IRAQ: Policía sólo recibe transferencia de caos

La autorización estaba escrita. El brigadier general Amer Alí, el segundo oficial de más alto rango de la policía iraquí, había autorizado a IPS a entrevistar oficiales dentro de la estación de policía de Asha'ab, en Bagdad.

Pero cuando este corresponsal se presentó en la estación, el oficial estadounidense a cargo del puesto de control situado en el portón de entrada, de nombre Schneider, miró brevemente la carta y dijo que no estaba permitido el ingreso a la prensa. ”Tendrá que pedir la información que necesita a la APC” (Autoridad Provisional de la Coalición), le dijo.

El sargento Smith, oficial a cargo de relaciones públicas en el Centro de Información a la Prensa de la Coalición, señaló por teléfono que la policía iraquí y no el ejército estadounidense controla el acceso a las estaciones de policía.

Luego el teniente Yarsh tomó el teléfono y explicó que Estados Unidos controla el Ministerio del Interior y a la policía iraquí hasta el 30 de junio, fecha prevista para la transferencia de poder de las fuerzas de ocupación a un gobierno interino iraquí.

”El general Amer es el subjefe de policía, y él tiene plena autoridad sobre esta estación”, afirmó el mayor Bassim Hamid, portavoz de la policía iraquí, en respuesta a una pregunta sobre este incidente.
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”Nuestras órdenes son que los estadounidenses no interfieran con nuestro trabajo”, sostuvo el general Amer, comandante adjunto de la policía iraquí en Bagdad, en una entrevista anterior.

Interrogado sobre cómo un miembro de la policía militar estadounidense podía pasar por encima de una orden escrita del brigadier general de la policía iraquí en Bagdad, Shane Wolfe, portavoz de la APC, respondió: ”Le sugiero que se reúna con el general en el puesto de control. Eso resolverá cualquier malentendido”.

Los iraquíes consideran insultante esta falta de consideración por sus instituciones y sus líderes.

Soldados estadounidenses ocupan varias estaciones de policía en los alrededores de Bagdad, y esto dificulta la tarea de la policía iraquí.

El mayor Hamid dijo a IPS que la presencia de militares estadounidenses en las bases policiales aumenta la amenaza terrorista. ”La policía iraquí ya es blanco de los terroristas, y tener a los militares allí nos convierte en doble blanco, con el pretexto de que somos parte de la coalición”, se quejó.

El mayor Said, encargado de información de la policía iraquí de Bagdad, reconoció que la interferencia militar de Estados Unidos con la policía iraquí es un problema.

”El pueblo iraquí nos prefiere a nosotros”, dijo en su oficina del Ministerio del Interior. ”Los estadounidenses invadieron nuestro país. Ellos son los invasores, por eso los iraquíes no quieren trabajar con ellos, por supuesto”, agregó.

Y la ocupación militar estadounidense de estaciones de policía es un problema especialmente grave, dijo Said. ”Mientras los estadounidenses están en nuestras bases, nadie viene a ayudarnos. Sería mejor si ellos nos dejaran hacer nuestro trabajo y permanecieran lejos de nuestras estaciones”, manifestó.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, declaró el 24 de mayo que el objetivo de la coalición ocupadora es ”ver al pueblo iraquí a cargo de Iraq por primera vez en generaciones”.

Sin embargo, la renuencia de las fuerzas de ocupación a entregar realmente el poder a los iraquíes es evidente en las estaciones de policía.

Altos oficiales de la policía iraquí están preocupados por los crecientes problemas de seguridad en la capital iraquí a medida que se aproxima la fecha de la transferencia de poder.

Los delitos violentos en Bagdad aumentaron drásticamente respecto de los registrados bajo el régimen de Saddam Hussein. La falta de equipos y de fondos, así como la falta de independencia de la coalición encabezada por Estados Unidos, obstaculizan los esfuerzos por estabilizar la situación.

”Tenemos de tres a cuatro veces más crímenes violentos que antes”, afirmó el coronel Adnal al Rahman, director de relaciones públicas de la policía iraquí, en declaraciones a IPS en su oficina del Ministerio del Interior.

Faiq Amin, médico del Instituto Médico Legal, sostuvo que cada mes llegan a la morgue de Bagdad 600 cadáveres, el cuádruple que antes de la invasión. Y esa cifra incluye sólo a los muertos en condiciones ”sospechosas”.

”Estoy seguro de que no llegan hasta aquí todos los cuerpos que deberían”, dijo Amin.

El brigadier general Amer Alí cree que una de las causas de la alta tasa de homicidios en Bagdad, aparte de las muertes en combate, son las venganzas. ”Nuestra sociedad cambió de un régimen a otro, y ahora hay muchos asesinatos por venganza”, afirmó en la sede de la policía en Bagdad.

El control de la criminalidad rampante se complica por la falta de entrenamiento y equipamiento adecuados bajo la jurisdicción de la APC.

”Nos faltan armas. Debido a la presencia de los militares estadounidenses, no nos permiten tener armas pesadas”, se quejó el mayor Bassim Hamid.

El período de entrenamiento de los policías se acortó a un máximo de 10 semanas debido a la desesperante necesidad de agentes en la calle, explicó Amer.

La policía iraquí tiene entre 12.000 y 15.000 efectivos en Bagdad, pero se precisan al menos 20.000 para hacer frente a la alta incidencia de secuestros, violaciones y asesinatos, señaló.

”Antes de la invasión teníamos ley y orden; la gente se comportaba mejor”, declaró Amer. ”Ahora, todo se ha arruinado. Estamos en un país arruinado”, dijo.

Reclutar nuevos policías es una tarea cada vez más difícil, agregó.

Frente a la estación de policía custodiada por soldados estadounidenses en la azotea, el agente Alí Ahmed, de 25 años, cuenta que recibió ocho semanas de entrenamiento por instructores estadounidenses en Bagdad. No recibió un chaleco antibalas, pero está contento con su salario.

”No podía encontrar otro empleo, y siempre quise ser policía”, declaró, en su vigésimo día de trabajo. Ahmed gana un salario básico de 150 dólares mensuales, más un adicional de 90 dólares como compensación por riesgos.

Otro policía en su primera jornada de trabajo dijo que simplemente necesitaba el dinero.

La policía iraquí no cuenta con la confianza de los ocupadores ni de la población. ”No hemos visto nada bueno de la policía iraquí. Si la policía fuera buena, impediría estas explosiones”, dijo Akhram, un empresario de Bagdad, en referencia a los cotidianos atentados con bomba de grupos de resistencia iraquí.

Rasool Ali Hussein, empleado de un bar en el centro de Bagdad, no opina lo mismo. ”Es más probable que la policía iraquí traiga seguridad a este país que los militares estadounidenses. La policía iraquí es la única que puede hacer la tarea”, dijo.

(Dahr Jamail también es corresponsal de NewStandard www.newstandardnews.net)

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