boliviana Universidad de Santa Cruz, esta es una oportunidad cumbre para afianzar conocimientos y experiencias que transmitiremos en nuestra ciudad.
El Coro Andino Boliviano, del que Santander es miembro, comienza a ir a los barrios periféricos, con coros sencillos, fácilmente seguidos por niños y jóvenes, para extender el movimiento coral en zonas populares, dijo a IPS.
La multiplicación de esta experiencia es uno de nuestros objetivos, subrayó Botero a IPS. Lo ideal es involucrar a las universidades, porque pueden abrir cátedras que permanezcan. Ya ganamos para ese propósito a la Anglicana de Bolivia y a la Loyola de Ecuador, indicó.
El festival Los Andes Cantan es producto de los talleres del Conservatorio Andino Itinerante, que imparte formación vocal a niños y jóvenes de escasos recursos, provenientes de los países del área, añadió Botero.
Indicó que la CAF, brazo financiero de la Comunidad Andina de Naciones y que entrega al área unos 3.000 millones de dólares anuales en préstamos, ha invertido un total de medio millón de dólares en este proyecto y los de apoyo a formaciones instrumentales y de luthería, que le son conexos.
Encontramos en la música una herramienta de articulación del tejido social andino, involucrando a jóvenes de todos los estratos sociales en la construcción de cultura ciudadana, aseveró.
Los Andes Cantan se presentará en universidades y en las catedrales de Bogotá y Lima, informó Guinand. Primero vamos a medir nuestras fuerzas, pero después debe quedar una organización coral, añadió.
La CAF, dijo Botero, no está en esto para reemplazar esfuerzos nacionales por la cultura y el canto coral. Apenas actuamos como catalizador, para mostrar otra cara de la integración, de la que se deben apropiar los países y sus jóvenes, aseguró.