INDIA: Conjuras convenientes para ministro jefe de Gujarat

Si Narendra Modi, el ministro jefe del estado indio de Gujarat responsable de la matanza de musulmanes de 2002, mantiene su cargo, será porque cuatro musulmanes sospechosos de planear asesinarlo fueron abatidos por la policía este mes.

El papel pasivo o cómplice del gobierno provincial de Modi durante la persecución antiislámica de hace dos años es considerado una de las razones de la derrota electoral en abril y mayo del hinduista Partido Bharatiya Janata (BJP) al que pertenece el ministro jefe de Gujarat y que encabezó la coalición de gobierno nacional hasta el mes pasado.

El BJP realiza desde el martes y hasta este jueves un cónclave de tres días en la occidental ciudad portuaria de Mumbai para determinar por qué el partido fue desplazado del poder por el partido del Congreso y sus aliados comunistas en los últimos comicios.

El propio ex primer ministro Atal Bihari Vajpayee, líder del BJP, atribuyó la debacle electoral a las matanzas de Gujarat y pidió públicamente la destitución de Modi. Según Vajpayee y líderes de partidos que estuvieron aliados al BJP en la Alianza Nacional Democrática, musulmanes de todo el país se unieron y votaron estratégicamente para darle la victoria el Congreso.

Pero los intentos de Vajpayee por obtener la renuncia de Modi se vieron frustrados por la muerte el día 14 de tres hombres y una mujer de 19 años a manos de la policía.

Según las autoridades, los cuatro pertenecían al grupo radical islámico Lashkar-e-Toiba (Ejército de Dios) y fueron interceptados en un automóvil antes de que pudieran llevar a cabo un plan para asesinar al ministro jefe de Gujarat.

Este habría sido el tercer intento de asesinato de Modi, que enfrenta fuertes presiones para renunciar, pero continúa aferrado al poder debido al apoyo de radicales hindúes del BJP y del Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS), una organización fundamentalista que es fuente de ideología para el BJP.

La destitución de Modi equivaldría a admitir que el BJP no hizo nada para detener la matanza de musulmanes de 2002.

La persecución antiislámica en Gujarat comenzó luego de que una turba de musulmanes matara en febrero de ese año a 59 hindúes al incendiar en la localidad de Godhra un tren lleno de fieles que regresaban de la ciudad de Ayodhya, donde pretendían construir un templo sobre las ruinas de la mezquita de Babri, demolida por fundamentalistas hindúes 10 años antes.

Las represalias contra los musulmanes dejaron más de 2.000 muertos y 150.000 desplazados. Activistas de derechos humanos y dirigentes islámicos acusaron al gobierno estadual encabezado por el hinduista BJP de tolerar e incluso alentar la persecución antiislámica.

Las supuestas conjuras para asesinar a Modi le resultaron convenientes hasta ahora, pero las últimas matanzas de la policía levantaron una ola de sospecha.

Ya se plantearon dudas sobre la versión de la policía acerca de los antecedentes de los cuatro presuntos conspiradores, asesinados en un tramo desolado de la autopista que conduce a la ciudad textil de Ahmedabad, escenario de la peor violencia durante los disturbios de 2002.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos, un organismo estatutario, empezó a investigar las muertes, que la policía de Gujarat atribuye a un tiroteo con los supuestos militantes. Ningún policía resultó herido.

La familia de la estudiante asesinada Ishrat Jahan Raza, de 19 años, recibió numerosas muestras de solidaridad. Negocios y escuelas cerraron por un día en la localidad de Mumbai donde vive la familia, y miles de estudiantes universitarios asistieron al funeral el sábado.

La madre de Ishrat, Shameema Raza, dijo que si había alguna sospecha de que su hija perteneciera a un grupo radical, debió ser arrestada y sometida a la justicia, no asesinada a sangre fría.

Uno de los tres hombres asesinados, Javed Shaikh, resultó ser un hombre de fe hindú originalmente, de profesión electricista. Su antiguo nombre era Pranesh Kumar Pillai, y se convirtió al Islam para casarse con una mujer musulmana.

El padre de Shaikh, que vive en el estado de Kerala, consideró imposible que su hijo estuviera involucrado en actividades terroristas o en cualquier plan para asesinar un líder político, y exigió una investigación independiente.

"Quiero la verdad. El cuerpo de mi hijo inocente está cribado de balas, y no puedo soportarlo", dijo el hombre, citado en diarios locales d eKerala.

La policía de Gujarat identificó a los otros dos hombres asesinados en el automóvil como ciudadanos pakistaníes, y mostró documentos de identidad a los periodistas.

Un funcionario del BJP que se opone a la continuación de Modi en su cargo sostuvo que la muerte de los cuatro sospechosos le salvó el puesto al ministro jefe.

"Ahora debemos buscar otra oportunidad para derrocarlo", dijo a IPS bajo condición de reserva. (FIN/IPS/traen-mlm/rdr/js/ip hd/04)

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