Cuando el reloj de la principal estación aérea del país marcaba las 10:40 hora local (14:40 GMT), después de unos 40 minutos de viaje procedente de la sudoccidental ciudad brasileña de Foz de Yguazú, un Fokker del vuelo comercial 113 de Transporte Aéreo del Mercosur (TAM) se posaba sobre una de las pistas del aeropuerto internacional paraguayo Silvio Pettirossi. Era la nave que traía a Lino Oviedo, el ex comandante del Ejército paraguayo condenado a 10 años de cárcel por una corte marcial que en el año 1998 lo declaró culpable de la intentona golpista del 22 de abril de 1996. Además de su esposa Raquel Marín, el líder de la Unión Nacional de Colorados Eticos (Unace) estaba acompañado de los senadores Miguel Abdón Saguier, Enrique González Quintana, Alejandro Velázquez Ugarte, Adriana Franco, Jorge Antonio Oviedo Matto, José Manuel Bóveda, Herminio Chena Valdez y Roberto Domínguez Santacruz. Igualmente formaban parte de la comitiva los diputados Nelson Chávez, Gustavo Mussi, Ignacio Mendoza, Tolentino Bobadilla, Mario Coronel, Carmelo Benítez, Edgar Venialgo y Carlos Paoli. Después de bajar del avión, los fiscales René Fernández, Rubén Villalba y Matilde Moreno, en nombre del Ministerio Público, lo recibieron y leyeron las acusaciones que soporta. "Quisieron ponerle un chaleco antibalas, pero nuestro líder le mostró y dijo que tenía uno mejor y más seguro", comentó Gustavo Mussi al contar detalles del procedimiento policial inmediato al que fue sometido Oviedo en el aeropuerto para luego ser trasladado a un cuartel cercano a Asunción.
