Tal como lo había anunciado, Lino Oviedo retornó el martes a Paraguay, en medio de una aparatosa seguridad. Apenas el avión que lo transportó desde Foz de Yguazú descendiera en el aeropuerto Silvio Pettirossi, fue detenido por la Policía, que lo esperó casi al final de la manga de descenso y le leyó sus derechos antes de bajarlo a la pista con una fuerte seguridad. Antes de abordar el helicóptero que lo llevó directamente a la prisión militar de Viñas Cué, cerca de la capital, el ex general fue sometido a un control médico dentro de una ambulancia e ingirió un medicamento contra la hipertensión. Nervioso y sudoroso en principio, Oviedo recuperó la calma en Viñas Cué, donde volvió a sonreír y saludar efusivamente a sus seguidores. El mismo tiene una condena militar de 10 años de prisión y debe enfrentar otros procesos judiciales.