ECONOMIA-CUBA: Panorama hostil

Una producción azucarera que no llega a tres millones de toneladas, altos precios del petróleo, persistente sequía e intensificación del embargo estadounidense configuran un cuadro especialmente desfavorable para la economía de Cuba.

La conjunción de esos factores agudiza los problemas financieros de este país isleño y retarda el proceso de recuperación de la crisis que se inició en la década de los 90, según especialistas consultados por IPS

Cuba produjo este año 324.000 toneladas más de azúcar que en 2003, cuando la producción había rebasado ligeramente los 2,2 millones de toneladas quitando al país ingresos de más de 100 millones de dólares por exportaciones no realizadas.

Pero el repunte del principal producto básico cubano no alcanzó las expectativas de las autoridades, que esperaban unas 74.600 toneladas más que las obtenidas. ”Todavía no es la respuesta que se necesita”, admitió el vicepresidente cubano Carlos Lage, de acuerdo con versiones de la prensa estatal.

Expertos consideran que esta zafra azucarera (entre diciembre de 2003 e inicios de junio), se realizó en medio de grandes dificultades de equipamiento y frecuentes paralizaciones del proceso productivo.

Las fuentes mencionaron roturas en los equipos, escasez de piezas de repuestos, falta de combustible para el corte mecanizado y desperfectos del transporte dedicado al traslado de la materia prima a los ingenios.

”Esta zafra recibió un mayor apoyo y prioridad que la zafra 2002-2003, pero el respaldo resultó de todos modos insuficiente debido a las limitaciones económicas y financieras reales de la economía cubana”, afirmó un economista especializado en el sector azucarero.

La cosecha es la segunda tras las reformas de la industria azucarera, que redujeron de 156 a 71 la cantidad de ingenios con el fin de mejorar la eficiencia del sector y estabilizar la producción en un volumen anual no mayor de cuatro millones de toneladas.

El objetivo de la reestructuración apuntó a producir azúcar según los bajos valores del mercado internacional, calificados de precios ”basura” por el gobierno de Fidel Castro.

Medios especializados señalaron, sin embargo, que los precios podrían repuntar a ocho centavos por libra a inicios del año próximo, debido a cosechas menores de la Unión Europea (UE), India, Tailandia y Brasil, entre otros productores.

La actual zafra ha permitido el autoabastecimiento eléctrico de la industria con energía generada a partir la biomasa de la caña de azúcar, es decir los desechos vegetales de la cosecha.

Este es un aspecto importante para La Habana, que busca diversificar las fuentes de energía.

Cuba se ha visto también afectada por la elevación de los precios del petróleo, que en mayo llegaron a 43 dólares el barril de 159 litros -aunque cayeron por debajo del umbral de los 40 dólares en las últimas semanas-, debido a la crisis en Medio Oriente, la guerra en Iraq y la constante expansión de la demanda mundial.

Aunque casi 100 por ciento de las centrales termoeléctricas cubanas funcionan con crudo nacional, la tendencia al alza de los precios mantiene en vilo a las autoridades.

”En la actualidad persisten fuertes presiones sobre los precios en un contexto de creciente volatilidad e incertidumbre”, señaló en un artículo el economista cubano Ramón Pichs Madruga.

En su nota, publicada en la prensa estatal, Pichs Madruga reseñó con alarma que algunos tipos de crudos llegaron a rebasar la barrera de los 42 dólares por barril.

Las compras externas de petróleo y de alimentos representan los mayores gastos del país en importaciones, mientras produce unos 80.000 barriles diarios de gas y petróleo, con los que cubre la mitad de sus necesidades.

Un tercio del consumo nacional, estimado en unos 160.000 barriles diarios, se satisface con petróleo ligero y derivados (unos 53.000 barriles diarios) de Venezuela, y el resto se importa del mercado mundial.

Hasta inicios de la pasada década, el sector azucarero fue la principal fuente de ingresos de Cuba, superada ahora por el turismo, la rama más dinámica de la economía que este año espera cumplir la ansiada meta de dos millones de visitantes extranjeros.

El turismo generó en 2003 ingresos brutos de 2.100 millones de dólares, superando exportaciones de productos tradicionales como tabaco y níquel, además del azúcar.

Pero tanto el turismo como las remesas familiares de residentes en el exterior, estimadas en 1.000 millones anuales por algunas fuentes, podrían quedar atrapados en las renovadamente tensas redes del embargo económico y comercial que Washington aplica a La Habana desde hace más de cuatro décadas.

Medios oficiales cubanos aseguran que el gobierno estadounidense ”presiona” a bancos extranjeros para impedir depósitos de este país en efectivo, en medio de una campaña de ”descrédito” sobre el origen de esos fondos.

Debido al embargo, buena parte de los envíos de remesas y de los pagos de visitantes extranjeros en Cuba se hacen en efectivo, dinero fresco que La Habana dedica al pago de importaciones de alimentos y medicamentos.

Y no se acaban allí los problemas.

La persistente sequía que afecta principalmente la región oriental del archipiélago está dejando cuantiosas pérdidas materiales y hace prever un verano boreal (julio y agosto) de pocas alegrías para una población agobiada por imprevistos cortes de energía eléctrica.

Las autoridades del sector energético aseguran que el país ”cuenta con el combustible requerido”, y responsabilizan de los apagones frecuentes de las últimas semanas a averías y labores de mantenimiento en algunas centrales termoeléctricas.

Ante el déficit de energía, ejecutivos de la empresa eléctrica estatal intensifican los llamados al ahorro en el consumo residencial y reajustan las labores productivas de muchas industrias a horarios de menor demanda.

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