Argentina tiene en la actualidad la peor distribución de la riqueza de los últimos 30 años, momento desde el cual el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) comenzó a hacer esa medición. Este fenómeno aumento tras la derogación en 2002 de la ley de Convertibilidad, que mantuvo por 10 años la cotización del peso nacional en paridad uno a uno con el dólar. Y la concentración del ingreso no se atenuó ahora, pese a la recuperación que tuvo la actividad económica durante 2003. El comportamiento de esta variable siguió una línea de continuidad que arrancó a mediados de los años 70 y que se profundizó en los 90. Procesados los datos oficiales de fines de 2003 para todo el país, surge que el 10 por ciento más rico de la población se queda con el 38,6 por ciento de la torta nacional y gana 31 veces más que el 10 por ciento más pobre.