El teniente coronel Enrique Bruno Laborda confesó su participación en el asesinato de prisioneros ilegales indefensos durante la dictadura militar argentina (1976-1983), que estaban secuestrados en la Guarnición Militar Córdoba de 1976 a 1978, entre ellos una mujer que había dado a luz el día anterior. El Ejército lo detuvo y presentó su confesión a la justicia.